MUNDO
7 de marzo de 2017
Embates de Trump amenazan nexo EEUU-Ginebra
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el tratamiento que dará a la relación con la ONU y otros organismos multilaterales con sede en Suiza, genera inquietud en Ginebra.
Ante el enrarecimiento de este panorama, swissinfo.ch realizó un análisis de la estrecha relación que han tenido históricamente la llamada 'Ginebra internacional' y Estados Unidos.
Las recientes declaraciones de Trump, y de su nuevo embajador ante la ONU, Nikki HaleyEnlace externo, sugieren que las Naciones Unidas y otros sistemas multilaterales se dirigen hacia una relación conflictiva con EEUU. Trump, quien se ha autoproclamado el presidente del "Estados Unidos es primero", parece desconfiar de la cooperación internacional y desdeñar a la ONU.
"Las Naciones Unidas tienen un gran potencial, pero en este momento son solo un club para gente que se reúne, habla y se divierte. ¡Qué triste!"
De ahí que no son descartables recortes al financiamiento y tampoco que EEUU decida alejarse de algunos tratados de alcance multilateral.
Aprender de la historia
Todo esto ha generado desazón en Ginebra, ciudad que siempre se ha promovido como un "centro global para la cooperación internacional" y la gobernanza. Sin embargo, pese a las amenazas lanzadas, Jussi Hanhimäki, profesor de Historia Internacional en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales (Graduate InstituteEnlace externo), considera que todo mundo debe serenarse y añade que la historia ofrece evidencias de que es posible preservar la confianza.
"No estamos ante circunstancias sin precedentes. Ésta no es la primera vez que EEUU amenaza con desvincularse. Antes de la era Obama hubo una crisis unilateral en tiempos de George W. Bush y logramos sobrevivir. El mundo no se derrumbó. Y en el pasado Estados Unidos ya suspendió el financiamiento que otorgaba a organismos como la UNESCO, la agencia cultural de la ONU", expresó Hanhimäki.
Pero no todo mundo comparte la visión serena y optimista de Hanhimäki. En su turno, el científico político helvético-estadounidense Daniel WarnerEnlace externo se dice inquieto por lo que califica como el "tsunami Trump", que está poniendo en riesgo a la Ginebra internacional. Asimismo, asegura que durante los tiempos de incertidumbre que corren es importante recordar los valores y la estrecha historia que ha unido a Estados Unidos y Suiza, sobre todo en el caso de Ginebra.
En 2011, Warner participó en la elaboración de un libro que revisó a detalle los lazos entre EEUU y Ginebra, y para ello analizó lo mismo la llamada Biblia de Ginebra que casos de grandes filántropos como Bill Gates, cuya fundación tiene sólidos nexos con esta ciudad suiza (ver galería).
Ginebra ha sido anfitriona de momentos clave de la historia de Suiza y Estados Unidos. Concretamente, en el edificio del Ayuntamiento de Ginebra, uno de los más antiguos e importantes de la ciudad, detrás de una discreta puerta de madera que conecta al patio central, se encuentra el ‘Salón Alabama’. Debe su nombre a que, en esta sala, en 1872, un tribunal se reunió para resolver una gran disputa que había entre EEUU y Gran Bretaña. EEUU exigía una indemnización a Londres después de la Guerra Civil estadounidense porque los británicos se habían declarado neutrales, pero sobre la marcha habían suministrado buques corsarios a los confederados (estados meridionales que se separaron de EEUU entre 1861 y 1865), afectando los intereses estadounidenses.
Por otra parte, el 'Salón Alabama' también fue testigo de la firma del Primer Convenio de Ginebra (para la protección de víctimas de los conflictos armados).
Salón Alabama
"Así que, en el corazón del casco antiguo de Ginebra y en el 'Salón Alabama', en particular, tenemos el origen del arbitraje exterior, del derecho internacional humanitario y de los Convenios de Ginebra", expresó Warner, quien también fuera Subdirector del Graduate Institute.
Estas ideas y valores, estrechamente vinculados a la neutralidad suiza, ayudaron en su momento al diplomático suizo William Rappard a convencer al presidente estadounidense, Woodrow Wilson, de que la Liga de las NacionesEnlace externo (precursora de la ONU) debía instalarse a orillas del lago Leman. Y en efecto, la citada Liga se mudó a Ginebra en octubre de 1920, debido en parte a la insistencia de Wilson. Extrañamente, EEUU no fue uno de los 41 Estados miembros que estuvieron presentes en la inauguración de la Liga porque el senado de este país rechazó la participación formal de EEUU en la misma.
"Sin embargo, durante los años 20 y 30 del siglo pasado, EEUU siempre mantuvo una misión en Ginebra que operaba como observadora y que se comprometió activamente, aunque la postura oficial del país fuera aislacionista", dijo Hanhimäki.
