ESPECTACULOS
4 de febrero de 2016
Los Rolling Stones en el paìs
La banda más grande del mundo en el país,quieren flores, bebidas light y pastel de papa.
En La Plata habrá 4 camarines con el estilo de cada uno. Y para comer, frutas orgánicas y de estación. Muebles antiguos y cuero para Richards; sillones de lino y un área de running para Jagger.
Desde hoy, los vestuarios del Estadio único de La Plata se convertirán en cuatro camarines “temáticos”. Uno de ellos estará alfombrado y amueblado en la gama de los colores crema, tendrá sillones tapizados con lino de la India y estará decorado con rosas, cientos de rosas, blancas y amarillas. Así dicho parece el camarín de Adele, pero no. Así será el espacio de 8 metros por 5 en el que concentrará Mick Jagger el domingo, antes del primero de los tres shows que los Rolling Stones darán en Argentina.
Por intermedio de sus productores, Jagger pidió vinos blancos italianos y franceses y un “running area” –que se hará donde precalientan los jugadores– que suponen, usará para hacer ejercicios antes de salir a escena. “Que no haya nada raro ni excéntrico me parece un signo de madurez”, dice, agotada, la encargada del armado de los camarines, de las productoras T4F y DG. Hace cuatro meses que viene trabajando con ellos para que esos espacios sean perfectos. “Hay muebles que conseguimos en los mercados de pulgas y otros en mercados de lujo. Cada cosa la fuimos chequeando con los asistentes de ellos, porque cada uno tenía un pedido distinto acorde a su perfil. Fue como hacer un scouting para una publicidad de arte”, cuenta.
Los muebles clásicos que pidió Jagger, incluida una mesa de hierro gastado, se consiguieron en mercados de lujo, pero el pedido de Keith Richards se consiguió hurgando en mercados de pulgas: sillones chester de cuero, una mesa de mármol blanco, lámparas a tono. “Lo más raro para mí fue el pedido de comida. Richards pidió un Shepherds pie, que es parecido a un pastel de papas nuestro. Es muy importante hacerlo bien porque es una cábala, lo come antes de cada show. La mayoría de las bandas, como Pearl Jam, U2 o Muse vinieron con sus propios chefs. Ellos no, nos mandaron la receta. Así que la empresa de catering lo está ensayando y el viernes sus asistentes van a hacer una degustación a ver si se logró”.
En el camarín de Richards habrá un espejo de 1,8 metro de alto. También habrá cervezas, para él y para los suyos. “Todos tienen a sus ex mujeres en las listas. Viajan unas 50 personas en el charter, eso incluye también a amigos, hijos y nietos”. Cada Stone tendrá a dos personas fijas para su seguridad.
Vista de los preparativos para el concierto de la banda británica The Rolling Stones en el estadio Único de La Plata, en la provincia de Buenos Aires, hoy, martes 2 de febrero de 2016. En este escenario se celebrarán los tres conciertos del grupo en Argentina. La venta de entradas para la presentación en Buenos Aires no tiene precedentes y ha marcado un nuevo récord.
No serán porrones de Heineken como pidieron, porque parece que no hay en los supermercados. Tampoco hay Red Bull sin azúcar, como en Londres, y hubo que notificarles ese detalle para que se trajeran las latas de energizante light de casa. Además, hubo que reemplazar algunos pedidos: pidieron agua Fiji, que viene de las islas del mismo nombre. Les consiguieron agua de manantial local, marca Palau. También pidieron frutas orgánicas, arándanos y frambuesas.
Así como Jagger pidió rosas, Richards encargó flores silvestres. El camarín de Ron Wood será muy parecido al de Richards pero el cuero no será en la gama del negro sino de los marrones. Todos estarán en hoteles distintos: Ron Wood se alojará en el Faena, habrá otro Stone en el Park Hyatt, y el resto es top secret. No quieren que se sepa porque parece que durante los 10 días que estén en Buenos Aires andarán bastante sueltos, visitando a sus amigos argentinos. Jagger es amigo del Corcho Rodríguez, por ejemplo, y la casa del ex de “Su” sería una de las visitas obligadas.
la plataarmado de escenario de los rolling.
Hay 1.500 personas trabajando en el armado del show. Entre ellas, hay 40 que están montando el escenario sin gestos de sufrimiento: arman, paran y con el casco de seguridad puesto, sacan la lengua y se sacan selfies con el escenario de fondo. Afuera, quienes viven frente al estadio, se preparan para sacar las reposeras y la cerveza a la vereda. Saben –lo comprobaron cuando tocó Pearl Jam– que la música se escucha a cuatro cuadras de distancia. Es que no quedan entradas pero aún hay de reventa en la web: campos a 8 mil pesos, plateas a 13 mil. “Si pudiera, lo pagaría”, dice un joven que oye el dato al pasar. “Es una oportunidad histórica –sigue–: tienen más de 70 años, quizás sea la última vez”.
Fuente: EFE/David Fernández
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