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17 de marzo de 2016

Brasil se kirchneriza y anticipan el impacto sobre la economía

Dilma en el gobierno, Lula al poder: El ex mandatario asume como el principal ministro de Rousseff. Además de cubrirse legalmente por los escándalos del "petrolao", buscará darle un giro populista a los principales lineamientos de gestión. Esto traerá consecuencias no sólo en el país vecino, sino también en Argentina, según expertos.

Inácio Lula da Silva, quien días atrás recibió un duro revés judicial en la causa en la que se lo investiga por enriquecimiento ilícito y que amenaza con ponerlo tras las rejas. 
Lula ya es lo que en Brasil se conoce como “ministro de Casa Civil”, un cargo equivalente a la jefatura de Gabinete.
Así, el líder del PT pasará a la historia como el primer político que, tras hacerse cargo del Ejecutivo, asume luego como ministro. 
Consultoras, analistas políticos y legisladores de la oposición ven en esta designación un intento del oficialismo de proteger judicialmente al ex presidente y de aglutinar las fuerzas que le quedan al PT para intentar garantizar que la presidenta Dilma Rousseff –amenazada por el fantasma del juicio político- pueda terminar su mandato. 
“Es un momento crítico para Brasil. El oficialismo, con esta jugada, está utilizando el último cartucho que le queda disponible. Están dando un manotazo de ahogados, con el riesgo de que Lula y Dilma se hundan juntos”, con ese nivel de crudeza graficó el contexto actual el analista y CEO de la consultora Center Group, Gustavo Segré. 
Desde la administración de Rousseff se apresuraron en aclarar que el objetivo es el de encausar un “plan de renovación nacional”. En otras palabras, una suerte de refundación del "modelo del PT", que asegura haber sacado de la pobreza a 30 millones de personas durante la última década. 
Sin embargo, en las últimas horas saltó a la luz una escandalosa escucha telefónica que probaría que Dilma lo nombró ministro para que pueda eludir el proceso judicial. 
En la conversación, la presidenta le dice que le envía "el acta de asunción" para que la "use sólo en caso de necesidad".

