POLITICA
12 de octubre de 2017
Lilita quiere ahora que los cañones apunten contra Moyano
La diputada nacional le dijo al presidente, Mauricio Macri, que para terminar con 'las mafias sindicales' hay que apuntar contra el camionero
La cruzada del Gobierno contra “las mafias sindicales” ya tiene un nuevo objetivo; en una charla informal que mantuvieron la diputada nacional y candidata de “Vamos Juntos” por la Ciudad, Elisa “Lilita” Carrió, y el presidente Mauricio Macri quedó claro que el siguiente será el líder de los camioneros y presidente de Independiente, Hugo Moyano.
Mientras tanto, el brazo ejecutor de Moyano en el mundo sindical, su hijo y secretario adjunto del gremio de lo Camionero, Pablo, es el encargado de juntar adhesiones no sólo dentro dela CGT, sino también por fuera, para avanzar con la convocatoria a un paro general después de las elecciones de octubre. Hasta ahora, dista de tenerlos.
"Cuando vea a [Hugo] Moyano preso, ahí te cuento", dijo Elisa Carrió, seca y tajante.
Lilita, que oficia a veces como un incómodo filtro ético para el oficialismo, sembró así de interrogantes la estrategia de avanzar contra las mafias sindicales: ¿hay una determinación real del Gobierno de instaurar un cambio de época o las caídas en prisión del "Caballo" Suárez y "Pata" Medina son sólo episodios aislados?
La sentencia de Carrió pasó casi inadvertida entre la campaña electoral y la grotesca detención de "Pata" Medina. Sucedió hace dos semanas y fue apenas mencionada en una columna del periodista Ernesto Tenenmbaum y en los últimos párrafos de las crónicas del día que daban cuenta de un recorrido de la candidata de Cambiemos por el barrio porteño de Núñez.
Como ocurrió cuando eligió de blanco de sus acusaciones a Ricardo Lorenzetti y a Daniel Angelici, Carrió provocó otra vez un tembladeral en la Casa Rosada al sugerir una avanzada contra Moyano. Todavía en el Gobierno algunos funcionarios ubican al jefe camionero en el bando de los aliados. No así a su hijo Pablo, que se muestra cada vez más combativo e inflexible y construye puentes de reconciliación con el kirchnerismo.
Un funcionario jerárquico de trato cotidiano con sindicalistas admitió "presiones" recientes de los Moyano para que el Gobierno active una suerte de salvataje de OCA, la empresa postal que el sindicalista considera casi como propia. Vinculan a esta negociación el rebrote de bloqueos de militantes camioneros en fábricas en las que están en conflicto por despidos, baja de costos laborales o encuadramiento sindical.
El desenlace de OCA, donde se desempeñan 7000 camioneros, condiciona hoy la relación entre Mauricio Maci y Moyano. La compañía postal privada tiene su convocatoria de acreedores en curso, la AFIP le reclama $ 400 millones por evasión impositiva y en los pasillos de la Casa Rosada comparan su descalabro financiero con el Grupo Indalo de Cristobal López.
La relación de Moyano con el poder es circular. Tal como sucedió durante la gestión de Cristina Kirchner, reflorecen ahora tensiones con Macri tras haber pactado una salida por la conducción de la AFA, mantener el servicio de recolección de residuos en varios distritos e interceder ante la CGT para bajar la conflictividad y negociar una eventual reforma laboral.
Pasaron seis meses desde la primera referencia pública de Macri a las mafias sindicales. Prometió desterrarlas. Puertas adentro, exhibe como logros las detenciones del "Caballo" Suárez y de "Pata" Medina, pero ahora Carrió presiona para ir contra los Moyano. El enfrentamiento no es nuevo. "Hace veinte años que viene cobrando un sueldo del Estado y no hizo nada", retrucó el camionero cuando Carrió impulsó un proyecto de ley para que los sindicalistas tengan la obligación de presentar su declaración jurada de bienes.
La lista sindical de Lilita podría ampliarse más allá de Moyano, aunque en el Gobierno ya avisaron que por ahora no hay determinación de ir en contra de los peces gordos de la CGT. Mucho menos después del acuerdo para consensuar una reforma laboral por sectores y beneficios para las obras sociales sindicales.
Al freno lo habría sugerido el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en cuyo despacho se apilan papeles con presuntas irregularidades en el Sindicato de Empleados de Comercio. Entre la documentación que llegó a manos del funcionario habría información sobre una red de empresas vinculadas al eterno Armando Cavalieri, uno de los sindicalistas favoritos del macrismo y ex ladero de Jorge Triaca padre en tiempos de menemismo.
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