Donald Trump tenía un pie en el pantano, pero se retiró. Su secretario de Salud, Tom Price, criticado a la derecha ya la izquierda por usar dinero público para viajar en aviones privados, presentó el pasado viernes su solicitud de dimisión. Su caída, lejos de ser una decisión liberadora, fue forzada por la dimensión que tomó el escándalo y las palabras del propio presidente, que poco antes de la salida del secretario, expresó públicamente su malestar. "No estoy feliz, ok?", Dijo Trump, al ser preguntado sobre el caso.

La salida de precio no es una fisura irreparable, pero muestra la inestabilidad de la Casa Blanca . En pocos meses, fueron despedidos el consejero de Seguridad Nacional, el secretario de prensa, el jefe de Gabinete, el director de Comunicaciones, el estratega jefe ... Aunque la etiología de los despidos ha sido variada, todos tienen un punto en común: la ligereza con que Trump, un recién llegado a la política, formó su gobierno.
En el caso de Price, un cirujano ortopédico de 63 años, su destino fue sacramentado por un escándalo que amenazaba con salpicadura en el presidente. En pocos meses, el secretario de Salud pasó a su departamento una factura de más de 400.000 dólares (equivalente a 1.200.000 reales) por dos docenas de viajes en aviones privados, algunos en la casa de los 25.000 dólares (80.000 reales). Los números exorbitantes, revelados el pasado 19 de septiembre por el sitio web Politico, sacudió la opinión pública. En una administración empeñada en cortar programas de salud y que no se molesta en dejar millones de personas sin convenio médico, el descubrimiento de cuánto el responsable máximo por la Salud gastaba de fondos públicos fue visto como un síntoma de corrupción. Una de esas prácticas lamentables y prepotentes que Trump tanto criticó en su campaña y que prometió erradicar.

Alimentada por continuas revelaciones, la ola creció muy por encima de los intentos de frenarla. No sirvió el gesto de Price, ya con el agua golpeando el cuello, de pedir disculpas y prometer devolver el dinero. Sin esperar el reembolso, el propio presidente expresó públicamente su malestar y anunció que tomaría una decisión. Dos horas después de esa advertencia pública, la Casa Blanca emitió un comunicado con la dimisión del secretario.

Un miembro notorio de la derecha médica, anti-aborto y contra el matrimonio homosexual, Price se distinguió, antes y después de su mandato, por su fuerte oposición al sistema de salud implementado por Barack Obama. Pero, como su principal tarea fue desmontarlo, ese también fue su mayor fracaso. Los intentos de derribar el Obamacare chocaron con la falta de consenso republicano en el Congreso. Un fiasco que apegó a tamaños microscópicos la figura del secretario de Salud y que ahora permitió que su caída fuera vista como obligatoria. Un peón menos en el tablero de Washington.