ECONOMIA
19 de febrero de 2017
La industria apuesta a crecer después de tres años de caídas
El año pasado, el sector fabril cayó 4,9%. Se suma al registro negativo de 2015, 0,8%, y de 2014, 2,6%.
La producción industrial cerró 2016 con una caída del 4,9%, según los cálculos del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA), siendo, así, el tercer año consecutivo con signo negativo. Para el INDEC, en el acumulado anual del año pasado, la actividad disminuyó 4,6%. En tanto se espera que “este año la actividad industrial crezca entre 1% y 2%, aunque esa pequeña variación será muy heterogénea al interior de cada uno de los sectores dependiendo del escenario internacional, de la evolución del consumo interno y de las políticas que lleve adelante el Gobierno Nacional”, de acuerdo a lo que estima la UIA en un documento oficial. Las consultoras privadas, por su parte, son más optimistas y creen que podría darse un crecimiento en torno del 3%, recuperando parte de lo perdido en 2016.
El año pasado, la mayoría de los bloques industriales experimentaron menores niveles de producción que los de 2015. En particular, la producción de acero y de los rubros vinculados a la construcción (cemento, insumos y otros materiales) registraron las mayores caídas, mientras que la automotriz y metalmecánica también descendieron como producto de un complejo escenario internacional –especialmente Brasil–, de la contracción de la demanda interna y de la mayor presión importadora.
La producción de otros rubros más intensivos en trabajo, como edición e impresión y textil, también registraron en 2016 menor actividad (-8,5%) que en 2015. A pesar que la mayoría de los bloques cayeron, la producción del bloque de Sustancias y Productos Químicos aumentó 1,3% el año pasado. El índice de producción de Alimentos y Bebidas mostró una caída del orden del 1,5%. Si se excluye al sector de los aceites, la caída ronda el 3,3%. En tanto, las exportaciones totalizaron US$25.175 millones en 2016 y registraron una suba del 3,5 % respecto del año anterior, aunque en 2011 llegaron a 30.000 millones de dólares.
Esta fuerte contracción tuvo consecuencias sobre el empleo. Según el Ministerio de Trabajo, de haber empleado la industria en octubre de 2015 a 1.257.388 trabajadores formales, mes a mes fue descendiendo para registrar en noviembre de 2016 (último dato oficial) 1.207.960 asalariados formales. Son casi 50.000 ocupados menos (-3,9% del total), sin contar las suspensiones que afectan, en particular, a las ramas textiles y calzado por el menor consumo interno y la presión importadora.
Hacia fin de año, hubo algunos cambios porque repuntó la industria automotriz, en especial en el segmento de utilitarios, y la construcción, en parte por la obra pública, mientras que se acentuaron las bajas en la industria textil, en edición e impresión, metalmecánica y la refinación del petróleo.
Enero debutó con números adversos para la siderurgia. La producción de acero crudo fue 6,8% inferior respecto de los valores de diciembre y 11,6% inferior con respecto a la de enero de 2016.
No obstante, la Cámara Argentina del Acero sostiene que “durante 2016 la industria se movió productivamente con los vaivenes propios de la economía, que comenzó a manifestarse más activa a partir del último cuatrimestre del año. En este contexto, el sector de la maquinaria agrícola y productos relacionados tuvo un buen nivel de actividad. Por su parte, el sector de la construcción, de la mano de la obra pública, comenzó a activarse con un incremento de pedidos de diferentes productos”.
En consecuencia, se espera que durante el primer cuatrimestre del presente año las plantas comiencen a dar muestras de mayor número de pedidos, tanto de obras públicas como privadas”. Y agrega que “respecto al segmento automotriz, se prevé que las recientes negociaciones del Gobierno con Brasil, principal destino de las exportaciones del sector, podrían dinamizar las mismas en tanto y en cuanto la economía de nuestro socio comercial comience a mostrar signos de recuperación”.
Ocio no creativo Según el INDEC, el año pasado la industria apenas utilizó el 64,5% de la capacidad total de producción instalada. En diciembre de 2010, por ejemplo, ese porcentaje se ubicaba en el 82,9%, lo que ilustra el grado de retroceso. Desde entonces fue descendiendo año a año hasta el 63,6% registrado puntualmente en diciembre pasado.
Este alto nivel de capacidad ociosa limita las perspectivas de inversiones, aunque se espera que en petróleo, sobre todo por Vaca Muerta, y alimentos puedan llegar algunas inversiones.
El tipo de cambio real es otro factor que impacta por el lado de las mayores importaciones –muy pronunciadas en calzado, textiles y juguetes– y “cuellos de botella” en la exportación.
El ex secretario de Industria, Dante Sica, dice que el sector manufacturero podría “crecer un 3,1%% este año por la recuperación del agro que empuja a otros sectores, como molienda, químicos y maquinaria agrícola. También Brasil demandaría más autos porque fue agotando sus stocks mientras construcción ya arrancó y derrama sobre varias ramas industriales”.
¿Cómo afecta la apreciación del peso o el atraso en el valor del dólar?, preguntó el Económico.
La industria está mirando sus costos porque el tipo de cambio real la obliga a mejorar la competitividad, respondió Sica.
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