Lula al poder
Bajo la óptica de Segré, “este golpe de efecto es similar a lo que sucedió en varias oportunidades en la Argentina cada vez que el gobierno de Cristina Kirchner tuvo algún revés político y se refugió en el núcleo duro de su partido”. 
“Aquí está sucediendo lo mismo: el fin de semana, más de 3 millones de personas salieron a protestar por las calles de todo el país y unos días después se anunció que Lula es jefe de Gabinete. Es como un ´vamos por todo´ a la brasileña”, apuntó el experto. 
Para Segré, lo más trascendental de la incorporación del ex presidente como jefe de Gabinete es que, en la práctica -si es que quedaban dudas- esto le pone punto final a la “era Rousseff”. 
“A partir de ahora, el que gobierna va a ser Lula", sostuvo el analista, quien trazó otro paralelismo con la Argentina: "Si las últimas elecciones presidenciales las hubiese ganado el Frente Para la Victoria, es como si Scioli designara como jefa de ministros a la propia Cristina. ¿A quién le hubiesen tenido que rendir cuentas los funcionarios? ¿A Scioli? Seguramente no". 
Rousseff, por cierto, atraviesa un momento de debilidad evidente. Está en su peor momento político, dado que no cuenta con una base aliada contundente dentro del propio PT –que claramente tiene como referente a Lula- y, además, el 74% de la población desaprueba su gestión. 
Por eso, la incorporación del ex presidente es vista como una espada de doble filo para Dilma: tendrá el apoyo político del ala dura del oficialismo, pero a costa de perder su autonomía. 
Para Segré, ni siquiera habrá espacio para hablar de un futuro “doble comando”, en el que las dos figuras compartirán el poder. “Apenas asuma como ministro, Lula tomará el volante”, apuntó. 
La imagen de una Dilma corrida del centro de la escena y vaciada totalmente de poder fue recogida por el líder de la oposición y senador por el PSDB, Aécio Neves, quien afirmó que, con esta jugada, Rousseff “abdicó” definitivamente a su mandato. 
En tanto, desde la influyente Fundación Getulio Vargas, la analista Virene Matesco, advirtió que la llegada de Lula al Ejecutivo supone una "renuncia" por parte de Rousseff, quien a su juicio "delegará las funciones” en su padrino político.
Esta jugada, además, ratifica las intensiones de Lula de postularse para las elecciones presidenciales de 2018 por el PT, dado que Dilma –además de estar desgastada- no puede presentarse y el partido no cuenta con otra figura de peso. 
Días atrás, al dar una conferencia luego de que la policía lo fuese a buscar a su hogar para que preste declaración, el ex mandatario afirmó que el proceso judicial que se llevaba en su contra lo había hecho cambiar de opinión. 
“Estoy viejito, quería descansar, pero voy a ser candidato a la Presidencia en 2018 porque creo que mucha gente me está provocando”, afirmó micrófono en mano. 
Lula tiene varias causas abiertas en su contra, en las que es sospechado de enriquecimiento ilícito, blanqueo y falsificación de documentos. Las mismas llevaron a la Fiscalía de San Pablo a pedir su detención preventiva. Hasta ahora, el caso era llevado por el juez Sérgio Moro, quien sigue el tema Petrobras.  
Al incorporarse al gabinete de Rousseff, el ex presidente pasaría a tener foros de privilegio. Según Segré, “esto no impide que sea investigado y juzgado. Pero a partir de ahora, la causa pasará a manos de la Corte Suprema, lo que supone que se dilatarán los plazos y le permitirá ganar tiempo valioso".
¿Un giro hacia el populismo? 
El punto central del debate es el camino económico que tomará Brasil en esta nueva etapa política. 
El influyente medio Valor Económico, anticipó que la intención de Lula es la de coordinar un “plan nacional de reactivación”, que apuntale el consumo y permita frenar la sangría de puestos de trabajo. 
El consenso entre analistas es que el Gobierno está a un paso de dar un giro mucho más profundo hacia el populismo y abandonar las metas de control del gasto público y de la inflación.
Si se aplica una política más expansiva, según Segré, se demorarán algunas medidas de ajuste fiscal que viene reclamando el mercado para normalizar los números (principalmente déficit fiscal e inflación).
Esto, a su vez, pondría en riesgo una normalización de la economía y complicaría más el regreso de las inversiones. 
“El control de la inflación y del déficit fiscal son dos condiciones necesarias para que Brasil vuelva a encarrilare y reciba fuertes desembolsos”, apuntó. 
Sobre el nuevo escenario económico que se abre en el país vecino, el opositor Neves advirtió que será "una tentación irresistible para el populismo y la irresponsabilidad fiscal que nos trajo a este calvario que vivimos hoy". 
En tanto, desde la Fundación Getulio Vargas advirtieron que hay grandes probabilidades de que Lula "tome medidas de carácter expansionista para fomentar el consumo y aumentar los gastos del Gobierno". 
De acuerdo con la experta, estas medidas irían en dirección opuesta al ajuste fiscal que venía aplicando Rousseff, que incluía una drástica reducción del gasto y un aumento de la recaudación a través de la vía tributaria, medidas criticadas por el propio PT.
Bajo la óptica de Segré, “Lula se está jugando su bala de plata. Tendrá que tomar una decisión: o mantiene el plan de ordenar las cuentas, bajar la inflación y darle confianza al mercado para reactivar la llegada de inversiones. O se apoya en la militancia, sabiendo que la necesitará a futuro por los problemas políticos. Esto lo llevará a abusar del gasto público, para congraciarse nuevamente con el electorado de menores recursos, que es el que está sufriendo más esta crisis”. 
El problema –apunta el experto-, es que “seducir al mercado y garantizarse más desembolsos y producción requiere de tiempo. Y Lula sabe que no lo tiene. Si, en cambio, opta por la segunda vía, tirará por la borda gran parte de las correcciones que se han venido haciendo”, las cuales apuntaban a lograr bases más sólidas para que la economía vuelva al crecimiento.  
De hecho, según trascendió, el “plan de reactivación económica” que plantea el ex presidente prevé la asignación de más fondos públicos para el programa social Minha Casa Minha Vida –para la construcción de viviendas sociales- y la ampliación del programa Bolsa Familia, para que llegue a unas 40 millones de personas. 
Cabe destacar que el PT viene de realizar a fines de febrero un congreso en Río de Janeiro en el que aprobó un duro documento titulado Programa Nacional de Emergencia, con el que blanqueó el enfrentamiento que hay con la propia Dilma. 
En ese “programa paralelo” de gobierno se recomendaba aumentar en un 20% los fondos para los sectores más pobres, bajar la tasa de interés básica y hasta echar mano a las reservas para financiar obras de infraestructura, saneamiento y vivienda. 
Esto último, para los analistas, podría terminar acelerando la inflación, que el año pasado terminó por encima del 10%. 
Primeros efectos en la Argentina
Un posible viraje del plan económico brasileño que aminore el nivel de recorte del gasto público e impulse la obra pública y el consumo, -especialmente entre los sectores más bajos- podría tener un efecto limitado en algunas ramas de actividad puntuales de la Argentina. 
Principalmente, en rubros como alimentos e insumos para la construcción, los que podrían mostrarse más dinámicos en los próximos meses si se confirma el fin de la política de ajuste. 
Cabe destacar que el año pasado la Argentina exportó alimentos a Brasil por u$s2.700 millones, lo que explicó el 26% de los envíos totales. Trigo, frutas, hortalizas, galletitas y panificados, lácteos y bebidas fueron los ítems que concentraron las principales operaciones. 
Sin embargo, para Segré, la única manera en que haya un fuerte crecimiento de las exportaciones es que crezca el PBI brasileño. Mientras tanto, el grueso de los envíos al mercado vecino continuará sin reacción, principalmente las vinculadas con el complejo automotor. 
En Brasil, los patentamientos durante el primer bimestre se desplomaron más del 31% y esto repercutió en los envíos hacia el país vecino, que en febrero tocaron su menor nivel en una década.  
Además, Segré advirtió que esta expansión del gasto se terminará pagando a mediano plazo, dado que la demora en la llegada de inversiones de peso y de proyectos productivos de envergadura en Brasil, no harán más que retardar la recuperación de su economía. 
Cabe destacar que el PBI brasileño sigue en caída libre: registró un desplome del 3,8% en 2015 -la caída más elevada de los últimos 25 años- y el consenso –según un relevamiento de Focus Economics- es de una otra baja del 3,5% para este 2016. 
De confirmarse las previsiones, el país vecino encadenaría dos ejercicios en rojo por primera vez desde 1930.
La “luz al final del túnel”, según los analistas, comenzaría a vislumbrarse en 2017, para cuando se prevé la primera tasa positiva, del orden del 0,5%. 
Sin embargo, las proyecciones ahora deben revisarse en función de las políticas que se apliquen en Brasil, con una Dilma que seguirá siendo la "cara" del gobierno, pero con un Lula manejando los hilos del poder. 

