"Este es un día histórico y será una noche memorable", dijo el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, al iniciar su discurso en el Hotel Hilton luego de ganar ampliamente las elecciones con un un 53% de los votos, según los datos del Instituto Nacional Electoral de ese país.

"Llamo a todos los mexicanos a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés general", dijo.

El candidato centroizquierdista de la coalición Juntos Haremos Historia dio un mensaje con un tono conciliador y con una consigna que mantuvo a lo largo de su campaña electoral: la lucha contra la corrupción. A su vez, anticipó "cambios profundos".

"Erradicar la corrupción y la impunidad será la misión principal del nuevo gobierno. Bajo ninguna circunstancia el próximo presidente de la República permitirá la corrupción y la impunidad. Sea quien sea, será castigado. Incluyo a compañeros de lucha, funcionarios, a los amigos y los familiares: un buen juez, por la casa empieza", sostuvo López Obrador.

Simpatizantes de López Obrador festejaron en El Zócalo, la plaza céntrica de la ciudad de México. (AFP)

"Todo lo ahorrado por el combate a la corrupción se destinará a impulsar el desarrollo del país. No habrá necesidad de aumentar impuestos en términos reales ni de endeudar al país. Tampoco habrá gasolinazos. Bajaré el gasto corriente y aumentará la inversión pública para impulsar actividades productivas y crear empleos", agregó.

Acompañado por su esposa, Beatriz Gutiérrez Muller, también dijo que "se respetará la autonomía del Banco de México" y que se mantendrá "la disciplina financiera y fiscal", así como "los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros".

"Atenderemos y respetaremos a todos, pero haremos preferencia a los más olvidados, en especial a los pueblos indígenas de México", aseveró al tiempo que recibió la ovación más grande en su discurso.

Por último, anunció que "cambiará la estrategia fallida de combate a la inseguridad y a la violencia" y explicó: "Más que el uso de la fuerza, atenderemos las causas que las originan".

"Convocaré a representantes de derechos humanos, a líderes religiosos, a la ONU y a otros organismos para reunirnos las veces que sean necesarias y elaborar el plan de reconciliación y paz para México que aplicaremos desde el inicio del próximo gobierno", dijo.

En cuanto a la política internacional, López Obrador hizo una especial referencia a Estados Unidos: "Buscaremos una relación de amistad y de cooperación para el desarrollo, siempre fincada en el respeto mutuo y en la defensa de nuestros paisanos migrantes que viven y trabajan honradamente en ese país".

López Obrador, junto a su esposa Beatriz Gutiérrez Muller estuvo acompañado por su esposa, Beatriz Gutiérrez Muller, y sus tres hijos. (AFP)

Al finalizar su mensaje, el presidente electo de México se trasladó a El Zócalo, en la Plaza de la Constitución, a unas pocas cuadras del Hotel Hilton, donde lo esperaba una multitud para festejar.

Arriba de un auto blanco, recorrió el centro de la ciudad saludando a la gente y escoltado por algunos simpatizantes que corrían detrás suyo.

Una vez allí, López Obrador hizo varias promesas de gobierno y dijo que "desde el primer día va a aumentar al doble la pensión para los adultos mayores" y "se va a garantizar que esa pensión sea universal".

"Desde el primer día de gobierno todos los discapacitados pobres van a tener una pensión igual a la de los adultos mayores. Y desde los primeros días se va a garantizar a todos los jóvenes de México el derecho al estudio y el derecho al trabajo", añadió.

"El mexicano va a poder trabajar y ser feliz donde nació, donde están sus familiares, donde están sus costumbres y sus culturas", indicó.

Por último, el presidente electo aseguró que "en esta transición nos vamos a poner de acuerdo para que el país siga su marcha sin que haya crisis de ninguna índole" y abogó por que "la transición se dé con armonía, de manera ordenada y pacífica".