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15 de julio de 2015

El drama que viven familias cordobesas varadas en Potosí

Hay unas 80 familias argentinas. Cuatro son cordobesas. Algunos sufren problemas por la altura, no consiguen comida y piden ayuda a la Provincia. Habría un plan para que lleguen al aeropuerto caminando y luego los trasladen a Jujuy o Salta.

Tras el conflicto social que se desató días atrás en Potosí (Bolivia), algunas familias cordobesas varadas allí no la están pasando muy bien. No consiguen comida, no logran salir de esta ciudad (ubicada a 4.070 metros del nivel del mar) para volver a Argentina o seguir sus viajes a otros destinos, y sufren apunamiento, descomposturas y vómitos.

Uno de los casos es el de Gustavo Calles, su esposa y su hija, familia de Salsipuedes que llegó el sábado a Potosí, escala previa a su destino final: Machu Picchu. Están alojados en el Hostal La Moneda, junto con otra familia de Río Ceballos, de cuatro integrantes.

La situación es complicada. Buena parte de la población de Potosí -que vive principalmente de la minería- está descontenta con el gobierno de Evo Morales por sus incumplimientos y decidieron hacer piquetes en muchos "anillos" de esta ciudad de 170 mil habitantes.

En diálogo telefónico con La Voz, Calles relató que "hay barricadas por todos lados, con potosinos haciendo guardias permanentes".

"Estamos apunados; mi hija sufre vómitos constantes y mi mujer está descompuesta; estamos mal por la altura y a mí me cuesta muchísimo subir al segundo piso, donde nos alojamos", relató Calles.

Cuestionó que nadie se contactó con las familias alojadas en el hostal y pidió al Gobierno de Córdoba que "realice gestiones para que puedan salir de Potosí en forma urgente".

"Algunas familias están tratando de huir de noche con temperaturas bajo cero, pero no todas pueden sortear los anillos de barricadas; los piquetes más lejanos son más duros y están custodiados por mineros, incluso con detonadores de dinamita", comentó.

De diferentes provincias

Son unas 80 las familias argentinas varadas en Potosí (tucumanas, salteñas, bonaerenses, rionegrinas y cordobesas, entre otras). Algunas llegaron en autos propios y otras en ómnibus de empresas de turismo. Iban a distintos destinos de Bolivia y de Perú (como Machu Picchu). También hay familias que fueron al país del Altiplano a ver al papa Francisco.

"Entramos a Potosí sin pensar que habría semejante conflicto; es una pueblada, hay hombres y mujeres en los piquetes", narró Calles.

Y se sinceró luego: "No tenemos comida, no nos venden nada y nos quedamos sin pesos bolivianos porque no conseguimos quien nos cambie; por suerte, una familia boliviana nos compra, con suma discreción, en negocios locales".

Los potosinos no son agresivos con los turistas argentinos, pero los huelguistas impiden la circulación en vehículos y tajean neumáticos a quienes transitan. Como las vías de comunicación están interrumpidas, los alimentos no llegan a la ciudad, que está empezando a quedar desabastecida. Por eso, los potosinos guardan mercaderías para ellos mismos.

"Comemos a oscuras donde podemos; hay comercios que  atienden a los extranjeros con la luz apagada para no ser descubiertos ni sufrir represalias de los propios potosinos", confesó Calles.

Mejor situación

Otras dos familias varadas en Potosí son de la ciudad de Córdoba y viajaron en sus autos. Se trata de María Inés Girelli, su marido, hijo e hija, y son vecinos de barrio Nueva Córdoba; y de Sandra Rinaldi, su pareja actual, hija e hijo, quienes viven en barrio Parque Vélez Sársfield.

Ambas familias también están desde el sábado en Potosí. Primero estuvieron en un hotel, pero, como se quedó sin alimentos, decidieron irse. Ahora se encuentran bien, alojadas en casas del predio de la familia Murillo (empresa que se dedica a fabricar cervezas y otras bebidas), con suficientes provisiones.

Girelli -arquitecta y docente de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)- también dialogó vía telefónica con La Voz del Interior. "Queríamos ir a La Paz, sabíamos que había estallado el conflicto en Potosí y vinimos igual; pero no pensamos que nos agarraría lo peor", admitió.

"Está casi todo cerrado y encontrar comida es difícil; algunos restaurantes ofrecen entrar a los turistas si lo hacés con discreción, para que no los descubran y les destruyan el negocio", indicó Girelli.

Al pasar por Jujuy, Girelli y Rinaldi (son primas) se abastecieron de víveres. "Nos queda bastante comida que trajimos al viaje: galletitas, café, azúcar, leche, gaseosas, agua... fuimos precavidos", admitió la docente de la UNC.

Asimismo, Girelli confesó que la gente de Potosí es amable con los turistas, pero que el problema es "de fondo, con el Gobierno de Evo".

¿Plan de evacuación?

Habría un plan de la Cancillería y del Consulado argentinos en Bolivia para que este miércoles las familias argentinas sean evacuadas de Potosí. La idea sería que caminen hasta el aeropuerto local, distante unos cinco kilómetros, para luego ser trasladadas a Jujuy o Salta en avión.

Pero la altura y las calles empinadas de la ciudad pueden ser un obstáculo para muchos de quienes permanecen varados.

El martes, el ministro de Comunicación provincial, Jorge Lawson, dijo que el cónsul argentino en Bolivia, Juan Taccetti, lo interiorizó del plan. "Se había pensado en retirar a las familias en helicóptero, pero esto se descartó por temor a posibles acciones de los huelguistas contra la aeronave", señaló Lawson.

No obstante, Gustavo Calles dijo esta noche que "nadie les avisó" del plan.

Por otra parte, y según trascendidos, cinco familias argentinas habrían logrado salir de Potosí y llegar a La Paz el martes.

En tanto, varios hoteles ya se quedaron sin provisiones, debido a que las vías de comunicación fueron cortadas por los huelguistas. Por eso algunos turistas están buscando otros lugares donde alojarse hasta que puedan irse de Potosí.



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