Este domingo el papa Francisco visita la Comunidad de Sant'Egidio y sus amigos pobres, en el antiguo barrio de Trastevere en Roma,  cuna de la primera comunidad cristiana y lugar donde la Comunidad, fundada  por Andrea Riccardi, tiene una suerte de "ciudadela de los pobres" (comedor, 
escuela de italiano para migrantes, casa para alojar a personas en situación de calle, casa para ancianos, el restaurante "Los Amigos", (gestionado por  personas discapacitadas). En la Basílica de Santa María in Trastevere se celebra todas las noches la oración, primera obra y centro de la vida de la 
Comunidad. 

Como ha comentado Andrea Riccardi, "será una visita de amistad a los pobres, centro del Evangelio". Y el Papa recibirá el abrazo de centenares de  pobres (ancianos, gitanos, amigos de las calles, minusválidos, niños, inmigrantes) que forman parte de la familia de la Comunidad, a los cuales los 
miembros de la Comunidad dedican tiempo y energías.

Este pueblo, donde crece una alianza entre pobres y humildes será el marco central de esta histórica visita de Papa Bergoglio. También la elección del día, una semana después de Pentecostés y de la oración por la paz en Tierra Santa, en los jardines del Vaticano, es todo un símbolo: en efecto la Comunidad forma parte junto a los nuevos movimientos de esta renovada Pentecostés de la Iglesia y 
por otra parte vive y lleva adelante aquel "espíritu de Asís", inaugurado por San Juan Pablo II, en el histórico encuentro de oración por la paz con los líderes de las religiones mundiales, que Sant'Egidio quiso recoger con las ediciones anuales de "Hombres y Religiones". 

Entonces será la oportunidad de ofrecer al obispo de Roma la alegría del carisma de la oración y de la amistad con los pobres, el trabajo por el diálogo y la paz, ejes del compromiso de la Comunidad, que en Buenos Aires Papa 

Bergoglio conoció durante su ministerio episcopal, al comienzo de los años Noventa. Diferentes veces en efecto en la Catedral Metropolitana el entonces Cardenal Bergoglio pudo abrazar los niños de las "Escuelas de la paz" de la Boca y de la Villa 21 y de la Matanza, los ancianos, los amigos de la calle: una amistad entonces que se renueva y se fortalece. La visita de un padre que nos 
fortalece y nos consuela y nos llama a más responsabilidad en el anuncio y en la comunicación del Evangelio. La Comunidad de Sant'Egidio quiere ser para Papa Francisco como aquel hombre de Cirene que quiso aliviar la pesada carga de la cruz de Jesús. En esto queremos acompañar con alegría al Papa. 

(*) Marco Gallo, integrante de la Comunidad de Sant'Egidio en Buenos Aires.