EEUU firma los chequesEstados Unidos es el principal contribuyente de las Naciones Unidas, con 22% del presupuesto principal de este organismo, que asciende anualmente a 5 400 millones de dólares.También cubre 28% del presupuesto -7 900 millones de dólares- que la ONU destina a mantener la paz.Es un gran donante para diversas organizaciones internacionales, como la Agencia de la ONU para los Refugiados; el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), con sede en Ginebra.
Crítico y beneficiario
La Liga de las Naciones se vio afectada por la Segunda Guerra Mundial. Pero la idea de asegurar la cooperación y organización a nivel internacional se mantuvo viva.
“La paradoja es que, sin los Estados Unidos no habría existido la ONU", refirió el profesor finlandés.
Los presidentes estadounidenses Franklin D. Roosevelt y Harry S. Truman fueron, de hecho, los principales 'arquitectos' de la ONU, organismo que nació de las ruinas que había provocado la guerra.
"Estados Unidos ha liderado el orden internacional. Este sistema básicamente ha sido suscrito y garantizado por EEUU, aseveró Hanhimäki y añadió que, aunque la superpotencia siempre ha sido una gran beneficiaria de la ONU, también se ha contado entre sus críticas más feroces.
"Las reglas básicas de la ONU son altamente benéficas para EEUU. Paga más que otros países, pero también tiene mucha más influencia. Estados Unidos jamás aceptaría, por ejemplo, cambiar la configuración del P5 del Consejo de Seguridad (que incluye a Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña) o sus derechos de veto. Están contentos con el hecho de que las cosas se mantengan tal como son, como le sucede también en el caso de la OTAN. Y EEUU se siente feliz con el hecho de ser un crítico verbal y tiene claro que, si la estructura de financiamiento de la ONU cambiara de verdad, esto impactaría inevitablemente su férula de influencia”.
Hanhimäki resume que EEUU reconoce el valor del sistema de las Naciones Unidas, pero Ginebra Internacional no es un tema prioritario para Washington. Las organizaciones con sede en Ginebra, como la Agencia de las Naciones Unidas para los RefugiadosEnlace externo (ACNUR) o la Organización Mundial del ComercioEnlace externo (OMC), exitosas herramientas internacionales, rara vez acaparan los titulares estadounidenses.
Cumbres y fundaciones
Después de la Segunda Guerra Mundial y con la llegada de la Guerra Fría, las siempre neutrales Suiza y Ginebra asumieron un nuevo papel en su relación con EEUU como sede de discusiones de paz y seguridad.
Algunas de las más relevantes han sido: Indochina (1954), la Gran Cumbre (1955), los Acuerdos de Helsinki (1973-1975), el fin de la carrera armamentista de la Guerra Fría encabezado por los presidentes Reagan y Gorbachov (1985), Bosnia (1991), Irak y Kuwait (1991), el programa nuclear iraní (2013) y Siria (2012, 2014 y 2016-2017).
Adicionalmente, hay estadounidenses y organismos de este país que han tenido una gran importancia en la en la Ginebra internacional, especialmente durante el siglo XX. Entre ellos se encuentran filántropos como John D. RockefellerEnlace externo Jr, quien otorgó una subvención de 2 millones de dólares para la construcción de una de las alas del cuartel general del Palacio de las Naciones Unidas para situar ahí una bibliotecaEnlace externo. O la Fundación FordEnlace externo, los Rotarios InternacionalesEnlace externo y el Carnegie Endowment for International PeaceEnlace externo, quienes también han desempeñado un rol importante en el financiamiento de organismos internacionales con sede en Ginebra.
La Fundación Bill y Melinda GatesEnlace externo, por su parte, también ha hecho mucho por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero entonces, ¿cuál podría ser la huella que deje la era Trump en Ginebra?
El histórico encuentro en 1985, en Ginebra, entre el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan y el secretario general del PC soviético, Mijaíl Gorbachov, contribuyó a romper el hielo durante la guerra fría. (Keystone)
Impredecible
Es muy difícil predecir cualquier cambio definitivo, dijo Hanhimäki.
"Pero supongo que gran parte de su retórica es para el consumo interno y no debemos entrar en pánico de forma inmediata", refirió el catedrático.
Warner es menos optimista. Le preocupa que Trump se empeñe en defender sus conceptos de política exterior, que afectan temas como la cooperación internacional, la neutralidad y la búsqueda de consensos, que son -conjuntamente- el principal pilar de la valía de Ginebra. Por otra parte, los organismos internacionales especializados podrían recibir menos fondos estadounidenses, aventuró Warner.
A juicio del experto suizo-estadounidense, “el problema es que la historia no tiene un lugar destacado en la agenda de Trump".
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