JUSTICIA
10 de mayo de 2017
Leonardo Fariña declaró durante la madrugada por la ruta del dinero K
El juez Casanello escuchó al "imputado protegido" sobre su vínculo con Lázaro Báez desde las 23 hasta las 5:30.
De buen semblante, más tranquilo para hablar, el “valijero” quiso interiorizarse antes de declarar sobre la indagatoria del ex dueño de SGI que lo acusó de “robarle mucho dinero a su jefe Lázaro Báez”. En este punto, volvió a reconstruir cómo conoció al empresario K, qué trabajos realizó para él y qué relación tenían.
Leonardo Fariña fue indagado durante toda la madrugada de este miércoles por el juez federal Sebastián Casanello en la causa por la que Lázaro Báez está preso hace un año. El "valijero" estuvo desde las 23 hasta las 5.30 según confirmaron fuentes judiciales a Clarín. Estaba previsto que declare hoy a las 10, pero "no iba a poder presentarse" señalaron y por ello en total hermetismo declaró anoche.
El "valijero" Fariña movió dinero del empresario kirchnerista, diseñó un millonario fideicomiso para Austral Construcciones, viajó en los aviones privados del empresario K y estuvo vinculado a diversas operaciones sospechadas de lavado de dinero. Su nombre se reitera en gran parte de la documentación que es clave en la causa conocida como la Ruta del Dinero K y por eso fue citado nuevamente a prestar declaración indagatoria. Está imputado por ser parte de una “estructura jurídica, societaria y bancaria destinada a lavar dinero en la Argentina y en el extranjero entre 2010 y 2013” por una suma, en principio, de 60 millones de dólares.
La última vez que realizó una ampliación de su primera indagatoria lo hizo bajo la figura del imputado colaborador. La información aportada derivó en una gran cantidad de allanamientos en el sur que culminó con la revelación del patrimonio del empresario K: 2.547 millones de pesos sólo en inmuebles.
Durante su extensa indagatoria que empezó anoche a las 23 en el juzgado de Casanello, Fariña, habló sobre su relación con Lázaro Báez dando más precisiones sobre la misma. Un dato fue llevando al otro y volvió a dar detalles sobre diversas operaciones y movimientos de dinero. Sin embargo, parte de su declaración coincidió con lo declarado el año pasado. "Hay que corroborar en detalle todo", aseguraron a este medio tras las más de cinco horas de indagatoria donde respondió preguntas, ya sin abogada particular, sino con defensor oficial.
Como es un imputado protegido, su llegada a Comodoro Py se realizó con la mayor reserva y con el correspondiente dispositivo de seguridad.
Estuvo más de cinco horas declarando, después que el financista Federico Elaskar se retirara a las 19 del Juzgado. Fariña hizo algunas acotaciones sobre operaciones en el exterior, pero no se refirió a la información de la Unidad de Investigación Financiera (UIF), donde se da cuenta de operaciones bancarias en Estados Unidos por 97,4 millones de dólares a través de 38 cuentas. Las transacciones habrían sido efectuadas por Elaskar “y la información lo relaciona con Báez y Fariña”, indica la documentación.
En esta ampliación de la imputación impulsada por la Cámara Federal que sugirió la vinculación del origen de los fondos volcados a maniobras de lavado, con la corrupción en la obra pública (causa que lleva el juez Julián Ercolini), Fariña es acusado de ser parte de una estructura destinada a “lavar dinero en la Argentina y en el extranjero”. La suma inicial es de 60 millones de dólares, lo más próximo a lo que el “valijero” declaró años atrás: 55 millones de dólares.
El juez Sebastián Casanello consignó que el dinero era conservado en cuentas bancarias a nombre de empresas radicadas en paraísos fiscales como SGI Argentina SA (que le perteneció a Federico Elaskar), Foundation Kinsky cuyos beneficiarios finales serían los cuatro hijos de Báez, y otras siete firmas donde se repite el nombre del contador de Báez, Daniel Pérez Gadín y el abogado Jorge Chueco. Además de empresas vinculadas a Fabián Rossi y César Fernández (último director de SGI).
Leonardo Fariña está imputado además, por la “aplicación de fondos en el mercado local” por haber participado en la compra de la estancia El Carrizalejo de Mendoza. La operación se realizó en diciembre de 2010 por 5 millones de dólares.
Ayer, durante su declaración ante el mismo juez, el financista Federico Elaskar dijo que tres oportunidades que “Fariña le robó a su jefe Lázaro Báez”. Consignó que fue "mucho dinero" y que al no poder utilizarlo "buscó de testaferro a Carlos Molinari (el empresario que pagó la boda con Jelinek), era una fachada para poder utilizar el dinero que Fariña le robó a su jefe, Lázaro Báez".
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