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POLITICA

29 de julio de 2015

Vence el Boden 2015 y obliga a pagar u$s 6.500 M

El Gobierno debe hacer frente a la cancelación de este compromiso en momentos en que las reservas "líquidas" del Banco Central se encuentran en un nivel bajo.

La delicada situación patrimonial lo obliga a racionar dólares que necesitan las empresas para producir. El regreso de un viejo conocido. El Gobierno, atenuado y con poco aire se acerca a las urnas el equipo económico del Gobierno, que extrema sus recaudos para que no ocurra ningún imprevisto en tiempo de descuento.


En estos meses "eternos" que faltan, Axel Kicillof y sus muchachos procuran que no suceda ninguna anomalía en materia cambiaria.
No obstante, aún deben sortear una arremetida de su rival, el dólar, que trae peligro: el pago de u$s6.500 millones, que puede poner en riesgo la frágil paz financiera.
Se vincula con el vencimiento del Boden 2015, un bono nacido con el canje de la deuda en default hace justo una década.

 

El Gobierno ha tomado la decisión de supeditar todos los otros temas de agenda a garantizar esta cancelación y mostrarle al mercado que está en condiciones de afrontar ese compromiso aun con la canilla del crédito externo prácticamente cerrada.


Por cierto, esa estrategia no está exenta de algunos costos ocultos y otros visibles: la necesidad de cuidar cada dólar para hacer frente al vencimiento lo lleva a tener que racionar el flujo de divisas que requieren ramas clave de actividad.
 

Quien paga esto es, paradójicamente, el "Made in Argentina", que teóricamente es el principal beneficiario del "modelo", ya que la industria no puede contar con los dólares necesarios para abastecerse en tiempo y forma de insumos.
 

Por lo pronto, el Ejecutivo dejó en claro que no está dispuesto a transmitir incertidumbre al mercado justo en la fase final de la campaña electoral.
En las últimas semanas, cuando volvió a notarse nerviosismo en materia cambiaria y empezaron a circular otra vez rumores que ponían en duda la capacidad de pago del país, Kicillof salió a mostrar firmeza.

 

"No hay dudas de que el Boden 2015 se va a pagar. Es un rumor absolutamente ridículo. Es una operación mediática", recalcó el funcionario.
 

El escepticismo del mercado
Las dudas habían surgido ante el lento y pausado ingreso de dólares provenientes de las exportaciones de soja y, principalmente, a raíz del bajo nivel de reservas líquidas reales en manos del Banco Central. Es decir, los fondos que tiene disponibles en "cash". 


"El pago de este bono puede no incidir de manera directa en una caída en el nivel de reservas, porque de esos u$s6.500 millones que vencen en octubre, la mitad está en manos de tenedores locales, por lo que pueden quedar en el país como depósitos", intentó tranquilizar Kicillof.
 

A primera vista, los números del Banco Central lucen relativamente aceptables como para garantizar el pago de obligaciones.
 

Los funcionarios hacen hincapié en que los u$s34.000 millones que pudo acumular es un nivel elevado que no se lograba desde noviembre de 2013 y que se encuentra bastante por encima del "piso psicológico" de los u$s30.000 millones. Las dudas aparecen cuando se "escarba" un poco para ver cómo se compone esa cifra.


En principio, incluye tenencias que no son técnicamente reservas, sino simplemente un intercambio de monedas (swap con China).
 

Bajo este concepto, el titular del BCRA, Alejandro Vanoli, ya sumó a las arcas de la entidad unos u$s8.000 millones en base al acuerdo firmado con el país asiático, sobre un total de u$s11.000 millones.
 

Por cierto, este convenio no se ha caracterizado precisamente por su claridad en cuanto a la forma de ejecución ni, mucho menos, si se observa la "letra chica" del intercambio.
De hecho, hasta la agencia oficial china de riesgo crediticio sigue considerando a la Argentina como un país en default.

 

Es en este contexto de opacidad que circula en el mercado la versión de que el Gobierno echará mano a más yuanes, como forma de mantener los números "maquillados" luego de haberse efectuado el desembolso por el Boden 2015.
 

Como contrapartida, los otros mecanismos a los que apeló para hacerse de billetes verdes han sido más claros:
• Se hizo de u$s3.000 millones con la emisión del Bonar 2024 y Obligaciones Negociables de YPF.
• Captó unos u$s500 millones a través de bono de la provincia de Buenos Aires.
• Apunta a obtener u$s2.200 millones de compañías telefónicas por la licitación de las bandas 4G.

 

Reservas bajo la lupa
Si bien el Gobierno apeló a distintas estrategias para incrementar las arcas del Banco Central, lo que aún genera intranquilidad son los dólares contantes y sonantes a los que puede echar mano de esos u$s34.000 millones.


En este sentido, varios analistas arriesgan que el nivel de "dólares líquidos" es de la mitad o menos de esa cifra.
 

¿En qué basan sus dichos? Si se le descuentan:
• Los u$s8.000 millones del swap con China
• Unos u$s7.000 millones de encajes (fondos que pertenecen a los depositantes, si bien los tiene el BCRA a modo de resguardo)
• Más de u$s1.500 millones del pago de intereses a bonistas bloqueados por el juez Griesa, 

 

Entonces, esos u$s34.000 millones de reservas se reducen a u$s17.000 millones.
Esta cifra, a su vez, incluye tenencias en oro por unos u$s2.500 millones.
Según Martín Redrado, ex presidente del BCRA, "el nivel de reservas líquidas es de unos u$s12.000 millones".

