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8 de octubre de 2015

Cortocircuitos entre Kicillof y el equipo económico de Scioli

Los asesores del candidato presidencial les llueven críticas desde el propio Frente para la Victoria a casi dos semanas de las elecciones.

 El ministro de Economía, Axel Kicillof, no guarda reparos a la hora de criticar a propios y a ajenos. Este miércoles, luego de instar a los economistas opositores a “pedir disculpas” por descreer del pago que se realizaría del Boden 2015, el titular del Palacio de Hacienda apuntó los cañones contra Mario Blejer, nada más y nada menos que el asesor económico del candidato presidencial del FPV, Daniel Scioli.


A casi dos semanas de las elecciones, la crítica de Kicillof a Blejer es una señal de la tirantez entre Cristina Kirchner y Scioli.
 

Y algunos sospechan que podría tratarse de un preanuncio de la relación conflictiva que ambos tendrán después del 10 de diciembre, en caso de que el gobernador llegue a la presidencia.
 

En declaraciones a la prensa, Blejer había afirmado que la Argentina “llegó tarde a la fiesta” de acceso a los capitales internacionales. Una frase que al ministro no le cayó en gracia.
 

Si bien aclaró que necesitaba leer "en detalle" las declaraciones del asesor de Scioli, el jefe de la cartera de Economía advirtió: “No me gustó esa terminología de que la Argentina ‘llegó tarde a la fiesta’, ya que si bien es cierto que hubo volúmenes importantes de capitales para los países emergentes, eran especulativos y de corto plazo y que ahora, cuando se van, generan pérdidas muy fuertes”.
 

“Es cierto que hubo un volumen muy importante disponible para los países emergentes, pero los que recibieron capitales fueron especulativos y de corto plazo, que no apostaban al desarrollo y a la infraestructura, sino que se rajaron de los países centrales durante la crisis y ahora, que vemos que la crisis empieza a golpear a los emergentes, esos capitales se van corriendo en estampida, generando pérdidas muy fuertes, pérdida de reservas e inestabilidad cambiaria y financiera”, explicó Kicillof.
 

El miércoles, Miguel Bein, principal referente del equipo de Scioli, lanzó un ocurrente chiste en un encuentro con empresarios. "En este almuerzo hay más reservas que en el Central", dijo en alusión a la condición de los presentes versus los escasos 27.700 millones de dólares en la entidad monetaria.
 

La broma coincidió con el mismo día que la calificadora de riesgo crediticio Moody's advirtió que "las reservas alcanzan para sobrevivir hasta el 10 de diciembre", e instó a "resolver" el litigio con los holdouts y a "tener políticas públicas previsibles" para recuperar el financiamiento externo.
 

Scioli no tardó en salir a bajarle el tono a la humorada. Sostuvo que "nunca más vamos a volver a pedirle ayuda financiera al Fondo", y que él sabe "lo que hay que hacer" para incentivar el desarrollo económico del país y atraer divisas sin pedir préstamos a organismos de crédito internacionales.
 

Otro que tocó una fibra sensible en el ministro Kicillof fue el gobernador Juan Manuel Urtubey. Durante un viaje a Nueva York, el militante salteño afirmó ante un grupo de empresarios norteamericanos que "no haber acordado con los holdouts le terminó generando mayores problemas al país".
 

Así, insinuó que debería seguirse otra estrategia distinta a la emprendida por el Gobierno nacional para cancelar los pagos con los tenedores de deuda que no ingresaron a los canjes de 2005 y 2010.
 

La respuesta oficial llegó de la mano de Aníbal Fernández que, por expresa indicación de Cristina Kirchner, aseguró que la visión del mandatario provincial "no representa al Gobierno ni al nuevo gobierno, que todavía no se conformó".
 

El riesgo de sufrir “fuego amigo”
En medio de todos estos dichos y desmentidas, el gran interrogante que se plantea es cómo logrará Scioli llevar adelante la política económica de su eventual gobierno con
Kicillof criticando sus medidas desde la Cámara de Diputados.
Por lo pronto, el mandatario bonaerense ya tiene conformada la lista de quienes manejarán el rumbo económico si gana las elecciones.

