POLITICA
23 de diciembre de 2016
Ganancias: quiènes perdieron y quiénes ganaron con la reforma
Para oficialismo es una "reparación histórica"; para la oposición, "es lo que se pudo llegar" con la ley de la reforma de Ganancias.
Al abrir la discusión, el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Luciano Laspina (PRO) aseguró que el proyecto "viene a reparar una injusticia histórica, las profundas inequidades y distorsiones que se fueron generando los últimos años, que implicaron subirles los impuestos a los trabajadores sin pasar por el Congreso nacional".
En ese sentido, Laspina atribuyó el crecimiento del impuesto a las Ganancias a la inflación "que el anterior Gobierno ocultó" y definió al proyecto aprobado por el Senado como "fruto" del diálogo con gobernadores, CGT, Gobierno y distintos bloques legislativos, al señalar que "hubo una decisión valiente por parte del presidente Macri, que fue primero convocar al diálogo".
Desde el Frente Renovador de Sergio Massa, Héctor Daer, integrante del triunvirato que conduce la CGT, destacó que es "fundamental avanzar en este debate que por error político de este gobierno no se llevó a cabo antes" y cuestionó a "algunos gobernadores" que, dijo, "sobreactuaron en contra de lo que habíamos dispuesto", tras agradecer la actitud de los senadores para consensuar el texto, aprobado ayer por el Senado por amplia mayoría.
Por el bloque Justicialista, Oscar Romero, adelantó el respaldo de ese bloque al proyecto "a pesar de tener diferencias con el texto" aunque sostuvo que "es a lo que se pudo llegar" y admitió que en el bloque integrado por Diego Bossio están "dolidos con la actitud de algunos gobernadores".
Si de perdedores se habla, los saltos de Massa han quedado fijados en la opinión pública como algo de difícil explicación. Votar con el kirchnerismo y aceptar sumar proyectos, cuando la prolijidad de Marco Lavagna lo llevaba a un mejor puerto que la fe de erratas de Axel Kicillof, lo dejó expuesto al recuerdo permanente de su paso como Jefe de Gabinete de Cristina Fernández.
Y mucho peor luego, con la voltereta que le hizo dar al Frente Renovador, seguramente persuadido por las encuestas de la metida de pata que había cometido. El massismo explica la movida en la intransigencia de Cambiemos, quien había presentado un proyecto de mínima que todo el mundo creía que era para partir diferencias y que, en un momento dado, a la hora de afinar el lápiz, alguna orden interna empantanó definitivamente.
Justamente, desde el "mazazo" que le significó haber perdido aquella votación en Diputados, el Gobierno tuvo que rebobinar y recurrió a alguien que sí sabe de política, como Rogelio Frigerio, otro gran ganador de estos días, para emparchar el desaguisado. Resultado: desde lo fiscal el Gobierno terminó peor que como había empezado y tuvo que ir al pie de Pichetto y los gobernadores, finalmente ganadores desde la caja.
Políticamente hablando, dentro del peronismo se fortalecieron los liderazgos de Juan Schiaretti y de Juan Manuel Urtubey, junto a los más jóvenes de la lista, Sergio Uñac y Domingo Peppo.
Para los K más cerrados, los senadores que responden a Pichetto son traidores y estos diputados que se retiraron se han comportado como ídolos. En todo caso, la coherencia exhibida los transforma netamente en ganadores entre quienes habitan ese mundo de dureza ideológica, aunque se parezcan más a una secta que a una franja de un partido político al que ahora dicen querer pertenecer y al que, cuando eran gobierno, ninguneaban llamándolo "pejotismo" y querían reemplazar por otra sigla.
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