Al final, habrá impeachment olímpico. Después de varias idas y venidas, la comisión especial de juicio político del Senado definió ayer el calendario a seguir para juzgar a la suspendida presidenta Dilma Rousseff por manipulación de las cuentas fiscales. La etapa final del proceso que decidiría su destitución ocurrirá en medio de la celebración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, en agosto.

El gobierno del presidente interino, Michel Temer, había buscado acelerar los tiempos del juicio, tanto para evitar que el ambiente político empañe los Juegos como para disminuir las chances de que su administración transitoria se siga desgastando al ritmo que viene desde que asumió el poder el 12 de mayo y pueda fortalecerse en el cargo una vez que el destino de Rousseff sea decidido.

Ahora, con el cronograma aprobado, ambos presidentes deberán superar una delicada carrera de obstáculos hasta ganar tranquilidad.

Frente a los intentos de los senadores del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de Temer, por apurar los trámites, el Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff, logró que se mantuviera el plan original que reservará 15 días a cada parte para presentar sus alegatos. Así, a partir de mañana, la defensa de Rousseff expondrá sus argumentos y luego empezará a llamar a testigos para sostener su postura; la lista era de 50 personas, pero se espera que sea reducida.

La propia presidenta podría declarar ante la comisión, aunque también podría hacerlo a través de su abogado, José Eduardo Cardozo, ex ministro de Justicia y ex abogado general de la Unión durante su gobierno. Luego, será el turno de la parte acusatoria, que buscará afirmar que las maniobras fiscales realizadas por Rousseff durante los últimos dos años constituyeron un crimen de responsabilidad, destinado a esconder el déficit y garantizarse la reelección en 2014.

Una vez finalizada esa fase, la comisión tendrá diez días hábiles para elaborar un informe que deberá ser votado primero en el propio órgano y luego dos veces en el plenario del Senado, encabezado por el presidente del Tribunal Superior Federal (TSF).

La primera votación, para la aceptación de la acusación, requerirá del apoyo de una mayoría simple de los 81 senadores; la segunda, para condenar o no a Rousseff, necesitará del respaldo de los dos tercios de la Cámara, es decir, 54 senadores.

Si no hay atrasos, la primera votación en la comisión especial debería ocurrir entre el 1º y el 2 de agosto, apenas unos días antes del inicio de las Juegos, el 5.

De aplicarse este calendario, el juicio final tendría lugar a mediados de mes, antes de que terminaran los Juegos, el 21 de agosto. Si Rousseff fuera declarada culpable, sería inmediatamente destituida y Temer la reemplazaría de manera efectiva hasta el fin del actual mandato, el 31 de diciembre de 2018. De ser hallada inocente, la presidenta retomaría automáticamente sus funciones.

Fuente:Agencias