5 de agosto de 2019 |
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La devaluación del yuan puede provocar una fuga de capitales en China | |
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La brusca depreciación del yuan arrastra las bolsas del mundo y peligra la economía mundial.
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El Banco Popular de China (PBOC) ha rebajado la banda en la que fluctúa su divisa, el yuan, contra el dólar, lo que podría desatar una fuga de capitales en el 'gigante asiático' y un terremoto en los mercados globales. Como ya sucediera en 2015 y 2016, las bruscas depreciaciones del yuan (y fortalecimiento del dólar) han venido seguidas de importantes salidas de capitales en China, abruptas caídas de las bolsas y una desaceleración del motor de crecimiento de la economía mundial (China contribuye más al crecimiento del PIB global que todas las economías de la OCDE juntas). Todo esto podría reproducirse hoy en un contexto de gran incertidumbre, con una guerra comercial cada vez más encarnizada y con los mercados financieros lanzando señales de alarma sobre la llegada de la próxima recesión. Además, Trump podría interpretar este movimiento como un ataque y una manipulación del yuan desatando una guerra de divisas total. Ahora mismo se necesitan 7 yuanes para comprar un solo dólar, algo que llevaba sin pasar desde abril de 2008. Esta caída de la divisa china se produce tan solo cuatro días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciase nuevos aranceles a productos de China, la divisa de este país ha roto la barrera psicológica de las siete unidades por cada dólar, lo que podría ser un síntoma de lo que está por venir. Hao Zhou, analista de divisas de Commerzbank, lo resume de una forma sencilla: "Un tsunami se acerca".
¿Represalia o movimiento natural? Sin embargo, a medida que el dólar se fortalece y la incertidumbre sobre la economía global se extiende, las dificultades de China para mantener este equilibrio son mayores. Aunque este movimiento haya sido visto como una respuesta de Pekín para 'abaratar' sus bienes y servicios, "lo cierto es que la medida de hoy sugiere que China considera que es necesario permitir una mayor flexibilidad monetaria para contrarrestar los vientos en contra que llegan del frente comercial", señala Zhou. No obstante, en un sistema monetario y financiero tan opaco como el chino tampoco se puede descartar que este movimiento busque (a la vez) dar un golpe a Trump y desemboque en una guerra total de divisas.
Esta devaluación puede ser un empujón más para que el dinero que está en China busque una salida antes de que PBOC siga dejando que el yuan se ajuste más a las expectativas del mercado y el banco central vaya renunciando a intervenir. Los ahorradores del gigante asiático y los inversores extranjeros podrían mostrar cierta ansia por convertir sus activos en yuanes en otras divisas, lo que intensificará la presión vendedora con la divisa china y las salidas de capitales. Louis Kujis, jefe de Oxford Economics para Asia, cree que "ver una mayor debilitamiento del yuan, podría ser la consecuencia de un dólar al alza... el movimiento de hoy recalca que los mercados globales y las instituciones tendrán que acostumbrarse a un yuan que se regirá más por las fuerzas del mercado y la mayor volatilidad que ello conlleva". ¿Una guerra de divisas? Una fuerte salida de capitales en China puede tener efectos devastadores sobre la economía del país a través del consumo y la inversión. La desaceleración que ya sufre Pekín podría intensificarse arrastrando a la economía global, probablemente, primero a la Eurozona, que depende sobremanera de las ventas de bienes al 'gigante asiático'. Si la ralentización en China se ha dejado ver en el crecimiento de Europa, un bache superior en Pekín podría provocar el descarrilamiento de una economía tan abierta como la de la Eurozona. "Las implicaciones de que se haya sobrepasado la zona de los siete yuanes por cada dólar son tremendas. Veremos una nueva oleada de depreciaciones en las divisas asiáticas y el sentimiento risl-off podría ir más allá en los mercados globales. En conclusión, estamos ante un lío en los mercados", anota el experto de Commerzbank. Siendo más optimistas, cabe la posibilidad de que China logre pilota este intento de devaluación controlada y que al final de las fuertes turbulencias vuelva la normalidad como ocurrió en 2015 y 2016. Este escenario plantearía una corrección severa en los mercados, pero no tendría por qué ser el fin o el comienzo de una recesión global. Aún así, "un mayor debilitamiento del yuan significa a nivel global que dólar se está fortaleciendo. Esto suele ser malo para la economía global", comenta Louis Kuijs. Esto a su vez puede tener implicaciones para todos los bloques económicos. "Si finalmente el Gobierno de EEUU toma medidas para debilitar el dólar, esto serían malas noticias para las economías de Japón y Europa (hoy el euro sube un 0,6% contra el dólar) . En ambas regiones, la apreciación de sus divisas no sería bienvenida en un momento en el que el crecimiento económico se está desvaneciendo". En el caso de la Eurozona, en un proceso desinflacionario y una economía muy débil, la apreciación del euro frente al dólar y el yuan puede terminar dando la puntilla al sector exterior del bloque y a la posibilidad de ver unos precios que crezcan cerca del 2%. Nick Wall, co-gestor del fondo Merican Strategic Absolute Return Bond, comenta en una nota que "esto (la devaluación del yuan) tiene muchas ramificaciones. Lo más obvio es que hace poco probable un acuerdo comercial en el corto plazo, especialmente después de que se detuvieran las importaciones de empresas chinas a productos agrícolas estadounidenses". "En segundo lugar, significa una mayor fortaleza del dólar que perjudica al resto del mundo que ha tomado mucho dinero prestado en la moneda de reserva: los riesgos de una mayor volatilidad cambiaria ahora son bastante altos. En tercer lugar, es deflacionario: la fortaleza monetaria de China significaba que estaba importando parte de la deflación del resto del mundo. Esto pone aún más peso sobre la Reserva Federal para poner en marcha una política monetaria que debilite al dólar", sentencia Nick Wall. Esta devaluación del yuan (sea por necesidad, como respuesta a Trump o una mezcla de las dos) puede desencadenar una serie de movimientos que no parecen ser un buen presagio para los mercados y la economía global. Mayor volatilidad en los mercados, una guerra de divisas o una mayor desaceleración de la economía china podrían ser algunas de las consecuencias que, a la postre, acaben con el ciclo de crecimiento de la economía global.
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