Al menos 5 personas muertas y una decena de heridos se reportaban anoche al cierre de esta edición tras el terremoto de 8,3 grados que sacudió ayer el norte y centro de Chile.

“A una mujer de 25 a 30 años le cayó una cornisa en la cabeza y sería la primera víctima fatal reportada en la provincia”, dijo Patricio Trigo, gobernador de la localidad de Illapel, donde se localizó el epicentro, a medios locales.

Una decena de heridos y varias casas derrumbadas se reportaban también en Illapel, a unos 230 kilómetros al norte de Santiago, donde a las 19.54 hora local (la misma hora en Argentina) se sintió el fuerte sismo de 8,3 grados.

El sismo activó un alerta de tsunami para las costas del Pacífico, en todo Chile y también en Perú y Ecuador.

Otra de las víctimas reportadas, un hombre de 86 años, murió de un infarto en la comuna de Maipú, en Santiago, según señaló a la Televisión Nacional de Chile el alcalde Cristian Vittori.

Otra mujer de 20 años falleció en la zona del epicentro, al parecer por la caída de un muro, aunque anoche no se confirmaba el motivo de su muerte.

A la medianoche se reportaron dos muertos más, sin precisar cómo fallecieron ni dónde.

En la capital chilena, de 6,6 millones de habitantes, el terremoto provocó pánico y miles de personas salieron a las calles.

Los servicios básicos funcionaron en Santiago al igual que internet y la red de datos de los teléfonos celulares, mientras que el aeropuerto fue evacuado por orden de las autoridades.

En 2010, la zona central de Chile fue sacudida por un terremoto de 8,8 y posterior tsunami que dejó más de 500 muertos.
El fuerte terremoto duró más de tres minutos.

En un principio, el Servicio Geológico de Estados Unidos había reportado que el movimiento telúrico tuvo una magnitud de 7,9, pero rápidamente la corrigió a 8,3. Funcionarios estadounidenses indicaron que el sismo se produjo en el Pacífico a las 19.54 hora de chile, con un epicentro a unos 228 kilómetros al norte-noroeste de Santiago y a cinco kilómetros bajo la superficie. Posteriormente, se sintieron al menos seis réplicas, la más fuerte unos 25 minutos después.

El capitán Oscar Llantén, del Departamento de Comunicaciones de la policía de Coquimbo, informó que en la zona de Illapel también había al menos siete heridos, tres de ellos de gravedad.

Denis Cortés, alcalde de Coquimbo, relató a la televisión local que están “muy asustados. Nuestra ciudad entró en pánico”.
Por su parte, Cristian Galleguillos, intendente de Illapel, declaró que “estamos en una situación bastante compleja; no tenemos luz ni agua”. Indicó que un primer tsunami había penetrado hasta el centro de la ciudad y que se esperaban otras olas, las cuales podrían ser más altas. Algunas habían alcanzado una altura de 4,5 m.

“La urbe está a oscuras”, dijo y agregó: “Es realmente un caos lo que aquí se está viviendo”. Detalló también que se observaban casas y muros derribados.

Por su parte, Ricardo Toro, director de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior, indicó que en algunas ciudades ya habían llegado algunas olas más intensas y que se esperan otras más fuertes. El terremoto “ha abarcado gran parte del territorio nacional”, agregó.
Las olas de considerable altura habían llegado a Pichilemu, Valparaíso, Coquimbo, Bucalemu, Huasco, Constitución, Caldera, Chañaral, San Antonio, entre muchas otras localidades, y se espera que en las siguientes horas sigan afectando el norte y sur del país. La ciudad más afectada por la altura del agua era Coquimbo, donde había penetrado unos 70 m hacia zonas pobladas.

Toro dijo que “no hay un grado de afectación” mayor y llamó a la ciudadanía que vive en la costa a evacuar con tranquilidad sus casas y dirigirse a lugares con al menos 30 metros de altura sobre el nivel del mar.

Chile tiene un borde costero de más de 4.000 kilómetros de largo.

A la Isla de Pascua, una posesión chilena en el Pacífico Sur, se esperaba la llegada de olas fuertes alrededor de la 1 de la madrugada y más tarde a la austral Punta Arenas, 3.200 kilómetros al sur. 

La de ayer fue la mayor evacuación del borde costero decretada desde el terremoto del 1 de abril de 2014, que afectó Iquique, Antofagasta y otras ciudades del norte. El ministro del Interior, Jorge Burgos, dijo que se reportaban daños en casas de adobe en Illapel y que se sigue recopilando información. Burgos dijo que, según el Centro Sismológico Nacional, el terremoto alcanzó una magnitud de 8,3 grados, lo cual hacía indispensable una evacuación preventiva entre Arica, 2.000 kilómetros al norte de Santiago, y Puerto Aysén, a 1.900 kilómetros al sur.

En Santiago, el tren subterráneo se detuvo por precaución, en plena hora pico, y reanudó el servicio luego de una revisión de las vías. Autoridades del aeropuerto informaron que no hubo daños estructurales y que se suspendieron temporalmente los vuelos por seguridad.

La televisión local mostró anoche a habitantes de ciudades del norte y el centro del país que iniciaban la evacuación hacia zonas ubicadas a mayor altitud. En algunas ciudades del norte también se reportaban cortes de luz y problemas en las comunicaciones.

En algunos sectores de la capital chilena las comunicaciones sufrieron cortes debido al gran número de usuarios que usaron sus teléfonos para tener noticias de sus parientes y conocidos.

Chile es una de las naciones más sísmicas del mundo por ubicarse en el llamado cinturón del Pacífico, y la mayoría de sus edificaciones están diseñadas para soportar fuertes movimientos telúricos. Su población sabe cómo reaccionar ante ellos, por lo que quienes viven en el borde costero evacuan de inmediato hacia zonas altas.

En Perú, las autoridades también lanzaron una alerta de tsunami para la zona central y sur de su litoral. “La zona de mayor cuidado es el borde costero donde la posible llegada al puerto de Ilo será a las 8.03 de la noche y al puerto del Callao a las 8.54 de la noche”, dijo alrededor de las 20, a Radioprogramas, el contralmirante Rodolfo Sablich, director de Hidrografía de la Armada peruana.

El movimiento sísmico de ayer podría ser lo que algunos expertos llaman “terremotos mentirosos”, ya que la oscuridad no permitía ver los daños sino hasta el amanecer.