Aires de balotaje. Con el resultado en zona gris, y una polarización más extrema que la pronosticada, Cristina de Kirchner y Esteban Bullrich entraron ayer en la temporada alta de 70 días políticos hasta la general del domingo 22 de octubre.

En medio de las denuncias cruzadas por el conteo, el Gobierno y Cristina pusieron bajo análisis la campaña que viene. Sin tregua, cada comando perfila su hoja de ruta, ponen en sus radares los territorios donde busca sumar (o recuperar) votos y entran en revisión los modelos y mensajes de campaña.

# Los votos de Sergio Massa ¿De dónde saldrán los votos que necesita el Gobierno? “De todos. Nadie es dueño de los votos”, explicaron los principales colaboradores de María Eugenia Vidal. La gobernadora seguirá siendo la estrella de la campaña bonaerense que en el bunker de Costa Salguero les habló principalmente a quienes no la votaron. Seguirá además contando con el apoyo de Elisa Carrió en el interior bonaerense. Con una polarización firme, en Cambiemos se entusiasman en particular con los votos de Sergio Massa y Margarita Stolbizer. La performance del líder del FR no los sorprendió y creen que -a pesar del núcleo duro que mantiene el tigrense- podría perder más votos. En la gobernación y en la Casa Rosada consideran que -comparado con la general de 2015- pueden crecer en todas las secciones electorales y que Cristina Kirchner ya casi llegó a su techo. Apuestan fundamentalmente a sumar en la primera y en la tercera sección del Conurbano, donde Massa guarda un caudal importante y al diálogo con intendentes que necesitan traccionar votos de todas partes, como Martín Insaurralde.

La candidata Cristina Kirchner dijo que ella ganó las elecciones. Los números dijeron otra cosa.

# Cristina más anti Macri. La ex presidente mantendrá, según lo que cotejó Clarín, el libreto de un voto para frenar a Macri. El criterio en el staff K es que los 34% de votantes de la primaria están en esa línea y que el modo de sumar para ganar la elección de octubre se obtienen entre los votantes que fueron a otras expresiones pero son críticos del gobierno de Cambiemos. Aparece además otra cuestión: Cristina se siente más cómoda polarizando con Macri que con Vidal, por la simple razón de que la gobernadora mide bien (mejor que ella) y es considera una dirigente todoterreno que, además, no aparece ligada directamente a los tarifazos, inflación y demás puntos críticos de la gestión PRO. En la lectura del cristinismo, la irrupción de la gobernadora con una altísimo protagonismo en la última semana fue lo que le permitió a Cambiemos atraer entre 3 y 4 puntos para acordar la diferencia. Ese caudal, dicen, se lo sacó a Sergio Massa lo que explica que 1Pais quedó cerca del 15%. "Ellos pusieron a Vidal en el primer plano, a suplicar por votos, su as de espadas la ya jugaron: no les queda ninguna carta propia para la campaña de octubre" interpretó ante Clarín un operador K.

# Más participación. El oficialismo planea pescar votantes entre quienes no acudieron a votar el domingo. En las PASO hubo un 76% de participación, un punto más que en agosto de 2015. En octubre de ese año votó el 81% del padrón en la Provincia, por lo que apuntarán a un número similar. Consideran que los ausentes en las PASO son más propios que ajenos.

# El voto cercano. Esta semana, Cristina reunirá al puñado de dirigentes más cercanos para definir la línea fina de la campaña que viene, pero ya hay pistas claras. En UC dicen que necesitan sumar 4 puntos para ganar en octubre y esos aproximadamente 400 mil votantes simpatizaron con Florencio Randazzo (algo menos con Sergio Massa) y con expresiones de la centro izquierda como "Pino" Solanas y Víctor de Gennaro, espacios que no sobrevivieron para la general. Dicen, incluso, que podrían atraer votantes del FIT que, en el segmento senadores, voten a Cristina solo para frenar a Macri. La cuestión con el PJ-Cumplir randazzistas es, de todos modos, lo que aparece más claramente en el radar y en ese caso podría existir lazos con intendentes como Juan Zabaleta (Hurlingham) y Gabriel Katopodis (San Martín), o dirigentes como Julián Domínguez, que pagaron el precio de ir por las suyas, para fortalecer el vínculo respecto a octubre. De Massa, en tanto, creen que pueden atraer un porcentaje aunque especulan que 1País podría mantener parte de su caudal.

# Gestión y economía. Hasta el reinicio de la campaña formal, María Eugenia Vidal se concentrará en la gestión. Insistirá con profundizar el carácter “provincial” de la elección en detrimento de la figura nacional de Cristina, que tiene una expectativa presidencial de cara a 2019 y no uno bonaerense. Con esa mirada, pondrá enfásis en las propuestas de sus candidatos, que explicitaron en conferencia de prensa. La campaña será más propositiva. Convencidos de que la economía mejorará de cara a octubre, el Ejecutivo apuesta a mostrar datos que confirmen esa tesis para que se perciba que es necesario garantizar un triunfo. En ese sentido, insistieron con la baja del dólar y a que -“producto de la reducción de la incertidumbre”- los rendimientos de los bonos cayeron.

# Marquesina. La campaña soft, con Cristina poco expuesta y con mensajes campañistas simples, alcanzó -coinciden tres dirigentes K- para esta etapa: hacia octubre, la campaña deberá tener más propuesta y contenido. "No alcanza con jugar al error de Cambiemos: con eso retuvimos lo que teníamos de siempre" interpreta un alcalde que estuvo en el búnker K la larga noche del domingo. Lo que está claro es que para ir a buscar otros votantes, Cristina debería abrir su radio de visión y mensaje, y enfocarse en el territorio que fue dramático para UC: el interior de la provincia donde sufrió palizas. En toda la provincia, Cambiemos ganó en 101 distritos y Cristina en 24 (el resto Massa, Randazzo) y UC se sostuvo, sobre todo en el conurbano sur, donde parece que no tiene demasiado más para rescatar. Solo evitar que no haya fuga de fotos.