El abogado Jorge Chueco se negó ayer a declarar ante el juez Sebastián Casanello, aunque se encargó de dejar asentado en el expediente que no cometió “ningún delito” y que atravesó dos intentos de suicidio durante los últimos días. Su defensa, a cargo de Juan Martín Cagni Fazzio y Ezequiel Altinier, insistió ayer con la misma estrategia del día anterior. Aunque los médicos del Cuerpo Médico Forense habían asegurado que estaba en condiciones de declarar, Chueco argumentó que su condición anímica no se lo permite, y dejó abierta la puerta de presentar un escrito o pedir una ampliación de su indagatoria en el corto plazo.

El abogado no contestó preguntas, pero igualmente escuchó los cargos en su contra. Se lo acusa de haber puesto en circulación en el mercado financiero, entre diciembre de 2012 y abril de 2013, “bienes de origen ilícito que serían de Lázaro Baez y que terminaron incorporándose en el patrimonio de Austral Construcciones”.

Se trata de una maniobra de autocompra de títulos de deuda pública por parte de Helvetic Services Group SA, que permitió el reingreso al país de unos 33 millones de dólares a partir del depósito de nueve cheques en una cuenta bancaria de Austral Construcciones. Esos cheques fueron endosados por Jorge Chueco –como apoderado de Helvetic- y depositados por Eduardo Larrea y Claudio Bustos en nombre de la empresa de Báez.

De acuerdo con la información existente en la causa, Chueco también intervino de manera directa en la operación de compra de la financiera SGI a manos de Helvetic. 

Como parte de las formalidades de la audiencia, Chueco fue consultado por sus cuestiones personales. En ese marco, describió los medicamentos que toma habitualmente y habló de sus seis hijos (cinco son mujeres). También confirmó que “tomó la decisión de terminar con su vida en dos oportunidades” mientras que estaba en la zona de la Triple Frontera. “Lamentablemente no lo logré”, agregó. La frase sorprendió a los empleados judiciales, aunque sería parte de su estrategia para dilatar su declaración.

El abogado, apuntado por Leonardo Fariña en su declaración, se definió como un “representante de empresas argentinas”, aunque solo dio un nombre, Luxotic Argentina. Y dijo que atiende “clientes importantes”. Sin embargo, afirmó que sus honorarios mensuales oscilan entre 50 y 60 mil pesos.

Chueco fue detenido el martes en la ciudad paraguaya de Encarnación y hasta ayer estuvo alojado en el Edificio Centinela de la Gendarmería. Su misteriosa desaparición tras la declaración de Fariña, provocó que el juez ordenara el lunes su captura nacional e internacional en la resolución en la que procesó al empresario kirchnerista Lázaro Báez.

Por ahora Chueco seguirá detenido. Sus abogados, Juan Martín Cagni Fazzio y Ezequiel Altinier, todavía no pidieron su excarcelación o alguna medida especial para su detención. Ayer a la tarde, el Servicio Penitenciario Federal decidió que sea trasladado a la cárcel de Ezeiza, donde también están detenidos Báez y Daniel Pérez Gadín. Los tres, según el relato de Fariña, conformaban la misma estructura: Chueco manejaba la parte legal y Pérez Gadín la financiera.

Fuente:Agencias Télam-DyN