MUNDO
15 de septiembre de 2017
Sobrepeso infantil
El informe destaca al mismo tiempo que 41 millones de niños menores de cinco años sufren sobrepeso, lo que acrecienta el riesgo de sufrir obesidad y enfermedades durante la edad adulta.
“La anemia entre las mujeres y la obesidad entre los adultos también son preocupantes”, juzgó el estudio publicado por varias agencias de la ONU, esto es, la FAO, el FIDA (Fondo Internacional de la ONU para el Desarrollo Agrícola) y el PAM (Programa Mundial de Alimentos), y a las que se sumaron por primera vez Unicef y la OMS.
“Estas tendencias no solo son consecuencia de los conflictos y el cambio climático, sino también de cambios profundos en las costumbres alimentarias” y de la pobreza ligada a las “ralentizaciones económicas”.
Según las agencias onusianas, 520 millones de personas sufren hambre en Asia (11,7% de la población del continente), 243 en África (20%) y 42 millones en América Latina y el Caribe (6,6%).
Desde 2005, cuando había 926 millones de personas en el mundo afectadas por el hambre, las cifras habían mostrado un retroceso continuo hasta 2014, año en que la tendencia se invirtió muy ligeramente con 776 millones (frente a 775 en 2013). En 2015, el total sumó también un millón más (777).
Para Gilbert Houngbo, presidente del FIDA, era “difícil interpretar” esta ligera progresión entre 2013 y 2015.
“Pero en 2016, el alza es realmente seria y constituye nuestra mayor preocupación en 15 años”, declaró por teléfono a la AFP.
Inversiones a largo plazo
Houngbo advirtió especialmente “del creciente impacto” del cambio climático, con “la sequía que perdura en Somalia, Etiopía y en África Oriental”.
“Las inversiones a largo plazo son insuficientes para permitir que las poblaciones rurales en las zonas más recónditas puedan vivir de sus cosechas”, añadió.
“Hay que reconocer que hay una toma de conciencia de la comunidad internacional sobre este problema”, pero es necesario “relanzar la inversión agrícola a largo plazo”, añadió.
En particular, Houngbo llamó a invertir en los pequeños agricultores, responsables del 80% de la producción agrícola en África, pese a que sus explotaciones tienen una superficie promedio que no excede las dos hectáreas.
Para este responsable, debe haber además una “complementariedad” entre los pequeños agricultores africanos -entre 38 y 40 millones- y las grandes multinacionales, que tratan de invertir masivamente en el continente.
“La cuestión no es presionar a los grandes grupos, puesto que el sector agrícola privado está cada vez más interesado en invertir también en los pequeños productores, la cuestión es cómo establecer asociaciones compartiendo riegos”.
La FIDA lanzará por su parte en enero un fondo de inversiones para pequeños propietarios.
El "hambre invisible", definida como una carencia de micronutrientes, afecta a más de 2.000 millones de personas en el mundo, según un informe publicado este lunes.
El Instituto Internacional de Investigación sobre la Alimentación (IFPRI), que cada año publica una evaluación sobre el hambre en el mundo, alerta sobre este tipo "a menudo ignorado" de malnutrición, que afecta a las poblaciones cuya alimentación es pobre en nutrientes esenciales.
Zinc, hierro, yodo, vitaminas A y B son algunos de los aportes nutritivos vitales para una buena salud y un buen desarrollo, explica el organismo, basado en Washington.
Si bien los efectos del "hambre invisible" no son observables a corto plazo, estos son "devastadores" con el paso del tiempo: alza de la mortalidad materna e infantil, discapacidad física, debilitamiento del sistema inmunitario y de las facultades intelectuales.
Además, el sobrepeso - e incluso la obesidad - son compatibles con el "hambre invisible", debido al consumo excesivo de "macronutrientes" (lípidos, glúcidos), agrega el informe.
Más de dos mil millones de personas están afectadas en el mundo por esta carencia, "más del doble de los 805 millones de personas cuyas necesidades calóricas no son cubiertas", subraya el informe, en el que colaboraron las ONG francesa Acted, la irlandesa Concern Worldwide y la alemana Welthungerhilfe.
En total, el "hambre invisible" mata cada año a 1,1 millones de niños de los 3,1 millones que mueren cada año por un problema de malnutrición, estima el estudio.
Además de las consecuencias para la salud, el "hambre invisible" "afecta mucho a las economías de los países al perjudicar la productividad de las poblaciones", afirma el IFPRI. El Producto Interior Bruto (PIB) se ve reducido así en la mayoría de los países en desarrollo de 0,7% a 2%.
Entre sus recomendaciones, el organismo invita a los gobiernos a "aumentar la diversidad alimentaria", sobre todo obligando a añadir zinc, hierro y vitaminas esenciales a los alimentos durante su transformación.
Sobre el estado del hambre en el mundo, el IFPRI constata una mejora en los países en desarrollo desde 1990, pero recuerda que la situación sigue siendo "grave".
Entre los 16 países más afectados, según datos aunados entre 2009 y 2013, dos presentan una situación "extremadamente alarmante" y están situados en África oriental: Eritrea y Burundi.
El África subsahariana y Asia del Sur reagrupan la casi totalidad de los países cuya situación es juzgada "alarmante": Laos, Mozambique, Níger, República Centroafricana, Madagascar, Sierra Leona, Haití, Zambia, Yemen, Etiopía, Chad, Sudán/Sudán del Sur (reagrupados a falta de datos separados), las Comores y Timor Oriental.
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