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POLITICA

9 de noviembre de 2016

Un ex funcionario K rompió el silencio ante la Justicia Corrupción en la obra pública

Hugo Rodríguez, ex subsecretario de Obras Públicas, detalló cómo se aprovechaban contratos millonarios de infraestructura financiados por el Estado. Y comprometió más a Cristina Kirchner, a José López y a Carlos Kirchner, primo del ex presidente.

Se rompió el pacto de silencio entre los ex funcionarios que manejaron los negocios de la obra pública K. Uno de los ex subsecretarios de esa área, Hugo Rodríguez, declaró ayer ante la Justicia. Fue en el marco de la causa en la que se investiga si los Kirchner usaron sus tres gestiones presidenciales para conformar una asociación ilícita para generar dinero de la corrupción a través de contratos millonarios de infraestructura financiada por el Estado. Esta declaración comprometió la situación de la ex presidenta Cristina Fernández; también la del Secretario de Obras Públicas, José López, su ex jefe; y la del ex Coordinador de la Obra Pública Federal, Carlos Santiago Kirchner, primo del ex presidente, Néstor.

Rodríguez fue subsecretario de Obras Públicas durante un lapso breve: entre el 2007 y el 2008. Pero eso le permitió conocer la trastienda de la trama de los manejos de su jefe durante dos gestiones presidenciales. tanto de Nestor como de Cristina Kirchner.

Rodríguez dependía, al menos en los papeles oficiales, del secretario José López, quien a su vez debía subordinarse, de acuerdo al organigrama gubernamental, al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Quedó imputado en la causa en la que ya fueron indagados la propia ex Presidenta; el empresario Lázaro Báez, el ex ministro De Vido; y el ex secretario López, su ex jefe.

Ninguno de ellos aceptó responder preguntas de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahíques y del juez que delegó en ellos la investigación, Julián Ercolini.

Pero Rodríguez sí aceptó hablar y dar su versión de los hechos.

Es la primera vez que un ex funcionario de su relevancia, que trabajó mano a mano con López y De Vido, contó ante la Justicia cómo funcionaba la dinámica gubernamental que enriqueció a distintos empresarios “amigos” del poder K, como Lázaro Báez.

Reconstrustrucciòn  de sus dichos en base a fuentes judiciales.

Rodríguez primero se declaró inocente de cualquier delito que tenga que ver con perjuicios contra el Estado. Y también negó haberse enriquecido de modo ilegal mientras fue funcionario.

Rodríguez fue brutal en cuanto a su descripción de cómo se manejaron los fondos estatales de la Obra Pública mientras él fue el subsecretario del área, entre el 2007 y el 2008.

Afirmó ante la Justicia, por ejemplo, que renunció al cargo cuando tuvo discrepancias con José López debido a que, según su versión de los hechos, intentó alertar a ese ex funcionario, hoy preso tras ser descubierto lanzando bolsos con millones de dólares en efectivo en un convento de monjas en una madrugada del conurbano bonaerense.

Rodríguez hizo declaraciones como ésta: “López era verticalista, y era él quien tenía toda la información sobre las áreas que tenía a su cargo”. Y agregó que era por eso que López “tomaba todas las decisiones”.

El ex funcionario afirmó también, en línea a la tesis judicial, que la Dirección de Vialidad Nacional, al mando en la era K de Nelson Periotti, no formaba parte de sus áreas de “competencias” porque López le había explicado que quien manejaba ese organismo, encargado de diagramar las obras públicas en las rutas y manejar presupuesto al respecto, “dependían desde el 2005 de la subsecretaría de Coordinación Federal”, al mando de Carlos Santiago Kirchner, el primo del entonces presidente Nestor Kirchner. Dijo que ese organismo era una “súper” subsecretaría “debido a que tenía competencia sobre todas las áreas de intervención de la Obra Pública”.

Rodríguez remarcó varias veces que López era quien “se encargaba de todo y que no aceptaba nunca una propuesta que se llevara de ningún tipo, y menos si afectaba presupuesto”.

