Después de siete semanas de juicio, la Corte Federal de Brooklyn, Nueva York, condenó al ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), José María Marín , 85, para seis de los siete delitos por los que había sido acusado el escándalo de corrupción de la FIFA. Por el entendimiento de la Justicia norteamericana, que lo denunció por haber recibido aproximadamente 6,5 millones de dólares en matrimonios, Marin es inocente en la acusación de lavado de dinero en la Copa del Brasil, pero culpable de integrar organización delictiva, tres delitos de lavado de dinero dinero y otros dos de fraude en sobornos involucrando la cesión de los derechos de televisión y marketing de las Copas América, Libertadores y de Brasil. La pena sólo será conocida después de la publicación de la sentencia a principios de 2018, pero la jueza Pamela Chen determinó que el ex dirigente empiece a cumplirla inmediatamente en una cárcel federal de Estados Unidos. Así, por primera vez en la historia, un pez gordo del fútbol brasileño es condenado por corrupción  - incluso fuera del país.

El ex gobernador de Sao Paulo biónica conectado a la dictadura militar, José María Marín presidió la CBF entre 2012 y 2015. En el mismo año abandonó el comando confederación, y Le fue detenido en Suiza en una operación del FBI que desencadenó el escándalo conocido como "Fifagate". Desde entonces, el ex-cartón estaba en arresto domiciliario en Nueva York aguardando el juicio. Quien asumió la presidencia de la CBF en su lugar fue Marco Polo Del Nero, que era vice de Marin y también es acusado por los mismos crímenes del antecesor. Que dejó de viajar a partidos de la selección y compromisos internacionales por temor a ser detenido en el extranjero. Brasil, por ejemplo, fue el único equipo que no tiene el presidente de la federación local como un representante en el sorteo de los grupos de la Copa Mundialque se celebró a principios de diciembre en Rusia. Como no fue arrestado en la operación norteamericana, Del Nero se libró de ir al banco de los acusados ​​y siguió presidiendo la confederación hasta ser suspendido por 90 días, hace una semana, por el Comité de Ética de la FIFA, que lo investiga debido a sospechas la recepción de la propina. De acuerdo con la defensa de Marin en el juicio, el reo era apenas figura decorativa en la presidencia de la CBF, pues "quien realmente mandaba era Marco Polo Del Nero". La sentencia puede complicar aún más la vida de Del Nero, ya que aumenta las posibilidades de una prohibición definitiva por parte de la FIFA.

En la misma situación de Del Nero es Ricardo Teixeira , antecesor de Marín, que dirigió la CBF durante más de 20 años. También fue acusado Fifagate y la Corte española, que lo acusa, junto con el ex presidente del Barcelona, Sandro Rosell, a unirse a una banda que se veía a unos 15 millones de euros en la selección de juegos de ingresos angariadas. Como la Constitución brasileña impide la extradición de ciudadanos nacidos en el país, tanto Del Nero y Teixeira no deben ir a la cárcel por los desdoblamientos del juicio en Estados Unidos. El castigo a Marín, sin embargo, fragiliza al grupo que sucedió a Teixeira y da aliento a un ensayo de revolución en la cúpula de la CBF, actualmente presidida de forma interina por el vice coronel Nunes. El senador Romario (Podemos), que llegó a liderar una CPI para investigar la confederación, ya manifestó el deseo de concurrir a la presidencia de la entidad y encamora el movimiento "Directas Ya en la CBF". Por su parte, el actual mando ensayó aplazar la elección inicialmente prevista para abril de 2018, pero un frente formado por ex jugadores y algunos dirigentes de clubes promete presionar a la CBF por un proceso de sucesión en el poder más ágil.

Foto portada:José María Marin, condenado por corrupción en escándalo de la FIFA. Stephen Yang- Reuters