DEPORTES
6 de noviembre de 2016
Messi marcó el empate parcial para Barcelona que luego Suárez transformó en victori
Barcelona venció 2-1 a Sevilla gracias a su reacción en la segunda parte y el liderazgo de Lionel Messi, autor de una exhibición que incluyó un gol y una asistencia.
El encuentro, que cerró la undécima jornada de la Liga española, respondió plenamente a la gran expectativa creada en la previa y triunfó Barcelona después de sufrir mucho en la primera mitad tras recibir un gol de Vitolo. Pero bajo el mando de Messi remontó para mantenerse a dos puntos de Real Madrid, líder del torneo.
La primera parte fue trepidante, con un ritmo casi salvaje, y el empate 1-1 con el que se llegó al descanso no hizo honor a los méritos de Sevilla, que hizo mucho más que Barcelona por irse ganador al descanso. Pero perdonó y lo pagó caro.
El conjunto que dirige Jorge Sampaoli, donde Luciano Vietto y Franco Vázquez fueron titulares mientras que Joaquín Correa ingresó en el complemento y Matías Kranevitter no tuvo minutos en cancha, propuso un partido parecido al que el martes le planteó Manchester City a Barcelona en la Champions League. Es decir, realizó una presión asfixiante en campo contrario y combinó rápidamente con numerosas subidas por banda. Como en el choque de Inglaterra, Barcelona no encontró soluciones colectivas, sólo individuales, algo que sin embargo corrigió tras el descanso.
Sevilla se adelantó a los 15 minutos con un gol de Vitolo tras un contraataque que contó con la ayuda de Sergi Roberto. Ter Stegen tampoco estuvo feliz.
Después del gol, las llegadas locales se fueron sucediendo ante un Barcelona que pasó
momentos de verdadera angustia. Pero salió al rescate Messi para culminar con un disparo ajustado una asistencia de Neymar. Mucho premio para el conjunto que conduce Luis Enrique, escaso para el de Sampaoli.
Todo cambió en la segunda parte. Por dos razones: la mayor agresividad de Barcelona y, sobre todo, el recital de Messi. El argentino ofreció lo mejor de su repertorio y protagonizó cada acción ofensiva de su equipo, que se encontró con múltiples espacios. Sampaoli no supo esta vez ajustar las piezas.
El gol del triunfo visitante ocurrió a los 61 minutos tras una pérdida de balón del defensa portugués Daniel Carriço. Messi comandó el contraataque y asistió para que Luis Suárez definiera con contundencia.
Ya sin fuerzas, Sevilla se vio incapaz de revertir el sino del encuentro, que viajó hacia Barcelona porque Messi así lo quiso. De hecho, al final hasta pareció corta la diferencia del conjunto catalán, a juzgar por los méritos adquiridos en su gran segunda parte.
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