MUNDO
27 de diciembre de 2017
Puigdemont busca fórmulas para seguir en Bruselas con un cargo simbólico
ERC cree que el 'expresident' no volverá para la investidura a principios de febrero y considera que la única opción independentista viable es la de Oriol Junqueras
Dirigentes del PDeCAT y de ERC dan por hecho que Carles Puigdemont no regresará a España para ser investido 'president' de la Generalitat de Cataluña. Por eso, fuentes de su partido estudian fórmulas insólitas e imaginativas entre las que se encuentra que el Parlament elija a otro 'president' ejecutivo y Puigdemont pueda ser una especie de 'conseller en cap' simbólico, que mantenga la residencia en Bruselas y con un cargo más representativo. No obstante, esta opción también presenta inconvenientes prácticos y legales como que él y los otros cuatro fugados deberían renunciar al escaño para sacar adelante la investidura de un independentista y no sería posible someterse al control parlamentario como cualquier otro cargo de la Generalitat.
De hecho, fuentes de ERC ven "inviable y mágica" esta fórmula sobre la que han sido consultados y presionan para que sea investido Oriol Junqueras, en este momento encarcelado en la prisión de Estremera. El nuevo Parlament se constituirá el 23 de enero, en la primera semana de febrero se convocará el pleno de investidura y ERC confía en que para entonces Junqueras esté ya en libertad provisional, sin impedimentos para acceder al cargo. Por eso entienden que la de Junqueras es la única opción viable y dan por hecho que no votarían a ningún otro candidato. En el PDeCAT y el equipo de Puigdemont barajan nombres como Elsa Artadi y Jordi Sànchez.
Dirigentes del PDeCAT admiten que desconocen aún qué decisión tomará Carles Puigdemont sobre su futuro, es decir, si regresará para ser investido 'president', con la seguridad de ser encarcelado, o si buscará otra fórmula para permanecer en Bélgica. A esa incertidumbre añaden diputados de ERC su malestar por el hecho de que se mantenga la diferencia entre los miembros del anterior Govern que están en prisión y los cinco que siguen en Bélgica, encabezados por Puigdemont.
Ese malestar se resume en el tuit de hace días del diputado de ERC Joan Tardà, dirigido a Puigdemont: "La ciudadanía ha restituido democráticamente el Govern legítimo y a usted como 'president'. Lo esperamos para que comande la Generalitat junto con el 'vicepresident' Junqueras. No tenga ninguna duda de que es lo que habría hecho Francesc Macià”.
El PDeCAT ya fue apartado de la elaboración de la candidatura de Junts per Catalunya y de la estrategia electoral. Los buenos resultados electorales de la lista han incrementado la autonomía del equipo de colaboradores de Puigdemont y ahora, a más de un mes de la decisión final, valoran las opciones al margen del partido.
La decisión, según explican, aún no ha sido tomada, pero diputados de este partido y de ERC explican que el 'expresident' de la Generalitat se inclina por permanecer en Bruselas, lo que dificultaría su investidura que, en todo caso, debería ser presencial, según el reglamento de la Cámara.
La primera decisión que deberán tomar es si los cinco que permanecen en Bruselas vuelven a España, sabiendo que es seguro que serán encarcelados inmediatamente, sin opciones de libertad provisional a corto plazo, o si renuncian a sus escaños. Fuera de España pueden tomar posesión del escaño, pero no pueden participar en ninguna votación. Si están en prisión deben pedir permiso al juez para acudir a esa votación, pero hay precedentes en el País Vasco de autorizaciones para salir de la cárcel a ejercer ese voto.
Si permanecieran en Bélgica podrían verse obligados a renunciar a sus escaños para poder sacar adelante la investidura de un candidato independentista.
Fuentes del PDeCAT explican que han estudiado otras fórmulas como forzar una reforma exprés del reglamento del Parlament, una vez se constituya, para que no sea necesaria la presencia en el pleno del candidato a la investidura. Esta opción, según estas fuentes, tiene el inconveniente de retrotraer a la situación del pasado mes de agosto cuando se forzaron los trámites reglamentarios para poder aprobar la ley de transitoriedad y del referéndum. Y obviamente, haría difícil ejercer el cargo desde Bélgica.
Esta situación anómala y las posibles discrepancias en el independentismo llevan al PP a dar por hecho que la investidura podría demorarse aún, muy cerca del límite legal del mes de abril. Y, por eso, presionan a la candidata de Ciudadanos para que, al menos, haga gestos como una ronda de conversaciones con el resto de partidos constitucionalistas. Rafael Hernando, portavoz del PP, emplazó este martes en el Congreso a Inés Arrimadas a "no tirar la toalla". Su objetivo es no ceder todo el espacio político al independentismo, después de las elecciones del pasado 21 de diciembre.
El Gobierno de Mariano Rajoy, obviamente, no hará nada por facilitar la libertad de Puigdemont, por ejemplo, a través de la Fiscalía, si decide volver a España.
Foto portada:Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, en el Parlament. (Reuters)
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