Las pantallas de televisión subieron el volumen para anunciar que el debate presidencial comenzaba y la comunidad estadounidense reunida en el restaurante Pinche Gringo BBQ comenzó a aplaudir. Hombres, mujeres, familias completas de americanos o gringos, o “pinches gringos” -como los llaman aquí- tenían esta noche una razón muy particular para reunirse a coro: no apoyar al candidato republicano Donald Trump.

“Nosotros sí queremos a México”, dijo a este diario Dan Defossey, un neoyorquino que vino a la capital como empleado corporativo de Apple hace cinco años y luego puso su propio restaurante inspirado en “la más pura gastronomía estadounidense” con sus sazones locales  (igual que ocurre con el mole) y sus influencias de la migración negra, alemana, mexicana.

El debate llamó la atención de muchos en México. HECTOR GUERRERO/AFP/Getty Images

“Los americanos tendemos puentes y el mensaje de Trump va en contra de todo lo que somos aquí”, dice convencido. “Yo ya soy mexicano”

Bajo esta convicción, Defossey no dudó en abrir las puertas de su negocio a la organización Democrats Abroad cono miras de empujar a otros estadounidenses a ejercer su voto en contra de la xenofobia y la “visión cerrada” del comercio que tiene el magnate.

“Queremos unirnos con otros demócratas del país y hacer crecer nuestro poder de voto y plataforma desde aquí”, dijo  la mexicoamericana Venónica Reyes, presidenta local de la organización.

“Lo que Trump propone nos deja pensar que los americanos que vivimos aquí podemos ser muy afectados. Por ejemplo, los expatriados temen que les quite sus pensiones por vivir aquí y los empleados de empresas corporativas que se les cargue los impuestos porque México es su villano favorito”, dijo. “A mi me preocupan sus ataque contra NAFTA (Tratado de Libre Comercio) porque soy consultora y asesoro a empresas”.

Los más de 200 asistentes a Pinche Gringo sentados en largas mesas de madera acordaron decir salud o aplaudir cada vez que los camdidatos mencionaran la palabra Mèxico.  Así que durante los primeros minutos que duró el debate aplaudieron ocho veces y así el resto de la noche mientras tomaban cerveza artesanal y comían brisket, pullet pork, porket ribs y turkey.

Cuando la demócrata Hillary Clinton embestía contra su rival soltaban las carcajadas como cuando dijo que “tal vez la razón por la que oculta su declaración fiscal es porqueno es tan adinerado, generoso o exitoso como dice ser. Está tratando de ocultar algo”.

En los momentos tensos, los comensales escuchaban.”Esto es algo inédito: jamás había visto tanto interés y preocupación de la comunidad estadounidense aquí por lo que vaya ocurrir con un presidente allá”, destacó la analista Laura Carlsen, directora del Programa para las Américas del Centro de Política Nacional quien asistió como espectadora en Pinche Gringo.

Fuente HECTOR GUERRERO/AFP