 

En grandes líneas, el equipo se dividirá en dos "bandos":
• De un lado, los técnicos que vienen acompañando su gestión. A ese equipo los coordina Sergio Woyecheszen (subsecretario de Industria), un hombre que impregna la visión política además de la estrictamente operativa. Está liderado por Silvina Batakis (actual ministra de Economía); Rafael Perelmiter (Hacienda); Gustavo Marangoni (Banco Provincia); Santiago Montoya (Grupo Bapro) y Alejandro Arlía (Infraestructura).
• El otro grupo está liderado por Miguel Bein, el hombre fuerte en materia macroeconómica. El propio Scioli lo dijo: "Si quieren conocer mi propuesta, hablen con Miguel". Los datos duros que el economista muestra en público, y sus proyecciones, son elaborados por Marina dal Poggetto, su socia en la consultora.
Entre los principales expertos de este segundo equipo resaltan:
Miguel Peirano, ex asesor de Massa. Quiere ser el responsable de un futuro banco desarrollista, que se especialice en créditos productivos. La idea es reflotar el BICE, que tuvo un perfil alto durante la administración de Néstor Kirchner pero que se ocultó en los últimos años.

 

Mario Blejer. Experto en finanzas (ex titular BCRA) y la mejor opción que ve Scioli para acercarse a los inversores y normalizar las relaciones con el mercado financiero global.
 

Diego Bossio. El actual titular de la Anses es valorado por Scioli: aparece fortalecido tras manejar la millonaria caja del organismo, que incluyó no sólo el pago a jubilados y pensionados sino también el reparto de computadoras y el otorgamiento de créditos para viviendas populares. Se lo menciona para Infraestructura.
 

También se hace referencia a una nueva cartera dedicada exclusivamente a la construcción y financiamiento de viviendas.
Por el momento, el equipo de expertos que acompaña al candidato ya tiene en marcha su primera misión.

 

En busca de hacerse de los preciados dólares que se necesitarán para gobernar con tranquilidad los primeros meses, Blejer comanda una suerte de "expedición sciolista" a la asamblea anual del FMI, que desde este jueves se lleva a cabo en Lima, Perú.
 

El objetivo es claro: entrevistarse con funcionarios de organismos internacionales y con jerarcas de bancos de inversión para transmitirles una visión optimista acerca del futuro inmediato de la Argentina.
 

Con pocas diferencias de matices entre los equipos de los candidatos, el mensaje será "conciso y al punto": a partir de diciembre, encontrarán a un Presidente que tendrá como misión central solucionar el conflicto con los "buitres".
Scioli, además, adoptará una actitud "market-friendly" y tratará de normalizar los flujos de dólares para inversiones.

 

Las primeras señales de cortocircuitos
En el último tiempo, Scioli se encargó de enviar guiños pro-mercado, gestos de acercamiento al campo y promesas de "corregir los errores”.
Sin embargo, el optimismo y la buena onda duraron poco. El anuncio sorpresivo de Kicillof a los fondos comunes de inversión a cambiar su criterio de valuación de los bonos dolarizados generó un cimbronazo en la plaza bursátil.

 

Scioli se venía mostrando públicamente con un plan amigable para el mercado financiero. Con esa intención, había llevado a la televisión y expuso en los medios a Miguel Bein como vocero económico autorizado.
 

Tal es así que el banco de inversión Barclay´s -uno de los más influyentes en Wall Street y en Londres- escribió un documento en el que daba cuenta de que esto debía ser leído como una indudable señal de acercamiento a las instituciones de crédito.
 

Por cierto, la mayor exposicion del "economista estrella" fue bautizada por los analistas como el "Efecto Bein". Hasta antes del traspié, desde la city porteña venían dando cuenta de un cambio de humor en los inversores.
 

"Nosotros nos mostrábamos como seguros ganadores mientras que Macri seguía dando explicaciones por el caso Niembro. Todo andaba a la perfección hasta que la medida de Kicillof embarró la cancha", confió en su momento a iProfesional una persona del equipo económico de Scioli.
 

Lo peor, claro, fue la ominosa sospecha de que esta iniciativa tomada en contra de los fondos comunes de inversión podía ser asimilada con una pesificación forzosa, algo que pondría a la administración K en una incómoda comparación con la gestión de Eduardo Duhalde en 2002.
 

La duda en el comité de campaña es si este daño provocado desde el Gobierno es deliberado o si es atribuible a una mezcla de mala praxis económica y un deseo de Cristina Kirchner por condicionar al candidato hasta el final.
 

Lo cierto es que la acumulación de señales en contra de Scioli hacen pensar a muchos si, por más que lo haya ungido como candidato, la Presidenta es capaz de contrariar su naturaleza, que la ha llevado durante ocho años a una guerra sorda contra el gobernador, con el conocido menú de desplantes públicos y ahogos financieros.

 



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