Unos 170 empleados del frigorífico avícola Pividori se quedaron sin empleo debido al cierre de esa empresa, que funcionaba desde fines de los años 80 en la ciudad de Avellaneda, en el norte de Santa Fe. En las últimas horas se realizó la última faena de aves y se concretó el cierre de la planta, que ya había sido anticipado a los trabajadores a principios de junio.

Hace unos días, el empresario Eduardo Pividori, hijo de Severino, el fundador de la empresa, había anticipado a sus obreros el final de este ciclo. "Nos anunció que a partir de fin de mes se cierra el frigorífico. Solo quedarán dos o tres (empleados) de mantenimiento y nada más”, informó entonces uno de los delegados, Osvaldo Benítez. La empresa decidió el cierre de la planta y el despido de los trabajadores. Pero no se venderá porque los dueños piensan en retomar algún día, cuando las condiciones del negocio avícola mejoren.

Pero el trabajo no llegó hasta fin de mes y hace unas horas el medio local Avellaneda 24 informó que se había realizado la última faena de pollos y que incluso los trabajadores de ese turno se habían despedido a través de las redes sociales. El viernes, además, los despedidos se movilizaron frente a la planta, preocupados porque la firma pretendía cancelar las indemnizaciones una parte en efectivo y otra con cheques.

El cierre de Pividori, que vendía su producción en Córdoba, Santa Fe y el norte del país, es uno más de una saga de casos en el sector avícola, que a pesar de lograr niveles de consumo récord de carne de pollo dentro del país atraviesa por una crisis de sobreproducción, que deprimer los precios y pone en jaque a diversas empresas. El caso más emblemático es el de la segunda mayor avícola del país, Rasic Hnos, ubicada en Ezeiza y con 2.500 empleados, que está concursada desde mediados de 2014.