POLITICA
17 de octubre de 2017
Cristina Kirchner lucha hasta el final para evitar su derrota más dura
Todas las encuestas indican que la ex mandataria perderá en las legislativas del 22 de octubre
Cuando se mira a la superficie de las informaciones argentinas, las manejadas por los círculos del poder, todas las investigaciones relevantes publicadas y no publicadas, las percepciones de los analistas, el ambiente empresarial, sindical y político, la conclusión es clara: Cristina Fernández de Kirchner está a la derecha punto de sufrir una derrota en las elecciones legislativas del 22 de octubre , dentro de una semana, cuando se va a competir para ser senador de Buenos Aires, que se marque y, probablemente, su declive final y consolidar el poder de Mauricio Macri , que así gobernar el país con una oposición muy debilitada.
Pero ella va a luchar hasta el final para evitarlo. El lunes organizó un gran acto en el estadio de Racing en plena zona metropolitana, las afueras industriales empobrecidos de Buenos Aires, donde está su núcleo duro. Será una nueva exhibición para recordar que sigue siendo capaz de movilizar masas de argentinos, como antes. Sus seguidores admite que la batalla es difícil, sobre todo, dicen, porque los medios de comunicación más importantes apoyan al Gobierno, pero argumentan que debajo de esa superficie informativa se está moviendo en las redes, donde ahora concentra una campaña sin muchos recursos, una ola de descontento con el Gobierno que puede llevar a una sorpresa. En su equipo recuerdan que hace dos años, cuando Macri llegó al poder, todas las encuestas indicaban que vencería la segunda vuelta por 10 puntos, pero al final obtuvo una ventaja de menos de 3, porque en la recta final el avance del peronismo fue muy importante. Esta vez van a intentar de nuevo, aunque parezca mucho más difícil. En cualquier caso, será senadora porque,
Macri no sólo tiene a su ventaja en todo el mundo del poder corporativo y gran parte de la unión , una muy notable apoyo internacional y una corriente de cambio después de 13 años de kirchnerismo en el poder. También cuenta con un aliado muy poderoso: buena parte del peronismo desea con más pasión hasta que los macristas que Cristina Fernández de Kirchner pierda estas elecciones. Porque en la votación del 22 de octubre dos cosas se definen. Una, que ya parece cierta, es confirmar que el macrismo vino para quedarse, que no es un accidente. "No ganamos por casualidad en 2015, porque no había otros. Este cambio es profundo ", insiste Marcos Peña, mano derecha de Macri. "Pido a todos que se distancien del escepticismo y del pesimismo crónico para hacer las cosias que ha llegado la hora de hacer", clama el propio Macri antes los empresarios.
La consolidación del poder del presidente es un hecho. Pero hay otra cosa en juego en estas elecciones: quién dirigirá la oposición. Cristina Kirchner volvió con ese objetivo, ser la jefa de la oposición. Y todos los peronistas que aspiran a ese puesto, y son varios, entre ellos algunos de destaque, como el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubev, se están moviendo para que ella pierda el domingo 22, y así puedan aspirar a ser el candidato que enfrentará a Macri en 2019. Por eso la ex presidenta necesita una victoria o al menos una derrota por pequeño margen para evitar que sea el propio peronismo, un movimiento creado por y para el poder, que no acepta perdedores, la devorá -la rápidamente. Ante esta posibilidad de derrota, ella ya está empezando a decir que "la transparencia de las elecciones no está garantizada".
A pesar de haber tantas cosas en juego, la campaña transcurre en la sordina, sin gran entusiasmo, porque la mayor parte del poder argentino ya da por cierta la victoria. De hecho, Macri creció tanto que está rompiendo con todos los manuales de campañas electorales. Anunció abiertamente que después de las elecciones habrá una fuerte elevación de tarifas, es decir, que la gente verá un aumento en el combustible y en las cuentas de luz y agua. Y ni siquiera eso lo hizo caer en las encuestas. Como si hubiera sido admitido es decir sobre la mesa la posibilidad de una reforma laboralpara bajar el costo argentino, aunque insista en que no será tan radical como la polémica reforma brasileña. Además, entró en campaña contra las "mafias sindicales" y cayó que tiene una lista con 562 personas que son las que impiden el crecimiento del país con sus frenos en diferentes sectores.
Macri está muy confiado porque todos los analistas afirman que la ola en su favor es irrefrenable en este momento. Sólo un dato en la última semana mostró que las cosas todavía podrían complicarse para él: la inflación volvió a subir, con el 1,9% mensual. Es precisamente esta inflación que está castigando los barrios populares donde Cristina tiene el corazón de los electores. La crisis económica es la última esperanza de la ex presidenta para evitar la peor derrota de su larga y exitosa cartera política.
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