A escasos días de que comience la siembra de maíz 2014/15, varias entidades de productores alertaron ayer sobre la escasa o nula rentabilidad que el cultivo tendrá este año. Un trabajo de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), suscripto además por la mesa de enlace agropecuaria; la Asociación de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y la Asociación de Maíz (Maizar) da cuenta que este año en el 93% de los distritos históricamente “maiceros” la actividad no será negocio, salvo que cambien las actuales condiciones que “impactan negativamente sobre esta producción y su cadena de valor, con riesgo de sufrir una caída en la inversión, la producción y el empleo que genera”, alertaron en un comunicado conjunto.
De acuerdo con el relevamiento de Aacrea, de los 249 distritos maiceros analizados, en el 93% la actividad no sería rentable.
Eso por la caída del precio internacional del maíz, que se ubica en torno a u$s 148 por tonelada cuando hacia abril/mayo últimos tocaba los u$s 190 por la misma cantidad. A eso se suma a la “excesiva presión” impositiva nacional, provincial y municipal,que pesa sobre la producción agropecuaria, y la inflación y la inflación.
De acuerdo con las entidades rurales, ese combo llevará a que el cultivo sea rentable –con un elevado riesgo– este año en sólo el 7%, de los distritos (apenas 17) en los que se siembra maíz habitualmente. 
El trabajo indicó que en regiones como en Noroeste (NOA) se necesitarían rendimientos “70% superiores al promedio de las últimas seis campañas para equiparar los gastos de producción de maíz con los ingresos”.
Mientras, en la mayor parte de los departamentos de la provincia de Santa Fe, se requerirá un rendimiento 10% superior al del promedio histórico para cubrir los costos.
“En muy pocas localidades, generalmente cercanas a los puertos o industrias, hay posibilidades de que sea viable (el sembrar maíz) con los rindes históricos y con un precio de cosecha de u$s 140 por tonelada –posición abril ‘15 en el MATBA–”, remarcaron las entidades.
Tras enfatizar que el país necesita salir del monocultivo de soja, una actividad que los productores “desarrollan por la intervención oficial en los mercados cerealeros”, los dirigentes rurales resaltaron que “la inviabilidad económica del maíz no ayuda para ir hacia un modelo sustentable”.
Y remarcaron que “si continua la política de alta presión impositiva nacional (retenciones del 20%), que afecta a las empresas, y con el mantenimiento de los tributos y de las restricciones a la exportación, con el elevado riesgo comercial que esto conlleva, el maíz vivirá una situación similar a la que atravesó el trigo en las últimas dos campañas, recordadas como las dos peores siembras en 100 años”.
Y señalaron que las consecuencias socioeconómicas de esa situación serán “muy negativas para las comunidades del interior de las provincias, donde el campo hace el 78% de su inversión, ya que a actividad y el empleo se verán fuertemente afectados”.