INTERNACIONALES
25 de julio de 2015
Lula salió a defenderse de las acusaciones de corrupción
BRASILIA.- El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva respondió ayer a las acusaciones de tráfico de influencias para favorecer a una constructora y afirmó que su misión era la de defender los intereses de las empresas del país en el extranjero.
“Una misión de todos los presidentes brasileños es la de defender los intereses de nuestras empresas en el exterior, ayudando a conquistar nuevos mercados”, señaló Lula en su perfil de Facebook y en respuesta a un artículo del diario O Estado de Sao Paulo que indicó que su gestión favoreció a la firma Odebrecht.
NIEGA PARTICIPACION
Para Lula, el artículo “intenta transformar las buenas relaciones establecidas entre Brasil y diversos países en un supuesto escándalo de corrupción”.
El ex mandatario es investigado por supuestamente haber influido en el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), después de haber concluido su mandato, para que le concediera créditos a Odebrecht destinados a la financiación de obras en otros países en los que opera.
Según la Fiscalía, tras dejar la Presidencia, en enero de 2011, Lula realizó viajes a Panamá, Venezuela, República Dominicana y Ghana costeados por Odebrecht.
De acuerdo con el diario, un cruce de telegramas del Gobierno estadounidense cita obras en cuatro países y señalan a Lula de beneficiar específicamente a la empresa en Angola.
Para Lula, los “propios documentos usados en el reportaje desmienten a O Estado de Sao Paulo” y confirman que el ex presidente actuó de “manera legítima y legal”.
El caso fue destapado en mayo por la revista Epoca, según la cual Odebrecht, una de las constructoras implicadas en el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras, recibió del BNDES créditos por cerca de 4,1 millones de dólares para obras en República Dominicana, Venezuela, Cuba y Ghana.
El popular ex mandatario salió airoso de todas las acusaciones en su contra por corrupción y no fue incluido en el juicio por pago de sobornos a parlamentarios destapado en 2005, durante su primer mandato, y por el que fueron condenados 25 políticos y empresarios.
La defensa de Lula pidió la anulación de la investigación y solicitó que se investigue al fiscal del caso por supuestas irregularidades, requerimiento este último que fue atendido el miércoles por el Ministerio Público al iniciar un proceso disciplinario contra el procurador Valtan Timbó Mendes Furtado.
¿LA VEZ DE LULA?
“La vez de Lula”, tituló uno de sus editoriales el diario O Estado de Sao Paulo, que afirma: “La investigación (...) es la primera acción oficial que levanta una punta del velo que cubre la notoria vinculación de Lula con empresarios poderosos, principalmente contratistas de obras públicas, involucrados hasta el cuello en el escándalo de Petrobras”.
Además de con Odebrecht, Lula mantuvo durante sus dos gobiernos (2003-2010) estrechos vínculos con otras constructoras, como OAS, UTC y Camargo Correa, que también tienen a ejecutivos detenidos.
Los vínculos de Lula con las grandes constructoras no son novedad en Brasil, pero todo hace pensar que el ex presidente tiene motivos para preocuparse.
Las sospechas sobre el dirigente sindical que salió ileso del escándalo del “mensalao” -que estalló en su primer gobierno y derivó en la prisión de emblemáticos dirigentes del PT- trascienden fronteras. “Lula está apoyando empresas corruptas para hacer negocios corruptos en el exterior”, disparó el director regional para las Américas de la organización Transparencia Internacional, con sede en Berlín, Alejandro Salas, según publicó la revista estadounidense “Foreign Policy”.
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