La fiesta inolvidable

Boca celebró ayer su 26to. título de Primera División en la era profesional acompañado por una multitud en La Bombonera.  Y como novedad, de la fiesta junto con su público, participó todo el plantel junto a sus familiares. Allí se vieron momentos emocionantes, como el llanto marcado de Benedetto con su hija en los hombros o la alegría de los tres colombianos (Frank Fabra, Sebastián Pérez y Barrios).

Además, el técnico Guillermo Barros Schelotto recibió un fuerte respaldo cuando desde los cuatro costados de la tribuna bajó el canto “vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar que de la mano de Los Mellizos, todos la vuelta vamos a dar”. “Es lindo festejar con la familia. Lo primero que se te pasa por la cabeza es que ellos estuvieron siempre cuando las cosas no salían. Boca es una fiesta todo el año”, confesó el central Fernando Tobio.

Por otro lado, el delantero Cristian Pavón contó: “Estoy con mis dos hermanos, mi tío y un amigo. Siempre buscamos ganar y es una enorme alegría para nosotros y para la gente. Por momentos se sufrió pero logramos ser campeones”. 

Boca Juniors cerró ayer la campaña que ya lo había consagrado campeón con una victoria por 2 a 1 sobre Unión, en una Bombonera que festejó desde mucho antes y hasta mucho después de finalizado el juego.

Los futbolistas que se consagraron campeones dos partidos antes del cierre del campeonato de Primera División, llegaron a La Boca en un micro acondicionado para la ocasión y revolucionaron las calles del pintoresco barrio. Darío Benedetto, Axel Werner y Frank Fabra lograron subirse al techo del ómnibus para celebrar la conquista junto a la multitud que los acompañaba en el camino.

Luego, ya en el campo de juego, los campeones dieron la vuelta olímpica, caminando y rodeados de amigos y familiares. Todos se llevaron la ovación de un público que no se quiso perder la fiesta y que se instaló en el estadio varias horas antes del choque con el Tatengue.

Luego llegó el momento del ingreso del equipo, listo para jugar el partido, al campo de juego. Y el recibimiento fue espectacular. Fuegos artificiales, pasillo para los campeones de parte de los jugadores de las inferiores y la llegada de la estrella número 66 en un dron, para sumarla al escudo.

Después de la victoria por 2-1 sobre Unión llegó la hora de la entrega de las medallas y de nuevas ovaciones. Además, se mostró un reloj contando los días que lleva el equipo sin descender (no descendió en sus 112 años de historia).

La Boca está hinchada de orgullo por un nuevo campeonato, y la alegría no cabe en el cuerpo de los xeneizes. La Bombonera deliró antes del comienzo del partido contra Unión con un festejo particular, que primero tuvo a los jugadores dando la vuelta olímpica con sus familias y después se condimentó con un ingrediente “galáctico”.

Los dirigentes decidieron incorporar a la fiesta uno de los drones que se instalaron como una moda en los últimos tiempos. 

Del aparato pendía una estrella con un número especial: el 66, que es la cantidad de títulos que se adjudica Boca contando los nacionales (de la era profesional y amateur) y los internacionales.

Cuando despegó el dron y buscó el cielo de la Boca, empezó a atronar en el estadio la inconfundible música de “Star Wars”. Que se apagó recién cuando la estrella cayó en las manos del capitán Gago. El volante central alzó el pequeño trofeo y recibió otra ovación, en una tarde de felicidad absoluta.