El Rey ha expresado este jueves el deseo de España de trabajar con la nueva Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, "con el mismo nivel de excelencia" con el que lo ha hecho hasta ahora con Barack Obama, no solo a nivel bilateral, sino "también en los asuntos globales y los foros multilaterales". Las palabras del jefe del Estado, en la tradicional recepción al cuerpo diplomático extranjero acreditado en España, cobran especial significado ante la incertidumbre generada por el nuevo inquilino de la Casa Blanca, cuyos primeros pasos confirman su apuesta por el proteccionismo y el abandono de la búsqueda del consenso multilateral que caracterizó a la anterior Administración.

En su intervención ante el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, y unos 250 invitados, en su mayoría representantes de los países y organizaciones internacionales con delegación en Madrid, entre los que se encontraba el encargado de negocios estadounidense, Krisrha Urs, que dirige la Embajada tras la marcha del embajador James Costos, el Rey ha resaltado los "vínculos históricos y culturales muy relevantes y profundos" que unen a España con Estados Unidos, con "una estrecha agenda política, económica, empresarial y de seguridad que se proyecta más allá de nuestra relación bilateral".

Felipe VI ha dedicado una parte de su discurso a analizar la crisis que atraviesa la UE, ante el triunfo del Brexit en el Reino Unido y el auge de partidos populistas y eurófobos.  "Somos conscientes de que el proyecto europeo es hoy puesto en cuestión [...] Es tiempo, por ello, de aprender de la experiencia, de reparar los daños y de mejorar la arquitectura institucional y las políticas de la Unión. Es tiempo para una mejor Europa, no para deshacer lo mucho y bueno construido, ni para retroceder".

Tras subrayar que el destino de los españoles "sigue pasando" por la UE, ha advertido de que dar marcha atrás en la construcción europea llevaría a "una Europa egoísta y ensimismada, de nacionalismos enfrentados, con más fronteras y barreras a la prosperidad, a la movilidad de nuestros ciudadanos y a la circulación de bienes e ideas. Ese es un lugar al que no deseamos volver", ha enfatizado.

El Rey también se ha referido a la crisis de los refugiados, que "ha adquirido proporciones dramáticas en los últimos años" y ha instado a "dar lo mejor de nosotros mismos, en la medida de nuestras capacidades y sin eludir nuestras responsabilidades". Tras recordar la experiencia española en la gestión de los flujos migratorios, ha subrayado: "Demos hacer más y debemos hacerlo mejor, siempre en sintonía con nuestros socios europeos y con pleno respeto a las normas internacionales".

Dos días después de la conferencia del presidente catalán, Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo, donde defendió su proyecto secesionista, Felipe VI ha presentado a España como "una nación firme en la protección y el fomento de sus principios e integradora de su diversidad y pluralidad". También el nuncio del Papa, el arzobispo Renzo Fratini, que ha hablado en nombre del cuerpo diplomático, ha destacado el "imprescindible rol del árbitro" del Rey en su función de "hacer presente a todos la identidad común específica de España" "Apoyamos su esfuerzo en el respeto de los valores constitucionales y reglas comunes e inclusivas, que permiten ser y sentirse español a quienes pueden tener sentimientos y sensibilidades diversos", ha añadido.

La recepción al cuerpo diplomático, que tradicionalmente se celebra al inicio de cada año, no tenía lugar desde 2015, ya que el año pasado se suspendió debido al bloqueo político en España, por cuya superación ha felicitado el nuncio al Rey.

Fuente:Miguel Alberola/Miguel Gonzàlez