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JUSTICIA

25 de diciembre de 2017

Víctor Manzanares admitió que Báez era un inquilino fantasma en Hotesur

El contador de los Kirchner dijo que el Alto Calafate no tenía clientes y que Lázaro Báez pagó cifras millonarias a los Kirchner como alquiler de ese hotel.

El denunciado se transformó en denunciador. Víctor Manzanares, alias "Polo", ex contador de los Kirchner hasta mediados de noviembre pasado, trabajo al que renunció en secreto, amplió su declaración indagatoria en una causa en la que se investiga si la familia ex presidencial usó a sus hoteles, sobre todo al más grande y conocido de ellos, el Alto Calafate, para "blanquear" dinero de presunta corrupción mediante el principal socio comercial de los K, el constructor Lázaro Báez. Manzanares, preso por obstruir el accionar judicial en otro caso vinculado a los mismos personajes pero a otra compañía bajo sospecha, confirmó lo que hasta ahora era denunciado con diferentes pruebas, desde el 2014, por la ex diputada Margarita Stolbizer; su abogada, Silvina Martínez; y por el periodismo autónomo a la militancia por el Frente para la Victoria.

Manzanares, antes un silente contador adorador de los Kirchner, admitió que el Alto Calafate, controlado por la sociedad comercial Hotesur S.A, funcionó de modo irregular durante años. Y que sus dueños le "cedieron" el uso comercial del inmueble a Báez, que les pagó un precio muy alto por ese "negocio" aunque fueron los Kirchner lo que lo utilizaron y movieron los papeles y hasta tenían influencia en el hotel como si Lázaro fuera más un "inquilino fantasma" que un "locador" verdadero.

Manzanares admitió que él mismo cometió acciones irregulares en la documentación del hotel. Y, de modo sorprendente, terminó su presentación pidiéndole al juez que para esclarecer el caso se hicieran auditorías a las cuentas bancarias de todos los Kirchner; de la firma Hotesur, que manejaba el Alto Calafate; que se investigara también el rol que tuvo en esta trama el Banco Central durante la era K, "en especial la Superintendencia de Entidades Financieras"; los bancos con los que operaron sus ex jefes presidentes y también las entidades en las que tenían cuentas los hijos de los Kirchner. E incluso sugirió también que se pongan bajo pesquisa a "los responsables de las áreas de prevención del delito del lavado de activos" de la gestión kirchnerista.

Manzanares preso era antes el denunciado. Manzanares, tras una temporada en el infierno de la prisión, declaró ahora, aunque con matices, más como si fuera de golpe de denunciador de los Kirchner. Eso sí, su nuevo aporte a la causa lo hizo en calidad de imputado, lo que le da derecho a a mentir para defenderse.

Según las fuentes judiciales, y de la política de Santa Cruz, algo se rompió entre el lazo comercial y humano de los Kirchner que terminó por provocar la declaración de Manzanares que puede complicar a la ex familia presidencial.

El contador se presentó al juez Julián Ercolini y los representantes de la fiscalía de Gerardo Pollicita e Ignacio Mahíques, quienes tienen la instrucción del caso Hotesur, con el abogado de Cristina Fernández, Carlos Beraldi. Amigos de Manzanares y santacruceños que conocen al detalle de sus infortunios en la cárcel aseguran que, más allá de eso, el ex contador de los K está realmente enojado con sus ex jefes.

Manzanares remarcó varias veces en su nueva declaración ante la Justicia por Hotesur que mucho de lo que se investigó y avanzó en el expediente efectivamente era "conocido" a través de los medios de comunicación y las denuncias de la entonces oposición parlamentaria. Fue su modo de ratificar que las pruebas que le leyeron en su contra no eran objetables para él.  No las objetó, incluso.

Durante los últimos años, los Kirchner negaron sistemáticamente cualquier tipo de irregularidad cometida con el Alto Calafate-Hotesur. Fue en vano. Ya no pueden acusar a la prensa, a sus opositores, o a jueces complotadores para sembrar sospechas sobre la falta de transparencia, y la rusticidad profesional y documental con las que manejaron uno de sus negocios más rentables. El Alto Calafate. Ahora el que ratifica las acusaciones antes negadas es el contador que les manejó los estados contables personales y empresarios desde 1990.

