INTERNACIONALES
19 de noviembre de 2016
Trump nombró a un senador racista como ministro de Justicia El futuro gobierno de EE.UU.
Es Jeff Sessions, conocido por su política de mano dura contra los inmigrantes. También designó como director de la CIA a un feroz detractor del acuerdo con Irán, y como asesor de Seguridad Nacional, a un duro crítico del islam.
Los “halcones” republicanos ganan peso en el futuro gabinete de Donald Trump: el presidente electo nombró este viernes a un duro antiinmigrante denunciado por racismo como Fiscal General; a un hombre que hizo declaraciones hostiles contra el Islam y que busca una alianza con Rusia como Asesor de Seguridad Nacional y a un feroz crítico de los acuerdos con Irán como director de la CIA.
Desde la Torre Trump de la 5ta avenida neoyorquina, donde está el cuartel general del futuro jefe de la Casa Blanca, se anunció que a la Fiscalía General (ministerio de Justicia) irá el senador por Alabama Jeff Sessions, de 69 años, un hombre que ganó peso en el equipo de transición y que es partidario de adoptar un perfil extremadamente duro ante la inmigración ilegal. El plan de Trump, entre otras cosas, propugna expulsar del país a unos tres millones de personas indocumentadas con antecedentes criminales y construir un muro en la frontera.
Si alguien pensaba que el magnate podía dar marcha atrás con su retórica contra los “sin papeles”, la designación de Sessions entierra esas expectativas ya que sus antecedentes solo hablan de mano dura. “Me opongo a cualquier política migratoria que haga más difícil a los desempleados encontrar empleos y más fácil a los empleadores mantener los salarios bajos”, explicó sentenció Sessions en una guía que repartió en 2015 a sus compañeros del Congreso. Bloqueó toda iniciativa que favoreciera a los inmigrantes.
En la década de 1980 Sessions causó una gran polémica por sus propuestas racistas, cuando reclamó a un abogado blanco haber “avergonzado su raza” por defender a un cliente negro. También fue criticado por organizaciones de defensa de las libertades por su posición sobre los derechos de los homosexuales y el aborto. Sessions los descalificó diciendo que esas organizaciones eran “antiestadounidenses”.
“Si tienen nostalgia por la época en la que hacíamos callar a los negros, los homosexuales debían esconderse, los inmigrantes eran invisibles y las mujeres estaban en la cocina, el senador Sessions es su hombre”, ironizó el congresista demócrata por Illinois Luis Gutiérrez. Por el contrario, la designación de Sessions fue celebrada como “una gran noticia” por el senador ultraconservador Ted Cruz, líder del Tea Party y rival de Trump en las primarias.
Sessions se limitó a señalar que recibía “con entusiasmo la visión de Trump de 'un solo Estados Unidos' y su compromiso con la igualdad ante la ley. Aspiro a cumplir plenamente con mis deberes con una dedicación inquebrantable por la justicia y la imparcialidad”. Trump resaltó la experiencia de Sessions en el Senado y en el campo de la Justicia, subrayando que es “muy admirado por expertos legales y por prácticamente cualquiera que le conoce”.
Otro de los designados ayer fue el general retirado Michael Flynn, de 58 años, que será el futuro asesor de Seguridad Nacional.Durante dos años de la administración Obama (2012 y 2014) dirigió la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) y en ese momento hizo declaraciones hostiles contra el islam. Dijo, por ejemplo, que el islamismo “es una ideología política”' y que “definitivamente se esconde detrás de una religión”. Cuando se retiró hizo público que había cuestionado en repetidas ocasiones el enfoque del gobierno demócrata respecto de las cuestiones internacionales y en especial el combate contra la banda terrorista ISIS, que opera sobre todo en Siria e Irak, ya que consideraba la posición de Obama como demasiado blanda.
Flynn quiere además que Washington trabaje de manera más estrecha con Rusia, uno de los ejes de la política exterior que plantea Trump y con el que no están de acuerdo los demócratas. El año pasado viajó a Moscú, donde, junto al presidente Vladimir Putin y otros funcionarios, celebró la apertura de RT, un canal de noticias financiado por el gobierno ruso. El congresista demócrata Adam Schiff, miembro de la comisión de inteligencia, dijo estar “muy preocupado” por la “debilidad” de Flynn por Rusia y sus “declaraciones incendiarias” sobre el islam.
El tercer anuncio del viernes fue la designación del ultraconservador congresista de Kansas Mike Pompeo al frente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Pompeo formó parte de la comisión investigadora del Congreso sobre el ataque a la misión diplomática estadounidense en Bengazi (Libia) en 2012, que dejó cuatro estadounidenses muertos, incluido el embajador. Este organismo interrogó por más de 11 horas seguidas a Hillary Clinton para que aclarara su rol como secretaria de Estado en ese episodio.
Pompeo es un implacable crítico del acuerdo con Irán, por el que se levantaron las sanciones a cambio de que la República Islámica detuviera su programa nuclear. Un día antes de su designación, tuiteó: “Estoy deseando rectificar este desastroso acuerdo con el mayor Estado patrocinador del terrorismo”.
Quizás para contrastar estas designaciones de línea dura, Trump dejó filtrar a la prensa que prevé reunirse este fin de semana con el republicano moderado Mitt Romney, ex candidato presidencial en 2012, que había criticado ferozmente a Trump en la campaña y lo había llegado a calificar de “farsante” y “estafador”. Algunos lo mencionan como posible canciller, cargo para el que también suenan el ex alcalde neoyorquino Rudolph Giuliani y el ex embajador ante la ONU John Bolton. Romney sería una cara mucho más “amable” hacia un mundo que desconfía de los planes reales del futuro presidente.
Fuente:EFE-Reuters-AP
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