Se trata de una mujer rumana que fue ayudada por una pareja de policíasque se encontraba en ese momento en la zona. A pesar del frío que sacude estos días Roma, el parto se produjo en la misma calle sin ninguna complicación gracias a su ayuda.

La madre y la hija fueron ingresadas después en el Hospital del Santo Espíritu, que se encuentra situado entre la Vía de la Conciliación y el Río Tíber.

La emocionante historia no termina ahí ya que el encargado de la caridad del Papa, el limosnero Mons. Konrad Krajewski, fue a visitarlas esta mañana al hospital y les ofreció ayuda de parte del Santo Padre.

Según ha confirmado a los periodistas el vocero de laSanta Sede, el P. Federico Lombardi, la mujer ya recibía ayuda de la Limosnería.

“Ante todo quiero decir que la madre y la recién nacida están bien”, aseguró el P. Lombardi. “Los hombres del inspectorado de la policía ante el Vaticano han ayudado primero a la señora a dar a luz y después han acompañado a la madre y al hijo al hospital Santo Espíritu donde esta mañana acudió a visitarlos el Arzobispo Krajevski y les llevó, en nombre del Papa, la invitación a ser hospedados por un año en la Casa para jóvenes madres que el Vaticano tiene confiada a las hermanas de la Madre Teresa en el barrio Primavalle”.

El portavoz también contó que en el pasado “el limosnero había ofrecido la misma hospitalidad a la mujer, pero (ella) había rechazado ir donde las Misioneras de la Caridad”.

No obstante, “la señora ha podido utilizar las duchas y los otros serviciosque Francisco ha puesto a disposición de los sin techo en la zona del Vaticano” desde hace tiempo.

María Capone es una de las policías que asistió a la mujer en el parto. En declaraciones a Adnkronos, la asistente jefe de la Policía de Estado cuenta que “después de ser avisada” ella se acercó y vio “que la niña había nacido ya y estaba todavía unida al cordón umbilical de la madre y lloraba”.

“La temperatura era baja y nos preocupamos de cubrir a la recién nacida hasta que llegara la ambulancia”, relata. “Tuvimos miedo porque hacía mucho frío. Si hubiéramos tardado, si la niña hubiese permanecido algún minuto más a la intemperie, seguramente no lo hubiéramos logrado”.

Su compañeo policía en este pequeño milagro a los pies de la Plaza de San Pedro es Salvatore Vitale, quien explica que “vi que la niña tenía la piel morada, por lo que quité el acolchado de mi chaqueta y la envolví”.

La madre y la niña, que ha sido llamada Irene y pesa casi 3 kilos, se encuentran en el hospital y se dirigirán a su nueva casa en los próximos días.