 

 

Lula fue nombrado como ministro de la Presidencia por Dilma Rousseff AFP En las calles, los mismos movimientos sociales que el domingo movilizaron a 3,6 millones de brasileños en protesta contra el gobierno consiguieron en pocas horas reunir a cientos de manifestantes en algunas ciudades para exigir la renuncia de Rousseff y la detención de Lula. Igualmente en las calles de decenas de municipios fueron escuchados cacerolazos y bocinazosen señal de protesta al Gobierno.   En una rueda de prensa el abogado de Lula, Cristiano Zanin Martins, afirmó que la intención del juez al autorizar la divulgación de las escuchas fue generar una "convulsión social". Según el letrado, Moro fue arbitrario al levantar el secreto en momentos en que el proceso ya no es de su competencia.

 

Como el cargo de ministro le otorga a Lula fuero privilegiado, Moro tendrá que trasladar todo el proceso contra el ex mandatario al Tribunal Supremo Federal, la máxima corte del país y en la que, según analistas, las decisiones son más lentas. La jefa de Estado, en una rueda de prensa convocada para defender el nombramiento, insistió en negar que su decisión busque blindar judicialmente a Lula y dijo que las investigaciones proseguirán, pero en otra instancia. La frase que incendia a Lula y es TT: “Cuando un rico roba se convierte en ministro" fotos
Los medios de Brasil recordaron la frase que Lula pronunció cuando era diputado federal en 1988. Catarata de memes en las redes sociales.

 



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