Aprende a abordar este tipo de fobia y consigue que tus exposiciones sean todo un éxito
La fobia a exponer en público puede considerarse un subtipo de fobia social, de hecho, no es infrecuente que las personas que tienen pánico a exponer en público experimenten también una elevada ansiedad en otro tipo de situaciones sociales, como conocer gente nueva, salir en grupo, realizar entrevistas de trabajo, etc.

Es totalmente normal experimentar cierta elevación de la ansiedad siempre que vayamos a vivir una determinada situación por primera vez, o siempre que esta sea importante para nosotros. Este tipo de ansiedad es adaptativa, pues supone un motor que nos activa para afrontar la tarea de manera adecuada. Sólo cuando la ansiedad pasa de determinados niveles, puede considerarse nociva, pues la persona ve mermado su rendimiento a causa de esta excesiva elevación.

Dentro de esta excesiva elevación encontraremos grados, pues hay personas que a pesar del malestar son capaces de realizar la tarea, mientras que otras sienten que la inquietud es tan grande que buscarán evitar la exposición con el consiguiente perjuicio para su vida personal y profesional. Aunque la procrastinación logra el objetivo inmediato de reducir la ansiedad por no tener que afrontar la tarea, a largo plazo genera un mayor malestar y el fortalecimiento de la fobia.

Para conocer en más detalle este tipo de fobia, hemos hablado con la psicóloga Cristina Penin Viola, fundadora de la empresa PSICOdinámicas y experta en este campo. ¿Quieres que exponer en público nunca más te suponga un problema? 
¿Qué factores favorecen este tipo de fobia?

Cristina Penin: Suelen estar más predispuestas las personas que ya se sienten incómodas en otro tipo de interacciones sociales, aunque no es condición necesaria. A diferencia de otro tipo de situaciones con gente, en la exposición hay un componente de evaluación explícito, es decir, los demás van a estar más pendientes de lo que digo y si lo digo bien. Este componente de evaluación se agrava si además hay un profesor o figura de autoridad, como un jefe que va a puntuar mi desempeño.

La autoexigencia es un rasgo que comparten las personas con este tipo de dificultades, la cual puede haberse fraguado en el seno familiar al tener padres con expectativas elevadas o poco tolerantes con el fracaso tanto propio como ajeno. Haber pasado por situaciones de acoso o critica repetida puede ser otro factor a considerar.

Una autoestima baja y muy centrada en valoraciones externas suele presentarse en todas las personas que experimentan este tipo de dificultades, con una autoimagen donde los aspectos negativos están sobrevalorados y los aspectos positivos menospreciados.

¿Cómo se puede abordar este tipo de fobia?

Cristina Penin: Como consejos generales, lo mejor es preparar bien el material a exponer y practicarlo, primero uno sólo, después frente a un espejo y por último con personas de confianza. Así haremos una aproximación progresiva a la situación temida.

Es importante relativizar las críticas, sobre todo aquellas que no son constructivas.
Entender que por muy bien que lo hagamos, siempre habrá personas que no se sentirán atraídas o satisfechas con nuestra manera de hablar o exponer en público.
Aceptar que no podemos gustar a todo el mundo de la misma forma que a nosotros tampoco nos gusta el estilo de comunicar de otras personas.
Rehuir de la idea de perfección, ya que el objetivo es conseguir abordar la tarea de forma suficientemente buena e intentar disfrutar de lo que hacemos y lo que estamos trasmitiendo.
Si aún siguiendo todos estos consejos, el problema persiste, se debe buscar ayuda profesional para trabajar la autoestima, las dinámicas familiares y relacionales, las emociones y las expectativas.