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20 de junio de 2019

La vida de Manuel Belgrano

El 25 de julio de 1816 se adoptó su bandera nacional.

Por: Redacciòn FM Fleming"Magazine"

"No busco glorias si no la unión de los americanos y la prosperidad de La Patria", frases más representativas del creador de la bandera.

Manuel Belgrano nace en Buenos Aires, 3 de junio de 1770 y Muere el 20 de junio de 1820. Hijo de Domingo Belgrano y Peri, se educó en Buenos Aires y luego fue a España en donde estudió en las universidades de Salamanca y Valladolid, graduándose en leyes. Creador de la bandera Argentina.
General; funcionario real de la colonia. Convencido de que su patria nunca podría progresar bajo el gobierno español, se convirtió en un defensor de la independencia.

En 1794 recibió el cargo de secretario del Consulado que iba a establecerse en Buenos Aires.

Sus Memorias anuales constituyen un registro de los variados proyectos propuestos para el desarrollo de la agricultura, la introducción de nuevas industrias, el fomento del comercio, la construcción de nuevos caminos y el mejoramiento de los antiguos, mejores condiciones para la navegación y el establecimiento de nuevas escuelas para la formación de los partícipes en estos propósitos económicos.

La oposición obstruyó muchos de sus planes pero de todas maneras recibió un fuerte apoyo de otros, especialmente los comerciantes, los intelectuales educados en las nuevas ideas liberales de la Ilustración y los científicos y agrónomos.

Durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807, combatió como oficial de milicias contra Beresford, luego huyó a Montevideo para evitar jurar obediencia a la Corona británica. Regresó para combatir, como oficial de patricios, bajo Liniers, derrotando a Whitelocke en la segunda invasión (1807).

Renunció al Consulado a comienzos de 1810 para descansar; fue convocado por los jóvenes patriotas para ayudar en la preparación de la Revolución de Mayo, en la cual jugó un papel preponderante, llegando a ser miembro del primer gobierno patrio, cuando se consideró necesario reunir a todas las regiones del virreinato bajo el gobierno patrio, Belgrano, fue enviado con tropas al Paraguay (septiembre de 1810). Se encontró con una feroz oposición de los paraguayos.

Tras la derrota de Tacuarí, el 9 de marzo de 1811, Belgrano firmó el armisticio con el coronel Cabañas. Acto seguido se retiró, convencido de que los paraguayos deseaban la independencia pero no el dominio de Buenos Aires, acto por el cual fue fuertemente criticado por los grupos porteños, pero fue pronto reivindicado.

Asignado a comienzos de 1812 para hacerse cargo de las nuevas baterías de Rosario, el 27 de febrero de 1812 Belgrano hizo una insignia azul y blanca como bandera oficial de los patriotas. La independencia aún no había sido declarada pero al no recibir la censura oficial enviada por el gobierno Belgrano convocó a su nuevo ejército en Tucumán para jurar obediencia a la bandera después de haber sido formalmente bendecida.

En 1816 el Congreso de Tucumán la declaró oficial habiendo recibido un ejército totalmente desorganizado, Belgrano lo recompuso a tiempo para lograr una brillante e inesperada victoria en Tucumán, el 24 de septiembre de 1812 y otra en Salta, e! 20 de febrero de 1813 (por la cual el gobierno lo recompensó con un premio de cuarenta mil pesos que él cedió para la fundación de cuatro escuelas). Desdichadamente estas victorias fueron seguidas por dos derrotas en el Alto Perú, la de Vilcapugio, el 1º de octubre de 1813 y, en su retirada, la de Ayohuma.

San Martín lo reemplazó como comandante del Ejército del Norte; enviado en misión diplomática a Europa, junto con Rivadavia, la restauración de Fernando en el trono español y la derrota de Napoleón provocaron el regreso de Belgrano a Buenos Aires en febrero de 1816.

Se trasladó a Tucumán donde fue firmada la independencia el 9 de julio de 1816.

El 25 de julio del mismo año adoptó su bandera nacional.

Belgrano pensaba establecer una monarquía -forma de gobierno que era la que mejor se adaptaba a las realidades políticas argentinas de su época- preferentemente bajo un príncipe inca. Estas ideas fueron rechazadas, a pesar de que muchos líderes del norte, como Martín Guemes, creyeron que este tipo de gobierno era necesario para ligar el noroeste argentino y él Alto Perú al gobierno de Buenos Aires en una nueva y unida nación.

Los siguientes años, 1816-1819, los pasó como comandante nuevamente del Ejército del Norte pero sin posteriores campañas en las zonas realistas. Su creciente enfermedad prácticamente lo incapacitó en 1819 cuando se vio involucrado por los líderes de un movimiento revolucionario que derrocó a Mota Botello, gobernador de Tucumán; Regresó a Buenos Aires.
Su enfermedad y muerte

Sufría de hidropesía, de problemas cardíacos y de riñones. En febrero se puso en marcha hacia Buenos Aires, acompañado de su médico y de un par de ayudantes. Llegó a Buenos Aires en marzo de 1820 y se estableció en la casa paterna, donde había nacido.

Estuvo rodeado por sus hermanos y por su médico, a quien le obsequió el único bien que le quedaba: un reloj de bolsillo de oro y esmalte, con cadena de cuatro eslabones con pasador, con el monograma Belgrano grabado. Había sido un obsequio del rey Jorge III de Inglaterra.

Murió a las 7 de la mañana del 20 de junio de 1820 en una Buenos Aires anárquica y asolada por la guerra civil que llegó a tener ese día tres gobernadores distintos: Ildefonso Ramos Mejía, Estanislao Soler y el Cabildo. Solo los que cinco días después leyeron el Despertador Teofilantrópico Místico Político del Padre Francisco de Paula Castañeda, se enteraron de su muerte. Tan desaparecibida pasó que el gobierno, cuando consideró que el ambiente político estaba un poco más tranquilo, ofició el 29 de julio de 1821 los funerales que habría merecido entonces.

Fue enterrado en el convento de Santo Domingo, con los hábitos de esa orden, según dispuso, y se usó el mármol de la cómoda de su madre para la lápida. En 1902 exhumaron sus huesos para colocarlos en el monumento donde actualmente descansan.



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