Con un ajustado quórum de 129 diputados sentados en sus bancas, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, dio inicio este mediodía a la sesión especial prevista para el tratamiento a la ley que crea un régimen de Responsabilidad Penal Empresaria.

Un escándalo de gritos y acusaciones cruzadas estalló la Cámara de Diputados con el inicio del tratamiento del proyecto de régimen penal empresario, una iniciativa que permite que las empresas "arrepentidas" por haber cometido delitos de corrupción (como el caso de la brasileña Odebrecht) puedan evitar sanciones penales a cambio de información precisa sobre qué funcionarios se beneficiaron con esos ilícitos.

La campaña electoral, como el diablo, metió la cola en el debate, que derivó en un revuelo de proporciones en el recinto. Estalló cuando el diputado Javier David (Bloque Justicialista) anticipó que su bancada solicitaría, antes de la votación, que la iniciativa retornara a la comisión.

La jefa del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, pareció abonar la posición de sus pares justicialistas. "Nosotros queremos debatir este tema, queremos penalizar a las empresas y empresarios corruptos, pero no queremos son leyes que vengan de tapaderas de empresas que, en forma de UTE (Unión Transitoria de Empresas) hoy son un escándalo internacional por pagar coimas por 1600 millones de dólares", enfatizó, en alusión a la empresa Odebrecht.

Lilita Carrio en la Càmara de Diputados
"¡Ustedes no quieren una ley para resolver el problema de los empresarios corruptos, sino buscar una salida a los empresarios corruptos. Esta es una mala ley que viola la Constitución!", exclamó.

Fue entonces cuando el oficialismo se enardeció. "¡La sociedad está harta que le roben!", estalló el diputado Fernando Sánchez (Cambiemos), que acusó a la oposición de haber pegado el faltazo en las reuniones de comisión cuando se debatió la iniciativa.

La diputada Elisa Carrió acicateó aún más los ánimos. "Quien nos puede explicar, todos los datos sobre los sobornos es un diputado de la Nación, es Julio De Vido. ¿Dónde está De Vido para que nos explique cuánto cobró y cuánto les dio a los Kirchner?", ironizó. De Vido está ausente en el recinto.

El Frente para la Victoria estalló en silbidos y gritos. El kirchnerismo no había dado quórum a la sesión, no así el massismo y el bloque justicialista, cuyos miembros se sentaron en sus bancas aunque no están de acuerdo con la iniciativa oficialista.

En otro tramo del acalorado debate, Camaño pidió nuevamente la palabra y embistió contra el diputado Eduardo Amadeo (Cambiemos) por un comentario que acababa de realizar en su cuenta de Twitter. "Otra vez los K y el Frente Renovador se juntan para q no podamos votar la ley penal contra empresarios corruptos. Porque será?", había escrito Amadeo. "Es una actitud rastrera, baja, es una vergüenza!", exclamó Camaño, quien conminó a su colega oficialsita a que borre el twit.

"¡Con la verdad, no ofendo ni temo!", respondió Amadeo, frente a los silbidos generalizado s de la oposición.

Después de este escándalo, el presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó reencauzó el debate, aunque es incierto que el proyecto de régimen penal empresario pueda obtener hoy media sanción.

Agencias