Con declaraciones que sólo apuntaron a propuestas programáticas en distintas actividades de campaña, Aníbal Fernández y Julián Domínguez le bajaron ayer el tono a las polémicas críticas que se habían lanzado el fin de semana en el marco de la interna que librarán en las PASO del 9 de agosto para ganar la candidatura a gobernador por el Frente para la Victoria.

Como lo había pedido días atrás la presidenta, Cristina Fernández, ayer ninguno de los dos aludió a sus adversarios: “Vamos a llevar una propuesta seria para el 10 de diciembre estar gobernando la Provincia”, dijo uno; “Quien resulte ganador en la interna será el próximo gobernador”, indicó el otro.

Las expresiones sin críticas ni cuestionamientos a sus rivales internos tiñeron de concordia el clima del domingo entre los precandidatos oficialistas. En el caso de Domínguez, se dieron, en la mesa de Mirtha Legrand, a la que el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación fue invitado para contar su propuesta; en el caso de Fernández, fue durante una recorrida por Cañuelas y por Almirante Brown junto a su compañero de fórmula, el titular de la Afsca, Martín Sabbatella, y el vicegobernador, Gabriel Mariotto, el titular del IPS, Mariano Cascallares, y los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Gustavo Arrieta (Cañuelas).

El viernes, día en que oficialmente se lanzó la campaña rumbo a las internas abiertas del 9 de agosto, el jefe de Gabinete y el precandidato a vicegobernador de Domínguez, Fernando Espinoza, se arrojaron munición gruesa con fuertes críticas luego de que el jefe comunal le pidiera a Fernández que declinara su candidatura.

LLAMADO A BAJAR DECIBELES

Pero ayer, según trascendió, un llamado del propio gobierno nacional les habría pedido a los integrantes de las dos fórmulas que bajen el tono de la confrontación de la interna para no perjudicar el rumbo de la campaña del precandidato presidencial Daniel Scioli.

De uno y otro bando acataron la orden porque ayer Aníbal defendió la fórmula que integra sin ataques ni alusiones a sus adversarios e indicó que “no estamos impostados ni somos improvisados porque tenemos muchos años en esta tarea”.

Y Domínguez se refirió, fundamentalmente, a lo que apunta a hacer en la Provincia en caso de ganar las elecciones.

Frente a Mirtha Legrand como entrevistadora, el presidente de los diputados nacionales reconoció que la Provincia “tiene problemas sobre seguridad, trabajo y la estabilidad del primer empleo para los jóvenes”, al tiempo que se mostró elogioso con Daniel Scioli, La Cámpora y Florencio Randazzo, a quien no descartó convocar como ministro bonaerense.

MUNICION GRUESA

Luego de los cruces del viernes, el sábado Domínguez y Espinoza se mostraron con Daniel Scioli en una caravana en La Matanza, que provocó la reacción del jefe de Gabinete, quien los acusó de colarse “en todos los actos” del Gobernador al sostener que “sin que los inviten, van”.

De esta manera, Fernández desacreditó los análisis de que Scioli respalda las aspiraciones de Domínguez en la Provincia: “Se cuelan en todos los actos, sin que los inviten van y están ahí. ¿Quién les va a decir : ´váyase a su casa, camine a cucha´? No les pueden decir nada de eso, se los tienen que bancar”, lanzó.

Pero, por su parte, Espinoza, afirmó que mantiene “fuertes diferencias con la dupla Fernández-Sabbatella, como por ejemplo en el tema del narcotráfico y el consumo de drogas. No es la liberalización del consumo de drogas lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia”, añadió.

Con todo, en medio de la tensión, Fernández se había quejado días atrás de que no es él quien ignora el pedido de la presidenta, Cristina Fernández, de “no agredir” en la campaña, en atención al perjuicio que estos cruces pueden provocarle al candidato presidencial Daniel Scioli..

“La Presidenta, que es la jefa del movimiento, dice que no haya agravios, que no haya alusiones personales y esa no es la acción que estoy tomando y sí la que están tomando ellos”, dijo.