Manzanares contó que trataba personalmente a Néstor Kirchner desde el año 1976. "Polo", como le decían los K a su hombre de confianza en lo financiero, ya no es el que era. Manzanares se quejó ante la Justicia porque esta historia pone en "tela de juicio su honorabilidad". Y agregó: "Es obvio que, dada la trascendencia de las denuncias que políticos efectuaron sobre la familia en cuestión (los Kirchner) podían desconocer los riesgos de ser tratado como él". Manzanares le pidió al magistrado que entienda que "como contador", no "debería estar en este acto".

Sin embargo, sus propios dichos, y sus acciones, no solo complicaron la situación procesal de los Kirchner en esta causa, sino también la de él mismo.

Manzanares sinceró, por ejemplo, que el Alto Calafate no tenía "clientes", sino que solo generaba plata a través de un alquiler: lo pagó primero Báez a través de una de sus empresas, Valle Mitre. Y agregó información conocida y difundida varias veces por Clarín.

El ex contador de los Kirchner relató que después de 2013, es decir, tras la difusión y las investigaciones judiciales en la Argentina y en Uruguay, Suiza y los Estados Unidos sobre "La Ruta del Dinero K", un caso que compromete a Báez en delitos de lavado de dinero, el empresario le cedió el alquiler del Alto Calafate a otro socio K, Osvaldo Sanfelice, que pasó a explotarlo comercialmente través de la firma Idea S.A.

Pero pagándoles a los Kirchner mucho menos dinero que su antecesor en ese emprendimiento turístico. ¿Por qué los Kirchner decidieron perder plata en un comercio que tan rentable? ¿Perdieron dinero tras el cambio de inquilino o quizás, por el contrario, Báez les pagaba de más por explotar el Alto Calafate?

Manzanares dice que ya no tiene documentación sobre ese hotel porque, tras renunciar a ser el contador de los Kirchner, después de trabajar para ellos desde 1990, un "apoderado" de la familia se llevó de su oficina del sur austral los papeles de Hotesur S.A.

En un acta de allanamiento que ordenó el anterior juez del caso, Claudio Bonadio, a al estudio contable de Manzanares, consta que cuando la Policía Metropolitana fue a sus oficinas él mismo les aseguró que no tenía allí ni los libros societarios ni los contables de Hotesur S.A porque había sufrido "robos".

Sin embargo, los agentes detectaron que en sus computadoras había rastros de aquella documentación.

Manzanares le confesó a las nuevas autoridades que instruyen la causa Hotesur, que fue él quien borró con liquid paper y cambió actas de las asambleas de la empresa para incorporar como participante de las mismas a Máximo Kirchner, como heredero de su padre fallecido. El contador preso reveló que hizo esos trabajos por orden de Cristina Kirchner. Son actos irregulares, a pesar de que Manzanares haya dicho ahora ante la Justicia que no "obedeció" a "ningún error malicioso".

El 13 de agosto de 2016, Clarín reveló lo que se dio en llamar en una nota sobre este tema la "Operación Liquid Paper". El título de ese artículo fue "Revelan actas adulteradas de los hoteles de los Kirchner".

Según consta en el acta de su última declaración en el caso, Manzanares terminó por confesar que Néstor Kirchner era quien más retiraba dinero en concepto de utilidades mientras éste estaba con vida.

Y que esa práctica después fue la que tuvieron con el Alto Calafate, siempre alquilado a sus "socios" Báez y Sanfelice, tanto la viuda del ex presidente, Cristina Fernández, como sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner.

Todos retiraron de las arcas de su empresa hotelera cifras millonarias. Al mismo tiempo, el inquilino del negocio, Báez, ganaba contratos de obra pública a nivel provincial y nacional.

Tal como consignó Clarín ayer, una pericia determinó que Báez le pagó a los Kirchner 27.592.110 pesos por el alquiler del Alto Calafate entre 2009 y el 2013.

Las empresas de Báez, al mismo tiempo, lograron que el hotel de su mismo dueño no solo les alquilara habitaciones sino que -según la Justicia- esos cuartos nunca fueran usados.

A su vez, la empresa inquilina del Alto Calafate, Valle Mitre, fue contratada por otra compañía de Báez para que la asesore en el rubro turístico. La compañía que fue beneficiada por contratos entre firmas del mismo dueño no tenía antecedentes en el mercado para conseguir un contrato semejante.

Manzanares declaró el 12 de este mes frente al juez y los fiscales del caso Hotesur. Iba a responder solo veinte preguntas pero pidió que lo interroguen más. Y dejó el juzgado de Ercolini explicando que, en caso de que la Justicia le requiera, volverá cuando sea necesario para dar más detalles de la contabilidad de los Kirchner.

Fuente: Clarín 



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