POLITICA
19 de junio de 2016
La Iglesia advirtió sobre la corrupción y pidió que no haya impunidad
José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, reclamó una Justicia "independiente" y "respetuosa de las garantías constitucionales". También indicó que el Episcopado "colaborará con todo lo necesario".
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), José María Arancedo, advirtió sobre "el flagelo de la corrupción y del narcotráfico" en el país y reclamó que no haya "impunidad", sino "una justicia independiente respetuosa de las garantías constitucionales".
En la misa del segundo día del Congreso Eucarístico Nacional, día dedicado a la reconciliación, Arancedo remarcó que "como argentinos venimos de una historia con luces y sombras, con desencuentros y heridas, con el flagelo de la corrupción y del narcotráfico", pero agregó: "Nos sentimos animados por la luz de la fe que fortalece nuestra esperanza y renueva nuestro compromiso de una Patria de hermanos".
Tras el cambio de Gobierno y en medio del escándalo por la detención del exsecretario de Obras Públicas José López tratando de ocultar millones de dólares en un monasterio, el líder de la Iglesia hizo un llamado a la "reconciliación", pero advirtió: "La reconciliación no es impunidad".
"La reconciliación no es impunidad, ella necesita de la verdad y del ejercicio de una justicia independiente respetuosa de las garantías constitucionales, pero aspira a una meta más alta y significativa. Cuando abrimos nuestra mente y nuestro corazón al llamado evangélico de la reconciliación se abre un camino nuevo hacia la concordia y la fraternidad. La reconciliación es profecía y camino hacia una humanidad nueva", subrayó.
En este sentido, dijo que "como argentinos nos haría bien esa actitud de dolor de Jesús por lo que nos falta de honestidad y justicia, de respeto por la vida y reconciliación".
Y les propuso a los argentinos, "especialmente a los jóvenes", que se sientan "protagonistas de una Argentina dispuesta a superar odios y divisiones que enfrentan y aíslan", teniendo presente que "el espíritu de reconciliación no es debilidad, sino expresión de fortaleza moral y madurez".
"La fe en Dios manifiesta, junto al amor y el compromiso con la Patria, una apertura fraterna a todos los hombres. La fe no nos aísla, es camino de encuentro, de respeto y de diálogo", insistió el arzobispo.
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