Pasadas las 18.20, Andrés Ibarra, ministro de Modernización, Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, Pablo Tonelli, jefe de Asuntos Constitucionales en Diputados, y Adrián Pérez, secretario de Asuntos Políticos e Institucionales del Ministerio del Interior, abandonaron el despacho de Rogelio Frigerio con cierto alivio. Y también resignación.

La Casa Rosada debió intervenir directamente en las negociaciones políticas sobre la reforma electoral ante el pantano legislativo que transita el tecno-voto en el Congreso. El proyecto figura en la carpeta de "high priorities" de Mauricio Macri de cara a las elecciones del 2017. Eso explica la presencia junto a Frigerio de Pinedo, a cargo del Senado, y de Tonelli, quien será receptor en su comisión de las modificaciones que le imprimirá el peronismo en el Senado. Ibarra es el ministro que tendrá a su cargo los procesos licitatorios, tanto del cuestionado software como de las máquinas de votación.

En Diputados se aprobó el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo Nacional para implementar la boleta electrónica a partir de 2017 en todo el país. Pero a la hora de votar la iniciativa, el panperonismo de la Cámara baja volteó el intento del PEN por cambiar el sistema de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). El Gobierno nacional aspiraba a un "corralito". Es decir, prohibir que el votante eligiera candidatos de distintos frentes electorales, sin poder aplicar el voto cruzado en distintas categorías.

El temor del oficialismo es que ahora la iniciativa sufra una nueva poda de parte del PJ en el Senado, regrese a Diputados, se empantane de nuevo el debate, y que la Casa Rosada no llegue a tiempo de implementar el voto electrónico en 2017., un sistema que podría derrumbar la estructura de punteros, delivery de boleta papel, sustracción de papeletas y un ejército de fiscales asociados al predominio del peronismo en los territorios.

Esa alerta fue emitida por Frigerio durante su paso en el Senado el martes pasado. Y ayer fue ratificada por los jueces de la Cámara Nacional, Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera, quien exhortó al Congreso a modificar el sistema electoral "lo antes posible". 

María Romilda Servini de Cubría también alertó a los senadores sobre los tiempos: "Si lo quieren listo para 2017 tiene que salir pronto la ley", sostuvo la magistrada, quien sin embargo pidió incorporar el sistema en forma gradual al considerar que se debe "hacer con un poco de anticipación porque hay que relevar de nuevo todos los lugares de votación".

A partir del respaldo obtenido desde la Justicia Electoral, la Casa Rosada acordó con el FpV/PJ de Miguel Pichetto un cronograma de tratamiento del proyecto que contempla su regreso a la Cámara de Diputados con modificaciones. La boleta única electrónica y el doble sistema de conteo, manual y digital, no sufriría cambios. Pero el peronismo senatorial está dispuesto a introducir su aplicación "gradual", es decir en determinados distritos y no en todo el país, tal cual ordenó Mauricio Macri.

Ahora el oficialismo y el peronismo negocian los términos de esa "gradualidad" que sería incorporada el texto definitivo del proyecto pero con carácter optativo. Es decir, sólo en el caso de que el PEN no logre llegar a tiempo con las licitaciones, capacitaciones y logística en todo el país.

En este escenario, el Senado prepara una sesión para el miércoles 16, cuando los legisladores regresen de su gira por Estados Unidos para presencial el duelo Hillary Clinton vs. Donald Trump. El proyecto regresaría a Diputados para ser convertido en ley, con los cambios negociados en el Senado, el miércoles 23, una semana antes de que finalicen las sesiones ordinarias. Tal cual pidió Macri.

Fuente:Agencias  

Foto:El Senado recibió ayer a los jueces Alberto Dalla Vía, Santiago Corcuera y a María Servini de Cubría. Pidieron celeridad en el debate legislativo.