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POLITICA

2 de octubre de 2015

Cómo conquistar ese puñado de votos

Campañas electorales, el sube y baja de los presidenciables en la última recta. Cómo influyen sus asesores. En Debates.

La campaña presidencial entró esta semana en la recta final, con la difusión de los spots en los espacios gratuitos en medios audiovisuales y el debate previsto para este domingo, y ya es posible detectar las estrategias electorales de los principales candidatos a partir de las PASO y como se van a perfilar de cara al mes que falta para la primera vuelta, algunas profundizando el rumbo y otras dando un viraje.

Según las últimas encuestas, todos los principales candidatos están a escasa distancia de lograr algún objetivo. El oficialista Daniel Scioli aspira a lograr tres o cuatro puntos que le permitan superar el 40% y los diez de ventaja sobre el segundo para ganar en primera vuelta. Mauricio Macri, por su parte, estaría a la misma distancia de acortar la brecha de entre 7 y 9 puntos con Scioli y forzar el balotaje, mientras Sergio Massa confía en el reciente impulso a su candidatura para desplazar al porteño del segundo lugar.

El resto de los postulantes apelará a los spots y al debate de este fin de semana para mejorar el posicionamiento político de sus espacios, con la esperanza de trasladar ese respaldo al Congreso, en la elección legislativa.

En algo sí coinciden los analistas: el debate presidencial de este domingo no definirá mucho en la tendencia general, más aún con la ausencia sin costos políticos del favorito Scioli, aunque sí podría generar movimientos en el arco opositor, al hacer visibles ciertos aspectos de los postulantes.

"En cuanto a la comunicación, la mejor trabajada en esta etapa fue la de Sergio Massa, quien apuntó con un discurso concreto a sectores medios y medios bajos cercanos al peronismo tradicional con una serie de consignas y objetivos concretos, y la gente lo terminó premiando", señaló consultado por "Río Negro" el experto en asesoramiento político Roberto Starke.

Para este último, Massa consiguió evitar la polarización entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, consolidando la posibilidad de ser un candidato competitivo.

En el peor momento del exintendente de Tigre, su consultor de cabecera, el peruano Sergio Bendixen, reconoció que "hacer campaña como tercero por un lado es problemático (no levantar en un margen de tiempo), pero también da posibilidades de tomar riesgos". Al respecto, considera Starke que "sin duda venir de atrás tiene una ventaja y lo cierto es que Massa la aprovechó".

En tanto –según Starke– Macri, después de una primera etapa de convocatoria muy moderna potenciada por las redes sociales, no supo complementarla en un momento posterior (la divisoria podría trazarse tras el balotaje por la jefatura del Gobierno porteño) construyendo un liderazgo.

Este consultor también destaca el impacto del "caso Niembro", no tanto por lo ocurrido con el periodista deportivo sino por el manejo que se le dio al asunto.

En este caso –agregó– el macrismo manejó mal la crisis. "Si decidís respaldar políticamente a un candidato, lo hacés hasta el final o le soltás la mano en 48 horas", sostuvo.

En cuanto a Daniel Scioli, para Starke tiene el problema de ser un oficialista, ya que "no cuenta con la confianza de todo el oficialismo, por lo que tiene que lidiar con internas que se abren a cada rato. "No tiene discurso, la candidata es Cristina".

De todos modos, para el especialista en opinión pública Jorge Giacobbe, "el oficialismo no tuvo problemas en reunir las vertientes mas enfrentadas, en alinear a '6,7,8' que pensaba que Scioli era la herramienta para frenar el avance revolucionario en la Argentina; en ordenar a Carta Abierta y al randazzismo que juraban nunca acompañar a Scioli, a Hebe de Bonafini que lo trató de bazofia humana".

"La táctica –destaca Giacobbe– partió por demostrar (a partir de la fórmula Scioli-Zannini) que cuando el poder está en juego no hay diferencias; mientras en la oposición las pequeñeces no se pudieron licuar para que un frente canalizara al 52% de la población que quiere cambiar al gobierno".

El titular de Giacobbe y Asociados responsabilizó especialmente al macrismo de que no se pudiera construir una ingeniería opositora y coincidió con Starke en que Massa es el postulante a la presidencia "más dinámico, verbalizado y que está generando una nueva expectativa", aunque también acepta que hizo la típica campaña de tercero que "puede prometer lo que no va a cumplir". "Massa va a tratar de robarle votos a Macri, si sigue creciendo se acaba la elección", sentenció Giacobbe.

Lo que viene

En la trastienda del Pro generó impacto el reciente paso al costado del "gurú" Jaime Durán Barba para que tome las riendas en su lugar alguien del círculo áulico de Macri, Nicolás Caputo. Uno de los impactos fue que el expresidente del Banco Central Alfonso Prat Gay y Rogelio Frigerio pasaran a ser las voces predominantes en el área económica relegando a los más ortodoxos.

Durán Barba masculló: "Hay que reconocer que lo posicioné a Mauricio", y si bien están quienes aprueban la labor del ecuatoriano, la imagen tan fuerte de este hacía aparecer al jefe de Gobierno capitalino como un autómata a sus designios.

Starke deslizó que Macri tiene un margen de tiempo para tomar definiciones más concretas, ya que las que tuvo no explicó suficientemente cómo las va a instrumentar. "Seguramente tratará de encontrar un discurso un poco más contundente".

En cuanto al enfoque de la campaña del partido amarillo, Starke subrayó que "en el electorado del Pro hay un núcleo duro que quiere un cambio y otro que encuentra en Macri un candidato más moderno y aggiornado; le falta generar confianza de sectores medios que sospechan que sólo va a trabajar para la gente de su clase".

En cambio Massa ya lo encontró con un discurso con lemas como "cárcel para los corruptos, bala a los delincuentes, no pagar planes a los vagos, que entran mucho en sectores medios y medios bajos".

Finalmente, Scioli buscará un equilibrio para, sin rehuir del kirchnerismo, buscar una diferenciación posicionando a moderados como el economista Miguel Bein. "A medida que se acerque la fecha se van a radicalizar las campañas, con más definiciones", espetó Starke.

"El oficialismo tiene dos electorados: los cristinistas y los no cristinistas: tiene que hacer un delicado equilibrio que no moleste a ninguno", apuntó Giacobbe.

Ambos interlocutores sostuvieron que la gente aún no se involucró en la campaña. Hubo un impasse después de las PASO, por lo cual en el mes que falta el escenario está abierto.

El debate presidencial

Para Starke, el debate entre candidatos pautado para el domingo tendrá un impacto mínimo. "Scioli hizo bien en no concurrir: era muy vulnerable, tenía muchos frentes débiles y no podía prestarse a que todos le peguen; ahora Macri tendrá que buscar una buena coartada si es que no quiere prestarse al juego de Massa, la otra es arriesgar y presentarse, que es aparentemente lo que ocurrirá", indicó el analista y profesor universitario.

Giacobbe estuvo de acuerdo en que Scioli no perderá adhesiones no yendo al debate; "La situación más complicada es la de Macri: si va corre riesgo con Massa; para no ir tendría que construir una excusa convincente", concluyó.



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