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POLITICA

15 de noviembre de 2017

Brito:el sistema financiero puede triplicar sus activos de acá a los próximos cinco años

Jorge Pablo Brito, presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), afirma que "los bancos y las fintech debemos competir con las mismas reglas".Asegura que es "acertada" la política monetaria del Banco Central.

Con 38 años, Jorge Pablo Brito parece exprimir el tiempo al máximo para llevar adelante su vida profesional y familiar con la misma intensidad y dedicación. "No tengo una semana igual a la otra", confiesa el presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) en diálogo con Ámbito Biz. Es que, además de conducir los destinos de la entidad que nuclea a bancos de capitales nacionales, es el director financiero del Banco Macro, presidente de la empresa de energías renovables Genneia, y como si eso fuera poco es el vicepresidente 1º de River en la gestión que le devolvió el brillo al club de Núñez, y es también vice 1º de la flamante Superliga de fútbol.

En cuanto a la marcha de la economía, Brito asegura que es "acertada" la política monetaria del Banco Central. Respecto al impacto de las tasas altas en el financiamiento afirma que "no se puede querer resolver la inflación y que nadie esté dispuesto a asumir los costos".

Pronostica que "el sistema financiero puede triplicar sus activos de acá a los próximos cinco años". Y afirma que las fintech son una oportunidad para los bancos porque "son el mejor ejemplo de que se puede transaccionar con los individuos con menores costos y de manera más fácil".

Periodista: ¿Cómo evalúa la actualidad del sistema financiero argentino?

J. P. B.:
 Hace dos años desde el punto de vista patrimonial y de solvencia estaba muy bien pero desde el punto de vista de préstamos contra PBI totalmente desapalancado. Esto debido a que hemos tenido prácticamente 14 años en los cuales el sistema financiero fue netamente transaccional, en donde el ahorro interno solamente un porcentaje minoritario se canalizaba a través de los bancos, y eso era producto de dos cuestiones: una, la desconfianza propia que había generado el sistema financiero después de lo ocurrido en 2002 y la otra una desconfianza hacia el país y a la moneda. Se sumó el hecho de que depósitos rindieron prácticamente a tasa negativa. Esta es la causa por la que hemos llegado a mínimos de 11% de préstamos contra PBI.



P.: ¿Cómo analiza la actual expansión de los créditos?

J. P. B.:
 Los préstamos personales que fueron la línea de negocios más rentables de los bancos durante los últimos años se mantienen. Lo destacado es que surgen dos líneas de créditos que en cualquier país serio son importantes y que en la Argentina eran irrelevantes. Una es la de préstamos hipotecarios a individuos que vienen creciendo a una tasa muy importante motorizados por la indexación en UVA, y la otra línea que viene aumentando fuerte es la de préstamos a empresas para financiar inversiones.

P.: ¿Cuál es el potencial del sistema financiero?

J. P. B.:
 El sistema financiero puede triplicar sus activos de acá los próximos cinco años, teniendo en cuenta que hoy tenemos una demanda sostenida de crédito y acceso al capital a través del mercado de capitales.

P.: ¿Es acertada la decisión del Central de dar de baja la línea de crédito productivo a tasa subsidiada?

J. P. B.:
 Sí, totalmente. No hay ejemplos en el mundo de que los bancos presten a tasas por debajo del mercado siendo forzados. Lo mejor es cuando el mercado mismo y la competencia es la que te lleva a tener que prestar más barato y cada vez intentar tener más market share, que es como funciona el mercado financiero en el mundo. Y en este punto hemos trabajado con el Banco Central alineadamente para conseguir la convergencia para cuando se unieran los préstamos de la línea de inversión productiva con la tasa de mercado, ir saliendo gradualmente. 

P.: ¿Qué rol están teniendo los bancos en el financiamiento productivo?

J. P. B.:
 Hay muchos sectores dentro de la producción que están tomando grandes ventajas del modelo económico, como el exportador y también el de la construcción que hoy está al 100% de su capacidad instalada no solamente por la obra pública sino también por la obra privada que se está iniciando. Estamos trabajando coordinadamente con el Gobierno, con la Cámara de la Construcción y Cámara de Desarrolladores viendo de qué manera trabajamos para incrementar la oferta inmobiliaria y que esta demanda de créditos hipotecarios que no sea solamente para aumentar los precios de inmuebles sino que pueda estar sustentado por un aumento de oferta. Lo estamos haciendo con líneas para poder financiar a desarrolladores la construcción, que es un tema que va a ser muy importante para la Argentina que se viene.

P.: ¿Cómo analiza la gestión del Gobierno? ¿Ve un plan económico?

J. P. B.:
 Claramente desde que el Gobierno llegó tenía un plan económico que se inició ordenando el desdoblamiento cambiario que en la práctica existía en la Argentina, resolviendo la cuestión de tarifas que generaban un déficit muy importante, resolviendo el default que eso iba a ser punto de partida para poder endeudarse con mayor volumen y menor tasa, y la política monetaria del Banco Central para combatir la inflación. Entonces, evidentemente hay una línea de acción.

P.: Las tasas altas tiene como contrapartida el encarecimiento del crédito...

J. P. B.: 
Indudablemente, la política del Banco Central es agresiva, es acertada y trae también un mayor costo en el financiamiento, pero creo que es momento de decir la verdad. No se puede querer resolver la inflación y que nadie esté dispuesto a asumir los costos. Creo que es el momento en la Argentina de asumir los costos y arreglar los problemas.

P.: ¿Cuál es la relación de ADEBA con el Banco Central?

