FINANZAS Y MERCADO
29 de enero de 2019
Los banco por temor a la mora reestructuran deudas
Ante ese escenario, se conectan y ofrecen reestructurar las deudas.
Aunque lejos de otras crisis, todos los meses gotea un aumento en la cantidad de clientes que se atrasan en los pagos.
Por las altas tasas, las tarjetas de crédito reducen la oferta en sus planes en cuotas. Si bien el último Informe sobre Bancos emitido por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) marcó un apenas perceptible incremento de la morosidad, el comportamiento de los titulares de préstamos y tarjetas de crédito durante diciembre y las primeras semanas de enero obligó a las entidades financieras a salir a abrir el paraguas.
Aparece en los testeos preliminares una suba mayor en el número de incumplimientos en los pagos, situación que, de profundizarse, obligará a incrementar el previsionamiento ante la autoridad monetaria. Ese proceso requiere de fondos constantes y sonantes, lo cual en épocas de altas tasas de interés se convierte en un “doloroso” capital inmovilizado para los bancos.
Diciembre y enero traerían otros números a los que informó el BCRA en noviembre y el temor se centra en que la estacionalidad de febrero-marzo, donde se concentran los gastos del hogar por el inicio de las clases, más los impactos tarifarios, suban la tensión en los presupuestos familiares.
Por ello, bancos y tarjetas han acentuado estrategias para asegurarse la cobranza. Algunos con cierta premura, como el caso del banco privado ICBC que a las 72 horas hábiles de producido el vencimiento ya dispara la primera llamada telefónica para efectuar el reclamo a su cliente inquiriendo sobre “los motivos del atraso”, y otros con más tacto, mediante la oferta de refinanciamiento, como ocurre con Macro.
En el mundo de las tarjetas de crédito, en tanto, pasadas las Fiestas de fin de año desapareció completamente la financiación sin interés. A nivel de consumo, se sintió el corte de las tres cuotas sin interés para la compra de combustibles que ofrecían algunos plásticos.
Ahora, el esfuerzo está puesto en refinanciar saldos para que ese cliente no se convierta en un deudor con potencial perfil de incobrable.
Como sucede con el resto del sistema, Bancor registró un “leve aumento en el índice de mora en los últimos meses de 2018, principalmente a partir del segundo semestre, cuando la aceleración del proceso inflacionario afectó el poder adquisitivo”, puntualizó la entidad a La Voz.
“La evolución del índice de mora para el segmento mercado cerrado fue de 3,14 por ciento en diciembre, levemente superior a noviembre”, agregó.
Con la idea de evitar el previsionamiento que obliga la normativa, el banco oficial mantiene un esquema de reprogramación de saldos de tarjetas de crédito.
Durante el año pasado se concretaron en promedio, y de manera constante, 1.600 operaciones mensuales de programación de saldos, sobre una cartera total de 340 mil plásticos.
El otro gran actor del mercado bancario regional es Macro. La entidad también aceleró los pasos para refinanciar a clientes que, por sistema, observa bajo una situación apremiante. La entidad -que se excusó de realizar comentarios- se comunica telefónicamente para ofrecer refinanciar saldos de tarjetas a una tasa nominal anual del 54 por ciento.
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