La historia de Marcus Willis emociona al mundo, tenista inglés de 25 años, se ha convertido en uno de los sucesos más emocionantes del año. El británico, número 772 del mundo, se enfrentó nada menos que a Roger Federer en el legendario Grand Slam de Wimbledon.

Podría haber pasado desapercibido, de no ser por su condición de "no profesional", que lo convirtió rápidamente en una de las atracciones del torneo.

Willis aún vive con sus padres y hasta hace una semana cobraba 30 libras la hora por dar clases de tenis a chicos de 4 y 5 años.

De gran talento, el jugador de Slough llegó a estar entre los 15 mejores jugadores del ranking júnior. Todo el mundo le decía que iba a ser una estrella, que triunfaría. "Y luego me encontré con la realidad más dura. Empecé a perder muchos partidos, a tomar malas decisiones", reconoció el jugador del que todo el mundo habla.

"Era un perdedor. Tenía sobrepeso, bebía demasiada cerveza y no tenía la motivación necesaria", confesó después.

Hace tres años, pasados los tiempos de locura y desenfreno, Willis se miró al espejo y se dijo: "Tienes que cambiar de actitud". Y lo hizo. Intentó hacerse hueco en ligas de tenis en Alemania y Francia, también en torneos Futures, pero el ascenso era lento, además de increíblemente costoso.

Vivir del tenis no era rentable. Hace seis meses, después de perder un Future en Túnez en el que apenas ganó 320 euros, se planteó dejarlo para siempre y empezó a dar clases en el Warwick Boat Club.

Hoy todo el mundo conoce su historia. Willis entró como último clasificado en el torneo que daba acceso a una invitación a la previa de Wimbledon. Ganó los tres partidos y luego, tres más. Así se metió en el cuadro final del torneo más emblemático.

El lunes arrancó ganándole a Ricardas Berankis en la primera ronda de Wimbledon, un jugador 700 puestos por encima de él en la clasificación.

Este miércoles se enfrentó al mejor de la historia. Cayó ante Federer 6-0, 6-3 y 6-4 en segunda ronda. Ganó 60 mil euros, con los que podrá prolongar el sueño.

Y el suizo, que lo vapuleó en la cancha, sólo tuvo palabras de elogio para describirlo: "Historias como las de Willis son las que necesitamos en nuestro deporte. La gente sabrá de este encuentro, qué pasó, cómo fue. El público estará con él, es algo natural. Lo merece. Su historia es simplemente genial".