Se trata de un grupo de aproximadamente 30 chicos que integran equipos de fútbol y representan a distintos barrios de la ciudad: Democracia, Santa Cecilia, Miguel Ortiz, Siglo XXI, Unión, entre otros.
En la reunión, el intendente manifestó su preocupación por las adicciones: “En toda mi carrera política le di batalla a las drogas, como intendente mi compromiso es mayor. Pero entiendo que es un problema complejo y que para terminar con esto de raíz es necesaria una tarea conjunta con la Provincia y Nación”.
 
Y continuó: “Pero creo que entre toda la comunidad podemos trabajar en la prevención y ayudar a los adictos y su familia. Es necesario tener políticas públicas para darle a los niños y jóvenes educación, trabajo y un futuro mejor. Es muy bueno que desde el deporte comencemos a incluirlos para que se sientan motivados. Como decía Juan Carlos Molina, de SEDRONAR, la ayuda comienza con un abrazo. Con contención podemos sacar a estos chicos de las drogas”.
 
Por su parte, Adolfo Rosas, a cargo del área de Inclusión y Militancia Social, explicó que el torneo tiene como fin la prevención de las adicciones a través del deporte y la inclusión. Además del campeonato, aclaró que se están realizando otras actividades que buscan la prevención y la recuperación de los adictos.  “Estamos realizando un diagnostico casa por casa para relevar las situaciones de consumo en los diferentes barrios de la ciudad. La zona sudeste es la más afectada por este flagelo. Por otro lado, estamos trabajando en red con fundaciones e instituciones estatales para poder dar respuestas a las demandas de la sociedad”, explicó Rosas.
 
Y aclaró: “En Salta hay policonsumo, pero hicimos foco en el paco, porque es una droga letal que destruye rápidamente a los chicos”.
 
La concejal Frida Fonseca, quien está muy vinculada al proyecto, destacó el trabajo territorial que se está realizando y agradeció al intendente por la preocupación.
 
En la charla, jóvenes en rehabilitación y madres de chicos con problemas de adicciones dieron su testimonio y contaron lo difícil que es tener un familiar en esta situación. “Yo comencé a drogarme a los 11 años, a los 16 realicé el tratamiento para salir de eso. Nunca más volvés a ser el mismo después de una cosa así. Pero valorás mucho más a aquellos que te quieren”, contó Franco de barrio Castañares.
 
Elizabeth, tiene un hijo de 28 años que quedó discapacitado a causa del consumo de drogas y les dejó un mensaje a las madres y familiares de personas adictas: “Pidan ayuda a tiempo, es una situación muy difícil y solo uno no puede. Se viven cosas muy duras”, indicó.
 
Aquellas personas que tengan problemas con adicciones o un familiar en esta situación, pueden acercarse al Centro Barrial de las Adicciones Pepe Di Paola, Balcarce 1315.