 

Patrimonio complicado
Otro de los datos que genera inquietud en el mercado es el Patrimonio Neto del Banco Central. 
A fines de 2014 la entidad tenía "pagarés" del Gobierno (plata que le prestó para "bancar" el gasto público) por unos $730.000 millones.

 

Paradójicamente, en sus cuentas estos papeles figuran como activos, aunque el consenso de los economistas anticipa que difícilmente los pueda cobrar.
En otras palabras, las dos terceras partes de los activos de la entidad corresponden a un "moroso incobrable" que incluso tiene sus cuentas en rojo.

 

Para peor, más del 60% de esos pagarés (se los conoce como Letras Intransferibles) están nominados en dólares.
 

De modo tal que cuánto más devalúa el peso, más aumenta "en teoría" sus ganancias cuando, en realidad, lo que crece es la contingencia.
 

Para hay otro "pequeño gran detalle" que mete miedo entre los analistas: 
• La entidad declaró a fines de 2014 un patrimonio de $107.000 millones (u$s12.500 millones).
• Si a esa cifra se le restan esos "papelitos" de deuda que recibió del Gobierno, su patrimonio pasaría a ser negativo. 
“Si restamos de sus activos la deuda del Tesoro que no tiene valor de mercado, como las Letras Intransferibles y Adelantos Transitorios, su patrimonio neto sería negativo en casi u$s80.000 millones", afirma Pedro Rabassa, economista de Empiria Consultores.

 

"Esta cifra equivale más del 13% del PBI. Resulta muy difícil encontrar una equivalencia tanto en la historia de la Argentina como en otros países”, completa.
Volvió un viejo conocido 

 

En los permanentes que deja, tiene la economía argentina, el BCRA no podía estar ausente de lo que ha sido históricamente uno de sus principales problemas.

Es, ni más ni menos, el déficit cuasi fiscal. Se entiende como tal a la deuda que se genera cuando el costo de sus pasivos supera el rendimiento de sus activos.

En este sentido, suma preocupación la cantidad de títulos que la entidad ha emitido para venderle a los bancos a cambio de que éstos le entreguen pesos.

¿Por qué lo hace? Para retirar moneda local de la plaza y reducir tensiones inflacionarias.  

Acumula una emisión cercana a los $300.000 millones y por estos títulos (Lebac y Nobac) debe pagar un interés del 27% anual.

Rabassa señala que la pérdida por intereses a raíz de este concepto rondará los $43.000 millones en 2015.

Pre aviso de vencimiento 
Un aspecto que da cuenta de los costos ocultos que trae la falta de dólares y de crédito externo se vincula con qué se deberá resignar para poder pagar esos u$s6.500 millones de Boden 2015.

En un contexto en el que los billetes verdes no alcanzan para todos, esta cifra es similar a la que se le adeuda a empresas por las compras de insumos traídos del exterior que necesitan para producir. 

En este sentido, el Banco Central debe en concepto de importaciones ya realizadas unos u$s6.000 millones, casi un 50% más que a fines de 2014.

En la city porteña se cree firmemente que el Gobierno cumplirá con poner los dólares sobre la mesa para el Boden 2015, si bien el tema a dilucidar es cuántas reservas sacrificará.

Existen dos razones para prever que no incurrirá en default: siempre pagó los vencimientos y, a su vez, es la última obligación importante que deberá afrontar la administración de Cristina Kirchner en este mandato.

El bajo nivel de reservas líquidas lleva a pensar a que recurrirá a la "técnica del maquillaje" una vez que se produzca la cancelación, aunque también está abierta la puerta a otra alternativa.
  
Gastón Rossi, ex secretario de Políticas Económicas del Ministerio de Economía señala que "el Gobierno puede apelar a un canje de títulos, ya que está dispuesto a convalidar una tasa de mercado muy alta".
 
Es decir, puede apelar a cambiar los Boden 2015 por otro papel con un vencimiento posterior, para así reducir la cantidad de divisas que necesitará para cumplir con los compromisos presentes.

"Para seducir a los ahorristas, deberá brindar una tasa muy atractiva, al menos superior al 7% en dólares que es la que ahora ofrece el título", dice Rossi. 

Ante los buenos resultados que tuvo el Gobierno en las colocaciones del Bonar 2024 y papeles de YPF, se baraja la posibilidad de que el Ministerio de Economía realice una nueva emisión de deuda.

Según cálculos de LCG, el Ejecutivo requerirá de unos u$s3.500 millones adicionales en cash para poder cubrir los vencimientos de deuda en 2015.

Jorge Vasconcelos, de la Fundación Mediterránea, señala que pese a los "anabólicos" con los que la entidad infla las tenencias del Banco Central, "las reservas líquidas posiblemente no superen los u$s10.000 millones hacia fines de 2015". 

Considera que con el actual nivel de inversiones, inferior a los 20 puntos del PBI, "el país está condenado a volar muy bajo en términos de crecimiento". 

En definitiva, el "relato del desendeudamiento" tiene también su costo oculto.

 



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