J. P. B.:
 Es muy buena porque lo primero que le valoro a este Banco Central es que nos haya escuchado, que haya entendido cuáles eran los problemas que tenía el sistema financiero y estamos en vías de poder solucionarlos, en lo referido a normativas de muchísimos años. 

P.: S&P colocó a la Argentina entre los cinco países emergentes de mayor fragilidad. Ante la exposición de deuda que tiene el país ¿preocupa un cambio en las condiciones financieras internacionales?

J. P. B.:
 Indudablemente este déficit fiscal es preocupante, si uno a esto le agrega la suba de tasas eso genera mayor preocupación en la necesidad de generar el cambio antes. Esta preocupación ha llegado al Gobierno. Estamos en una instancia en que política llevaba un gradualismo fiscal, quizás ahora haya que acelerar un poco este proceso para poder reducir este déficit lo antes posible. También es justo decir en defensa del Gobierno que no es fácil generar una reducción del déficit con un país que está en un estancamiento. Lo que se está haciendo ahora es generar un marco jurídico favorable para las inversiones que permitan que haya un achicamiento del Estado, generando condiciones para un agrandamiento del sector privado, mayor competencia, mayor exportación, todo eso se traduce en una palabra que es la eficiencia del sector privado.

P.: ¿Como contrapartida del endeudamiento tiene que haber un compromiso del Estado?

J. P. B.:
 El endeudamiento es un paliativo. Es la única forma de poder financiar de manera ortodoxa el déficit, o te endeudás o emitís más. La emisión, ya en la Argentina tenemos muchas lecciones de que es un paliativo del corto plazo, en el largo plazo genera inflación que a su vez genera pobreza. Ahora estamos yendo en línea opuesta pero eso requiere ordenar cuestiones fiscales y monetarias, algo que también tiene un costo.

P.: ¿Está de acuerdo con las reformas tributaria y laboral que impulsa el Gobierno?

J. P. B.:
 Ambas reformas van en la misma línea, tienen que ver con que la Argentina se había tornadoun país poco competitivo en el cual los sectores productivos podíamos competir cuando había una gran devaluación y no en un contexto estándar, y eso lo tenemos que cambiar. Debemos mejorar las condiciones impositivas y laborales; todo el marco regulatorio para que la Argentina vuelva a ser atractiva para el mundo.

P.: La inversión extranjera aún no llegó en el volumen esperado, ¿tiene que ver con que aún no están dadas esas condiciones?

J. P. B.:
 Tiene que ver con muchos factores. Los países que han salido de grandes crisis las inversiones llegan a través del mercado de capitales comprando primero deuda soberana, después deuda del sector privado, luego acciones, y todo eso tarda en llegar. Pero cuando una empresa tiene un costo de endeudamiento más bajo, un costo de financiamiento de capital más bajo, permite que pueda hacer inversiones directas, pero eso tarda tiempo y de a poco lo estamos viendo. La inversión debe ser el gran factor de creación de empleo de los próximos años.

P.: Las fintech, ¿son un enemigo o una oportunidad?

J. P. B.:
 Bien manejado las fintech para los bancos son una oportunidad porque son el mejor ejemplo de que se puede transaccionar con los individuos con menores costos y de manera más fácil. Los bancos son una industria milenaria que a nivel mundial nos hemos mal acostumbrado a que los clientes nos vengan a ver y eso está agotado a nivel mundial. Hoy tenemos que salir a competir entre nosotros y con agentes externos al sistema financiero de una manera mucho más dinámica y amigable. Ahora obviamente necesitamos que todo el marco regulatorio nos acompañe. Hay regulaciones que vienen desde hace muchísimos años, entendemos que tenemos que estar regulados, pero lo único que pedimos es que flexibilicen nuestras regulaciones y que les pongan regulaciones a las fintech, para que la brecha regulatoria sea la menor posible entre las fintech y los bancos. En definitiva, debemos competir con las mismas reglas. 

P.: ¿Qué balance hace de su gestión de ADEBA?

J. P. B.:
 Lo que me había puesto como un tema central era escuchar cuáles eran las necesidades, trabajar internamente codo a codo con los bancos para hacer un sistema financiero más dinámico y lo estamos haciendo. Eso por un lado, y la otra tiene que ver con generar contexto, los bancos vivimos del contexto, de que le vaya bien al Estado porque tenemos bonos, de que le vaya bien a cada uno de los sectores, al campo, a la industria, a la construcción, al transporte, son nuestros clientes. Por eso estamos en contacto con cada una de las cámaras para ver de qué forma podemos ayudarlos a que ellos puedan producir de la mejor manera.

P.: ¿Hay una visión compartida con ABA?

J. P. B.:
 No solamente hay una visión compartida, sino que hay una relación muy estrecha. Todos los temas que estamos trabajando los conversamos, la agenda de ADEBA y ABA es 95% compartida. Y en los temas en común, tenemos un diagnóstico muy parecido, con lo cual las veo totalmente alineadas a las dos cámaras.

P.: Ha surgido en los últimos foros empresarios una especie de mea culpa por haber guardado silencio durante la gestión del kirchnerismo ¿Cree que los empresarios deben tener un rol más activo?

J. P. B.: 
Primero hablar de los empresarios como si fueran todo lo mismo, es malo. Indudablemente la Argentina vivió años muy difíciles en los cuales cada uno que hablaba, que decía algo el Gobierno tomaba una represalia, y es cierto que cuando cada uno de nosotros tuvimos un problema tal vez el resto de las cámaras no salimos a defenderlo, y en ese punto tal vez sí probablemente cometimos un error y no debemos volver a cometerlo.



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