Los cinco cazabombarderos Super Etendard Modernizados (SEM) que el Gobierno le compró a Francia están en viaje hacia el país: este jueves fueron despachados en un barco que arribaría alrededor del 10 de mayo.Eran esperados para custodiar el espacio aéreo argentino durante el G20 que se celebró en Buenos Aires a fines de 2018, pero su llegada se demoró.

Se trata de un paso para reequipar a las fuerzas armadas. De hecho, serán incoporados a la Armada Argentina. Los pilotos argentinos conocen muy bien estos aviones, ya que fueron usados durante la Guerra de Malvinas con destacado desempeño: sus misiles Exocet le hundieron a la flota británica el destructor HMS Seffield y el carguero Atlantic Conveyor.

La compra, firmada en diciembre de 2017, estuvo a cargo del Ministerio de Defensa y se cerró por 12,5 millones de euros. 

La compra a Francia incluye en el mismo envío piezas de recambio, radares, herramientas y un simulador para entrenar a los pilotos. Además, equipamiento para actualizar otros Super Etendard que posee la Armada argentina pero están sin volar en la Base Aeronaval Comandante Espora, de Bahía Blanca. Desde allí operarán también los cinco aviones que se incorporan.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, confirmó por Twitter que todo el material partía este jueves en el buque carguero Lily Auerbach hacia el Puerto de Bahía Blanca.

Las cinco aeronaves no son nuevas, sino actualizadas con el objetivo de estirar su vida operativa, y modernizadas en sus sistemas de navegación y configuración para ampliar su rango de misiones. Aquí se destinarían principalmente al control del Mar Argentino.

Apenas se conoció la noticia de la incorporación de estos aviones, el Reino Unido compró un costoso escudo antimisiles de origen israelí para proteger las Islas Malvinas, según publicó a fines de 2017 el diario londinense Daily Mail.

Los Super Etendard, diseñados por Dassault-Breguet con capacidad para aterrizar en portaaviones, se construyeron entre 1978 y 1983 pero la Fuerza Aérea de Francia los utilizó hasta julio de 2016, cuando los últimos salieron de servicio en la base de Landivisiau. Formaban parte de la Marina de ese país.

Alcanzan una velocidad de 1.100 km/h y su autonomía llega a casi 1.900 kilómetros.