El ex subsecretario de Obras Públicas admitió ante la Justicia que la estructura armada para generar los contratos de obra pública vial, que terminaron en su mayoría beneficiadno al santacruceño Lázaro Báez, al que aseguró no conocer, continuó durante la gestión de Cristina Fernández tal como funcionaba durante al gestión de su marido.

Rodríguez incluso dio detalles de cómo trabaja el Gobierno con un “doble comando”: López "tenía una relación personal con Néstor Kirchner y Cristina Fernández”. Y agregó que el hoy preso López “de hecho, con ésta última trabajaba en el escritorio contiguo cuando era intendente Kirchner, según lo manifestado por el propio López”.

Rodríguez le contó a la Justicia, siempre en calidad de imputado, por lo que tenía derecho a no decir la verdad, que le “consta la relación directa que había entre López y Kirchner”.

Y reafirmó su concepto: “López recibía directamente las órdenes de Néstor Kirchner, a quien también le rendía cuentas”. Según Rodríguez, esta dinámica continuó una vez que a Kirchner lo sucedió su esposa en la Presidencia.

El ex funcionario declaró que el santacruceño siguió “atendiendo” a López y “a Periotti”, de Vialidad Nacional, desde “el hotel Faena”, ubicado en Puerto Madero. Eso era lo que le dijeron, contó, las secretarias de su jefe cuando lo llamaba a su despacho. Varias veces ellas le contaban dónde estaban su jefe y el ex mandatario.

Rodríguez aseguró que, en esos encuentros, López, Periotti y Kirchner hablaban del “manejo de recursos, asignación y definición” respecto a esa plata pública.

El imputado comprometió a su jefe al decir que los pagos de “dinero” solo se libraban “con la firma de López”. También describió al clima de trabajo en el área de Obras Públicas como de “acoso permanente”.

Rodríguez contó dos anécdotas para graficar ese escenario agobiante que dijo sentir como subsecretario de Estado. Aseguró que López era capaz de llamarlo por teléfono a las once de la noche para preguntarle dónde estaba. Rodríguez relató que cuando una vez le contestó a su ex jefe que ya había vuelto a su casa, entonces recibió una reprimenda: “Claro, yo soy el único boludo que labura”, se enojó el hoy preso López, que después, siempre según la versión del imputado que declaró ayer, lo castigó no atendiéndolo en su despacho durante una semana.

Rodríguez agregó que muchas de las decisiones de José López eran “arbitrarias respecto al pago de obras”.

Puso como ejemplo un llamado que su ex jefe le hizo a las nueve de la mañana del día en el que se votó en el Senado el proyecto de ley de las retenciones móviles para la soja, una pelea política crucial para la Casa Rosada K. A “las nueve de la mañana” del día siguiente a esa votación fallida, reconstruyó Rodríguez, López lo llamó para exigirle que pare “absolutamente” todos “los pagos” que tenían que ver con “provincias que hayan votado en contra de esa resolución”.

El imputado Rodríguez también habló ante la Justicia del ex ministro de De Vido como un protagonista clave de la trama que investiga si los Kirchner beneficiaron a empresarios “amigos” para hacer después negocios con ellos. En particular, el expediente se centra en la sociedad comercial cruzada que el matrimonio ex presidencial tuvo con el empresario Lázaro Báez.

El ex funcionario Rodríguez se sinceró, además, y contó que terminó por renunciar al cargo de subsecretario de Obras Públicas en junio del 2008.

Su salida del Gobierno se desató, aseguró el ex funcionario, después de que le cuestionara a López y a De Vido probables irregularidades que creía haber detectado en la construcción de las viviendas sociales de la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo. Y en la construcción del Centro Cultural Néstor Kirchner. Sobre éste último proyecto, agregó que había detectado construcciones que, según él, que iban a derivar en “un presupuesto exagerado”.

Fuente Nicolàs Wiñaski



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