INTERNACIONALES
19 de noviembre de 2016
EE.UU. y paìses emergentes con inflaciòn y deuda
Estados Unidos se enfrenta con la paradoja de ver en la casa blanca a un ‘republicano keynesiano’. Un presidente con dos objetivos contradictorios: bajar los impuestos y, a la vez, impulsar la obra pública.
Estados Unidos se enfrenta con la paradoja de ver en la casa blanca a un ‘republicano keynesiano’. Un presidente con dos objetivos contradictorios: bajar los impuestos (menor recaudación) y, a la vez, impulsar la obra pública (mayor gasto público).
En este contexto, el precio de los bonos alrededor del mundo bajó en las últimas dos semanas, luego que -entre otras variables- se interpretara la victoria de Trump como un alza en la inflación para los próximos años. Fue la caída más fuerte en 26 años, según analistas de Bloomberg.
Trump habló de una expansión fiscal de u$s 500 mil millones, o más. Además, si impone aranceles a las importaciones, éstos contribuirían también a la suba de precios. A su vez, la presidenta de la Fed insinuó fuertemente una aumento en las tasas de interés en el corto plazo (diciembre).
Expectativas de una mayor inflación tienden a subir el rendimiento de los bonos porque significa -manteniendo las otras variables constantes- que los activos van a valer menos en el futuro, y esto deprecia su valor en el presente. Y cuando baja el precio, sube la tasa de retorno.
Esto podría ser un problema para Estados Unidos. Mayores tasas implicarían que el gobierno deberá aumentar el gasto para pagar los intereses de la deuda. Elevando así el déficit.
Una buena forma de ver las expectativas que tiene el mercado sobre la evolución del dólar es mediante los bonos del Tesoro a 10 años. La diferencia entre éstos y los bonos con la misma duración indexados a la inflación (TIPS), aumentó casi 2% esta semana, un máximo desde abril 2015.
En esta línea, la brecha entre el rendimiento real y nominal se incrementó. Otro indicio de las expectativas inflacionarias, ya que la tasa real no es otra cosa que la tasa nominal descontada la inflación.
Por otro lado, la tasa larga no sólo tiene expectativas inflacionarias, sino riesgo y éste aumentó por la imprevisibilidad de Trump.
otro lado, la historia puede no ser tan grave. Las tasas aún se encuentran en mínimos históricos. Una tendencia que se viene dando desde los ochenta. Tras la suba de tasas para combatir la crisis inflacionaria de los 70´s, la Fed adoptó una política de reducción. En diciembre pasado fue la primera suba en 8 años.
Y varios economistas consideran una suba de tasas como algo muy positivo, asegurando que los valores actuales engendran una burbuja financiera.
Sin embargo, la deuda creció abruptamente en los últimos años, por lo que un aumento de las tasas tiene un impacto mucho mayor en el gasto público. El año fiscal del 2016, el déficit presupuestario de EE.UU. alcanzó los u$s 587 mil millones. Esto es, subió desde el 2,5% del PBI en 2015, al 3,2% en 2016.
Los intereses netos de deuda pública cuentan como el 9% de los gastos, según el ‘Congressional Budget Office’, que, según el economista John Mauldin, deja afuera varias otras deuda que tiene el Estado.
Entonces, ¿Hay razones para preocuparse?
Para Aldo Abram, Directo Ejecutivo de la fundación Libertad y Progreso, EE.UU. efectivamente tiene un problema. En primer lugar, si Trump decide llevar a cabo los recortes y la política fiscal expansiva, EE.UU. va aumentar su déficit, por lo que la deuda seguirá aumentando aún más.
Además, uno de los motivos por lo que no crece Japón es el tamaño de su deuda, cercana al 200% del PBI: por lo intereses que tiene que pagar.
“Pensá que si tenés una deuda del 100% del PBI, a una tasa del 2,5%, te está generando un gasto del 2,5% del PBI”, explicó Abram.
Esta es una de las razones por la que los bonos a 10 años bajaron. Los inversores proyectan más gasto, más deuda, y esto va a presionar el tipo de interés. Sino aumenta la deuda, habrá Quantitative Eassing (lo que vendría a ser emisión), y aumentará la inflación.
Además, “recordemos que todo el mundo tiene un límite de crédito”, señaló.
Por otro lado, José María Fanelli, especialista en macroeconomía, moneda y finanzas, profesor de UBA y UdeSA, no cree que Estados Unidos tenga un ‘grave’ problema de deuda.
Si lo tuviera, los mercados no comprarían bonos del Tesoro de EE.UU. cada vez que hay un ‘flight to quality’.
Si las tasas de interés suben los efectos podrían reflejarse más en caídas del precio de los activos, que hoy están muy altos porque “las tasas estuvieron recontrabajas durante años”.
En un escenario así, los inversores buscarían refugio en los bonos del tesoro, lejos de dejar desfinanciado al gobierno de USA.
Un problema para los Emergentes
Por último, el aumento de tasas complica a los mercados emergentes. Si suben las tasas de interés en EE.UU. eso va a provocar reversión en los flujos de capital, de los emergentes hacia Estados Unidos.
Además, cuando el dólar se aprecia, presiona a la baja al precio de los commodities –como ocurre siempre que el dólar se aprecia– con un efecto negativo
En líneas generales, si Trump elige política fiscal expansiva y política monetaria restrictiva –como lo hizo Reagan en su época– las consecuencias para América Latina van a ser malas, como lo fueron en los ochenta.
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