Iniesta disputó su último partido con la camiseta azulgrana antes de partir rumbo al Lejano Oriente. El Barça estrenó el uniforme de la próxima temporada antes de tiempo en honor al manchego, todo era poco para decir adiós a uno de los más grandes. Los homenajes de la grada recordando a su ídolo se multiplicaban, ajenos a lo que sucedía sobre el terreno de juego.

Messi fue suplente en el adiós de Iniesta, uno de los mejores socios que ha tenido en Barcelona, pero nadie como él agradece los servicios prestados. Su abrazo en el Wanda, en la final de Copa, es una de las imágenes del año. No se puede decir más sin articular palabra.

La Pulga compareció sobre el césped en la última media hora de partido para despedir el curso y poder asociarse una última vez con Iniesta. Algo que contarle a sus hijos, porque incluso el argentino admira al manchego. No es el único.

Coutinho celebra el único gol del partido (Albert Gea / Reuters)

La Real, por su parte, no se jugaba nada en la festiva noche barcelonesa y compareció con un juego alegre, intentado dejarse ver en una noche destinada a otros menesteres. Suyos fueron los primeros acercamientos peligrosos, todos de un Willian José con el punto de mira algo desviado.

El Barça dominaba el juego, con mucho protagonismo de Iniesta, que incluso se atrevió más de lo habitual con el disparo lejano. Piqué lo intentó de córner, pero casi la dio al aire. Brillaba también Dembelé con sus cabalgadas por la izquierda y sus regates. No para de crecer el francés, al que el curso se le ha hecho corto.

Pero todos los intentos del Barça fracasaban en los últimos metros, en los que se echaban de menos algunas ideas de finalización. Sin Messi, ya se sabe, todo es más complicado. Sin necesidad de ser catastrofistas, en el adiós de Iniesta se abrió otro interrogante: ¿qué ocurrirá en el Barça cuando se retire Messi? Pero esa es una pregunta para más adelante.

El carácter festivo de la noche no estaba en la agenda de Raúl Navas. El central de la Real Sociedad se saltó todos los códigos futbolísticos al filo del descanso, cuando hizo una entrada absolutamente criminal sobre el tobillo de Dembelé, poniendo en grave peligro su presencia en el Mundial, al margen de su futuro deportivo. Si nada en juego, o incluso en toda una final de Champions, la entrada del realista no se entiende de ninguna de las maneras. Aunque aún menos entendible fue la decisión del andaluz Munuera Montero de no expulsar a Navas, imposible de descifrar el criterio del arbitraje español, casi nunca comprensible con los intereses azulgranas.

Dembelé se duele de la entrada de Raúl Navas (Albert Gea / Reuters)

El extremo francés volvió al terreno de juego cojeando, pero acabó sustituido en los primeros minutos de la segunda mitad. Su rostro no reflejaba preocupación así que, a falta de las pruebas médicas, parece que podrá estar en Rusia. Navas fue silbado hasta el pitido final cada vez que tocó el balón, castigo insuficiente para una acción incalificable.

El marcador lo inauguró Coutinho con uno de esos goles en los que no hace falta saber quién efectúa el disparo para adivinar que es obra del brasileño. Una rosca con la derecha desde la frontal del área que se abrazó al poste izquierdo de Moyá antes de besar la red. Compareció después Odriozola, que canalizó todo el peso ofensivo de la Real con muchas llegadas y todas con peligro.

Pero a diez minutos del final, el fútbol volvió al segundo plano. Mientras Paco Alcácer esperaba en la banda, el cuarto árbitro levantó la tablilla con el número 8 y Barcelona se paralizó. “¡Andrés Iniesta!”, repetía una y otra vez la grada mientras las lágrimas se derramaban por el rostro del manchego. Su etapa como azulgrana había acabado. Y qué etapa. La más gloriosa de la centenaria historia del club y, en buena parte, por culpa suya. También dijo adiós Xabi Prieto, al que el Camp Nou dedicó una emotiva ovación. Hasta que sonó el pitido final. Y el resultado nos dio igual. Gracias por todo, Andrés.

Ficha técnica

FC Barcelona, 1 - Real Sociedad, 0

Barcelona: Ter Stegen; Semedo, Piqué, Yerry Mina, Alba; Rakitic, Busquets, Iniesta (Paco Alcácer, min.80); Dembélé (Denis Suárez, min.52), Suárez y Coutinho (Messi, min.67).

Real Sociedad: Moyá; Aritz (Odriozola, min.70), Llorente, Raúl Navas, De la Bella; Illarra, Zurutuza (Xabi Prieto, min.88); Januzaj (Canales, min.62), Juanmi, Oyarzabal; y William J.

Gol: 1-0, min.57: Coutinho.

Árbitro: Munuera Montero, del comité andaluz. Mostró cartulina amarilla a Raúl Navas (min.43), Suárez (min.43), Januzaj (min,51), Alba (min.72) y Rakitic (min.75).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo octava y última jornada de la Liga, disputado en el Camp Nou ante 84.168 aficionados, cifra facilitada por el FC Barcelona.

Antes del inicio del partido todo el Camp Nou se convirtió en un gigantesco mosaico en homenaje a Andrés Iniesta, que esta noche ha jugado su último partido como barcelonista. El tipo llevaba el mensaje: “Infinito Iniesta”.

Andrés Iniesta y Xabi Prieto, que ya no jugarán el año que viene en sus equipos, intercambiaron dos placas conmemorativas antes del encuentro.

Estuvieron en el palco el nuevo presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, el presidente del Parlament catalán, Roger Torrent, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, además de exdeportistas del FC Barcelona, como Pau Gasol y Xavi Hernández, entre otros.