En medio de una ola de protestas nacionales contra el gobierno chavista, el presidente Nicolás Maduro sacó hoy el ejército a las calles de Caracas como una demostracion de poder y advertencia a la oposición. En un acto para celebrar el 7° aniversario de la creación de las llamadas “milicias populares”, miles de soldados y civiles en armas desfilaron por las calles de la capital dos días antes de que la alianza opositora realice una nueva manifestación en reclamo de elecciones y respeto a la autonomía del Parlamento.

“No es tiempo de traidores, no es tiempo de traición, no es tiempo de vacilantes; que cada quien se defina: si estamos con la patria o en contra de ella”, advirtió Maduro en la ceremonia central realizada cerca del Palacio de Miraflores (sede del gobierno), al referirse a la creciente tensión que vive el país, entre protestas opositoras, desde hace dos semanas.

En el acto, en el que el presidente fue acompañado por la cúpula chavista, Maduro recibió la promesa de “lealtad incondicional” de la Fuerza Armada, a la que la oposición acusa de ser la única que sostiene al chavismo en el poder. Otros desfiles similares se realizaron en distintas capitales del interior. “La Fuerza Armada Nacional Bolivariana preserva su unidad monolítica, granítica, y ratifica su lealtad incondicional al señor presidente”, dijo ayer en el desfile el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. En su discurso, describió a Maduro como un “presidente auténticamente chavista que la Fuerza Armada admira profundamente”.

El miércoles, cuando marche la oposición, se conmemorará otro aniversario del primer grito independentista venezolano. El chavismo también saldrá a las calles ese día.

Durante la parada militar, el presidente Maduro anunció la expansión del cuerpo de las milicias populares, conformado por civiles armados, a al menos 500.000 miembros. Se ignora cuál es el real número de sus componentes. El ejército regular está integrado por 165.000 hombres, 25.000 reservistas y un vasto poder económico. Maduro prometió garantizar la provisión de “un fusil para cada miliciano, un fusil para cada miliciana”.

El cuerpo de las milicias populares fue creado en 2010 por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) como apoyo al Ejército regular. El gobierno lo define como el “pueblo en armas” para defender la soberanía, mientras la oposición lo considera una “guardia pretoriana”.

Para la oposición, una salida del chavismo del poder es la única forma de resolver la grave crisis política y económica que atraviesa el país pero Maduro descarta un adelanto de las presidenciales pautadas para diciembre de 2018.

La ola de protestas, en las que han fallecido cinco personas, decenas han sido heridas y más de un centenar detenidas, estalló el 1° de abril luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se adjudicara las funciones del Parlamento y levantara la inmunidad de los diputados, en lo que la oposición calificó de “golpe de Estado”. Aunque los fallos fueron anulados parcialmente tras fuerte presión internacional, la oposición se revitalizó y no cede en las protestas, que el presidente asegura promueven un “golpe de Estado”.

Los militares tenían ya amplio poder durante el gobierno de Chávez, pero su influencia creció mucho más con Maduro, cuyo gobierno cuenta con un militar activo y diez en retiro en 11 de los 32 ministerios. “Hoy tenemos más que un gobierno cívico-militar, un gobierno militar-cívico”, declaró a la AFP el analista Luis Vicente León. Los militares controlan la producción y distribución de alimentos básicos en grave escasez, además de una compañía petrolera, una televisora, un banco, una ensambladora de vehículos y una constructora.

El ministro Padrino López acusó ayer a la dirigencia opositora de ejecutar, con apoyo de grupos de “la derecha extrema” radicados en el exterior, una “agenda criminal” que incluye “actos terroristas, disturbios, saqueos, vandalismo y distintas formas de violencia”.

El Gobierno venezolano busca vincular la marcha a los episodios de violencia callejera. La Iglesia y la oposición las atribuyeron en su mayoría a grupos de choque próximos al chavismo. “No me va a temblar el pulso para hacer justicia”, mantuvo ayer el presidente chavista, al comparar las manifestaciones con el intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez de 2002. Es, dijo Maduro, “el mismo callejón sin salida.

Imagen Portada: Desfile. Miembros de las "milicias populares" marchan hoy en un acto convocado por el chavismo (Bloomberg).