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POLITICA

15 de agosto de 2017

PJ espera un guiño de Macri antes del 22-O

El peronismo entró en crisis. Gobernadores sin frente común y Cristina fuera de toda chance. Marcos Peña encabezó ayer conferencia de prensa oficial mientras que el ex radical Leopoldo Moreau hizo lo propio con la de Cristina de Kirchner.

El peronismo de los gobernadores, ese que mantuvo vivo el partido mientras cada gerente de turno (lease presidente)cambiaba libretos, miraba con asombro a Cristina de Kirchner en la madrugada de ayer mientras la expresidente le hablaba a los suyos en el club Arsenal. Ella proclamó desde ahí que había "ganado" la PASO bonaerense mientras los videograf de cada canal aún mostraban una virtual paridad con Esteban Bullrich. El PJ, al contrario, lo leía como un triunfo del macrismo que, aplicando esta vez sus misma reglas, había logrado relegarla a un discurso casi en soledad a las 4:07 de la mañana.

Hubo variados déjà vu entre los caciques provinciales, recordando estrategias similares que el PJ aplicó para minimizar enemigos. 

Esos mismos peronistas confiaban ayer la creencia que el gobierno zafó en estas elecciones en mejores condiciones que las esperadas, ya que el resultado bonaerense estuvo lejos de esas proyecciones que hace 15 días habían sembrado pesimismo en Cambiemos. Al resultado en la provincia de Buenos Aires sumó Macri una performance no esperada en el resto de las provincias donde el gobierno logró victorias variadas frente a peronistas que, además, tuvo el efecto de romper ese frente unificado formado por los gobernadores. 

Quizás sea ese el efecto menos analizado hasta ahora de las PASO del domingo pasado. Ya no son todos iguales en el universo de caciques peronistas; hay ganadores, hay sobrevivientes y hay perdedores, y en política eso siempre se cobra. 

En medio de ese juego entró Sergio Massa, que con su 15,55 % en la elección bonaerense perdió pero se colocó como el arbitro privilegiado en la batalla por decidir la supervivencia o no del peronismo.

Las pruebas son evidentes y agregan incertidumbre para el futuro del peronismo, lo que refuerza el poder del gobierno. "Juan Schiaretti se cayó, nadie entiende lo que le pasó a Carlos Verna en La Pampa, en Entre Ríos el resultado es muy complejo. Los gobernadores no revalidaron ayer títulos como centro de poder. A algunos les fue bien, pero otros recibieron golpes muy duros. Juan Manuel Urtubey puede aspirar a liderar, pero tiene que ser en un espacio que no es el peronismo en estas condiciones", confiaba anoche a este diario un cacique del PJ. 

El problema, ven muchos peronistas, es que el gobierno tiene que tomar nota de esto y hasta ahora en muchos casos no lo ha hecho. Hay problemas puntuales en gobernadores peronistas que Rogelio Frigerio podría haber solucionado y con eso controlado cada situación. "El gobierno tiene que tener la voluntad de hacerlo y levantar el teléfono", agregaba la fuente. "A los intendentes que jugaron con Randazzo y con Massa, ¿Frigerio los llamó ayer?", finalizaba. 

¿Qué horizonte ven, entonces, para Cristina de Kirchner esos representantes del peronismo eterno?

El conteo definitivo de los votos dirá dentro de una semana o mas que Cristina de Kirchner quizá supere a Esteban Bullrich por alguna décima. Para ese momento, creen, poco importará ese resultado ya fundido en medio del logro de Cambiemos nivel nacional.

En esa segunda vuelta que es la elección general con relación a la PASO, los dos contrincantes bonaerenses irán a rascar la olla de los votos ajenos. La diferencia es que Cristina de Kirchner podrá hacerlo en una olla que no tiene mas de 5 % de los votos y Esteban Bullrich en una de 16 %. Esa es la dura sentencia que ya emitió el PJ.

Un dato más abona esa imagen. El kirchnerismo apeló ayer a Leopoldo Moreau como apoderado de Cristina de Kirchner y vocero de Unidad Ciudadana para explicar las denuncias por el escrutinio. Fue toda una señal que inclusive muchos kirchneristas no lograron digerir: la expresidente apeló para ese rol al expertise de un radical trasvestido que, de todas formas, algo sabe de supervivencia ya que se mantiene en la política después de haber sacado un infamante 2,3 % de votos en la elección presidencial del 2003; la misma en la que Carlos Menem ganó la primera vuelta pero fue Néstor Kirchner con 22.25 % quien terminó quedándose con la presidencia.



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