Instalado en Esquel con su equipo de trabajo el juez Gustavo Lleral empezó a trabajar en la causa por la desaparición de Santiago Maldonado, en la que asumió esta semana. Previo a su encuentro con Guido Otranto, el magistrado que fue desplazado de la causa, Lleral dijo que está "trabajando a pleno" en el caso y que empezó a ver "una parte del caso, pero no todo", en breves declaraciones que hizo a la prensa. El juez tendrá dedicación exclusiva en el expediente por 60 días.

El juez se presentó en su nuevo lugar de trabajo pasadas las 7.30. Se acercó caminando, acompañado por cuatro colaboradores y escoltado por la Policía Federal. Lleral seguirá con la investigación de las dos causas por Maldonado, una por el hábeas corpus y otra por la presunta desaparición forzada del joven, cuyo paradero es desconocido desde el pasado 1° de agosto, tras el desalojo de Gendarmería a una protesta mapuche en la Ruta 40 en Cushamen, Chubut.

Tal como lo había pedido, al juez y a su equipo le habilitaron viáticos y los equipos que había solicitado, cinco computadoras de escritorio, tres notebooks, dos impresoras multifunción, un escáner, cinco celulares corporativos, un proyector, una cámara filmadora, dos grabadores de periodista digitales y útiles de oficina, además de dos camionetas 4x4. El magistrado está acompañado por los secretarios penales Gustavo Fabián Latorre y Leonardo Barzini, el prosecretario Juan Carlos Araujo y el escribiente interino José Daniel Scocco.

Uno de los grandes misterios del nuevo juez es si arrancará de cero con la investigación o si profundizará los informes que fueron realizados durante la gestión de su antecesor. Otranto había dicho que la hipótesis con más fuerza era que Maldonado había muerto ahogado al tratar de cruzar el Río Chubut, lo que le valió la recusación y posterior apartamiento de la causa. El principal expediente está caratulado como "desaparición forzada", lo que fuerza a determinar si hubo intervención de la Gendarmería en el caso Maldonado.

Esperan informes clave sobre Gendarmería

La fiscal federal de Esquel Silvina Ávila espera un informe clave que determinaría el recorrido de los camiones de Gendarmería el 1° de agosto en el marco de la causa por la presunta desaparición forzada de Maldonado. A través de los GPS de los celulares secuestrados a los gendarmes se podría reconstruir el camino que hicieron las camionetas en las horas posteriores al procedimiento.

El resultado de la pericia podría dilucidar maniobras como la de la camioneta que trasladó al subalférez Emmanuel Echazú, que fue herido durante el conflicto con los mapuches. El vehículo volvió a su punto de origen a las 5.30 del 2 de agosto, más de doce horas después del procedimiento. También está bajo investigación otra camioneta que habría trasladado a Maldonado, según la versión del testigo de la comunidad mapuche Matías Santana, aunque esta versión todavía no pudo comprobarse.

Además se esperan los resultados de otros peritajes ordenados por la fiscal, como el análisis de los discos rígidos secuestrados en Gendarmería, en especial de las computadoras que contendrían informes de inteligencia. En estas máquinas debería constar todo lo sucedido en el procedimiento. No se descarta que en el futuro la Justicia citara como imputados a los gendarmes que avanzaron hacia el Río Chubut, consigna La Nación.